Presento a nuestros lectores el mensaje (o parte de un mensaje que aparentemente es más grande), del fallecido profesor de nuestra facultad Doctor Plaza. Mensaje que llegó a nuestros correos la semana pasada enviado desde la dirección electrónica del maestro y con asunto: Los Malditos del 21.
LOS MALDITOS DEL 21
Marzo de 2020Descripción de ocio: siempre permiten que se presientan pasos, conservan sin decir que sea voluntario un ritmo áspero, estridente; diría que entre paso y paso hay cuerpos; mas de un hombre allí participa del sermón. En las mañanas y en las noches me aproximo a estos mismos sucesos, me adelanto; los interpreto en cantos, en los ritmos del cuerpo. Laten pero siempre se adelantan o me sobrepasan.
Diría cualquier día que hay una dimensión que expresa su existencia en niveles elevados. Encima de los objetos altos de mi habitación y si se quiere de todo mi espacio. Espacio delimitado en materiales fríos, rectos, sin sorpresa. Espacio que limita mis movimientos. Espacio que potencia rituales en esos movimientos.
Presento de esta manera descripciones limitadas a la realidad de mis cosas, y esto para presentar las grietas que encuentro entre lo que las diferencia. De esta manera, por un lado están los objetos que percibo y por otro la descripción de su presencia.
1. Textos con cabezas en sus carátulas: son libros cercanos a los desprendimientos, a cabezas ajenas a la razas, sin propiedades físicas. Algunas presentan excesos de gestos, y se apilan en estas masas como forradas en vendas. Con el paso del texto se derrama la sangre, se atezan las pálidas hojas, se oscurece el plasma; como de tiempos, de olores muertos. Palpo las moscas muertas, las examino; pasan por el micro que tiene piel seca, uñas, cabellos ajenos.
Interpreto la muerte desde estos ejemplares, siento coleccionar así discretamente el mundo y la historia del cuerpo. Me entreno también en la disección ocular, de cualquier especie. Busco conocer los órganos que constituyen la zona mas alta del cuerpo. Mi espacio se aferra a los olores mas bruscos que propician los fluidos.
Pensarán los lectores que un sitio así es muy fácil de encontrar, y que por mi oficio los olores y los chillidos atraerían fácilmente a los agentes o a cualquier servicio de emergencia publico. No estoy en una localidad poblada, me ubico en los intersticios de la cuidad; entre las grietas.
De cualquier forma, esta tierra huele a muerte y además todos le temen a las apariciones. No es necesario perseguir ni pensar en trampas. El miedo se naturalizó y gracias a esto solo tengo que esperar que vengan a mi. Diría que esta época, una época tan álgida engendra seres de frío, miedo y hambrientos de vísceras.
La peor pesadilla está por venir, la noche eterna; la oscuridad plena, su inmensidad por fin sobrevendrá, tanto, que dará lo mismo ser ciego que vidente. El miedo de no ver a quien tienes a tu lado; el miedo de que se revelen aspectos de una compañía en sus olores o en dimensiones que no son familiares. El miedo a ser abordado por algo mas fuerte que se presenta por la espalda, con gritos. El miedo a la oscuridad que no dura solo unas horas.
Será un miedo que se extenderá con el frío, en las zonas mas amplias y despobladas. Correr y tropezar con lo demás, en la pesadez de la noche, con la pesadez de los ojos anulados. Con la memoria igualmente negra sin destellos. Correr y correr, esperando el tope, el golpe, el desacierto. También correr y correr, esperando el salvajismo, el canibalismo, la presa humana para los humanos; sufrir el recuerdo de otra época.
Será entonces la muestra de la creación de lo humano dependiente de la luz. Seres con sus sentidos aturdidos, muertos, dependientes de cualquier lumbre para sobrevivir. Memorias dependientes de experiencias iluminadas donde nunca se desarrolló otra forma de relación con las superficies. Seres con un olfato marchito que no podrán diferenciar los olores según el grado de descomposición.
Los tiempos oscuros no serán para los hombres, la oscuridad no es vuestra. Llorar no traerá de vuelta al sol.
El peor error de mi vida fue pedir en alguna ocasión la asesoría científica para mis malestares de placer. La biología no explicará jamás el significado del miedo humano y el encanto de las perversiones solitarias.Alguna vez fui diagnosticado; revelaron una serie de sinsentidos alrededor de la crudeza de mis sentimientos, de la frialdad y de la indisposición con las autoridades. La peor ofensa y que reclamo en cada una de mis intenciones, fue la de pronosticar mi tiempo, la de engranar unas descripciones sobre la funcionalidad humana a una desviación y a la incapacidad de habitar el mundo social. Me pregunto ahora por la referencia actual de esa sociedad que no se soporta, que se elimina así misma y que contiene la locura en cada contexto. No hay ser que sea inmune a los delirios y no hay delirio que no sea de muerte, de persecución de avaricia. El mas grande miedo es confrontar la muerte con los bienes y con el dinero, monetizar la angustia.
He habitado cada espacio como el vapor, también he visitado las dimensiones aéreas de los mortales calculando sus movimientos hipócritas en donde se hacen evidentes sus debilidades y sus actos engañosos. Si esto existe no es posible que educar sea una experiencia cercana a lo afectivo. Los afectos son imposibles dentro de los modos de relación que se gesta en los niños y hasta en los recién nacidos. Todo se organiza para que las mediaciones alimenten toda una actuación. Los seres humanos que ahora llamaremos s-nos en conmemoración de grandes y verdaderos pensadores que intentaron eliminar tal especie, deberán proveer de alimento a otros grupos.
Ahora, las pieles repiten a las pieles animales, la escoriación de la piel humana evidencia todas las formas bacterianas en su entorno; bacterias que se han alojado en cualquier ranura del cuerpo y que brotan en sus tejidos y en sus mucosas. Rascar la piel, deshacerla, añadir tanto dolor físico a las temporadas de oscuridad para hacerse mas evidente al olfato animal. Animales que no nacen con alguna forma de odio, solo acuden esencialmente a las señales de la descomposición. A los alientos de sequedad y a la vergüenza.
Habitar los mismos contextos en diferentes épocas, testimoniando la terquedad y la mezquindad de algunos seres, que en soledad son tan elementales y que solo depende su codiciosa existencia de fechas comunes, hace que me pregunte por el grupo que realmente es necesario suprimir: si tuviéramos que elegir entre aquellos que replican el malestar o aquellos que insisten en recibirlo, ¿que grupo merecería vivir?
Vivir ya no es la causa que puede constituir sentido, no es esencia, no implica permanencia. Hay otras formas presentes en este hundimiento. Coexistir con el desencanto, con la envidia, con la gula. Sentirse atiborrado de masas y a la vez vacío en cualquier recorrido. Buscar la aceptación de los demás suponiendo que existen fragancias que armonizan los momentos. Espero un culto en donde se reúnan con otros aromas.
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Los Malditos del 21
Misterio / SuspensoTodo empieza con el extraño mensaje del profesor Plaza a sus estudiantes días después de que las autoridades de la Universidad de Los Moros confirmaran su muerte. El texto que circula ha generado todo tipo de reacciones y en especial se sospecha qu...