Jimin caminaba con una caja pesada al que sería su nuevo hogar. No creía que este día llegaría ¡Por fin viviría solo! Sin que sus padres estuvieran al pendiente de sus cosas, por fin tenía privacidad.
Con dificultad abrió la puerta de su hogar viendo los muebles y cuadros llenos de polvo, esa casa era de su abuelo quien falleció hace pocos meses y la había heredado y no espero para poder mudarse de una vez. Avanzó dejando la caja a un lado de la puerta, puso sus manos sobre sus caderas avanzando a una repisa llena de cuadros de la familia Park, estaba una foto de él, de su padre junto a su tía y una donde Salía el abuelo con su abuela quien había fallecido hacia unos años atrás. Jimin agarra la foto mirándola con nostalgia, esas dos personas fueron lo que él más quería, y no era de menos, El señor y señora Park fueron los que educaron al niño con valores y humildad, gracias a ellos Jimin era un hombre respetuoso, amable, humilde y tierno, esto lo aprendió de su abuela quien mientras le enseñaba hacer los quehaceres de la casa (cocinar, limpiar) le iba dando esos valores tan importante que ella consideraba. Mientras que con su abuelo el chico aprendió a defenderse, tanto en hablar como en defenderse físicamente y sin saber su abuela, este le había enseñado al niño a utilizar armas de fuego solo si era necesario. Jimin fue educado de una manera muy inusual y eso causo que el niño que ahora era todo un hombre fuera tan perfecto a la vista de los amigos de la familia.
¿Los padres de Jimin?
Su padre era igual que sus padres, el señor y Jimin eran como amigos aunque eran padre e hijo, tenían una relación estable y se veía el amor que se sentían pero, como siempre, hay algo en la familia que no la hacía perfecta. Su madre, al tener una vida de lujos, vida social muy grande entre gente adinerada eso la hizo una persona de mierda. Que solo pensaba en el dinero, en su vida superficial; ella no educó a Jimin, solo le prestaba atención cuando tenía que aparentar ser una madre dedicada y amorosa, cuando sus amigos volteaban ella enseguida lo miraba como si no fuera nada y ya dejaba de prestarle atención.
Por eso su padre lo enviaba con sus padres, para que ellos lo educaran como un niño de bien y no como su mujer.
Y ahí se encontraba Jimin, observando la foto de sus abuelos con mucha tristeza y amor, los extraña muchísimo. Acaricio la fotografía depositando un beso en el retracto de los rostros de sus abuelos.
Escucho un ''Toc, toc'' que lo hizo voltear observando a su padre quien tenía una sonrisa en su rostro.
-Hola, Chimchim- Jimin apretó sus labios en una sonrisa pequeña mientras sostenía la fotografía-¿Te ayudo con las cajas?
-Me harías una gran favor-Dejó la fotografia donde estaba y camino donde su padre para darle un abrazo.
-Siempre a la orden, señor-El señor Park puso su mano en su sien haciendo como un militar sonriendo y saliendo por la puerta para ir hacia el carro.
Mientras ponían las cajas dentro de la casa y hablaban cosas triviales se dieron cuenta que ya estaba anocheciendo y la despedida se acercaba.
-¿Qué haras mañana?-pregunto su padre y Jimin quien estaba sentado en el mueble marrón todo sudoroso con las mejillas rojas alzo la mirada encontrándose con la de su padre.
-Creo que desempacar todo y ordenar las cosas de mis abuelos... y limpiar, hay mucho polvo.
-Es raro, tu abuelo era un amante de la limpieza.
-Recuerda que se enfermó, dudo que se pusiera a limpiar en esas condiciones-Jimin alza los hombros indiferentes.
-Ay Jimin, como si no conocieras a tu abuelo, era un terco de primera-rie su padre agarrando sus cosas que estaban reposando en una caja.
-Si pero cuando Mami Park le regañaba quedaba acostado-así llamaba a su abuela- y cuando mami murió él se iba a costar cuando se sentía mal.-Jimin sonríe ante los recuerdos- él me dijo que ella lo seguía regañando aun estando en la otra vida.
El padre de Jimin se estaba terminando de poner el suéter cuando ríe por lo que su hijo dijo.
-Tu abuelo y sus locuras-mete su mano dentro del bolsillo del suéter gris que tenía puesto sacando una carta-Por cierto, cuando encontré al abuelo... ya sabes-se acaricia la nuca algo incómodo por la palabra-. Tenía esta carta al lado, tenía tu nombre y supuse que la dejo para ti- estiro su brazo para que el chico con cabellos negros agarra.
Jimin agarra la carta mirándola detenidamente viendo su nombre en forma cursiva.
-¿por qué no me la diste antes?
-Andabas todo tristón y lloroso, no quería ver a mi hijo peor-El señor se acerca y deja un beso en la frente de su hijo-. Bueno hijo, me tengo que ir antes que tu madre comience a marcarme.
Y en ese momento sonó el celular de padre y los dos rieron despidiéndose dejando a Jimin en que sería su nuevo hogar.
Camina al que era su cuarto cuando era niño, viendo como seguía igual; sus juguetes, fotos, su cama olía bien y se veía limpia. Quitándose los pantalones quedándose en interiores y la camisa que tenía holgada amarrilla, guardó el pantalón en un cajón, se sentó en la cama viendo la carta que le dio su padre y sintió curiosidad, lentamente abrió la carta.
Para nuestro pequeño Chimchim.
¡Hola nuestro pequeño de cachetes gordos! Aquí tu mami Park. Si lees esto es porque ya hemos fallecido tanto tu abuelo como yo... sé que te duele y nos extrañas y créeme que nosotros haremos lo mismo.
Tu abuelo y yo queremos dejarte un encargo, que es cuidar de nuestro preciado muñeco de porcelana ¿te acuerdas pequeño? Del que te daba miedo hasta de mirar, creo que ya eres lo suficientemente maduro para que ya no te de miedo. ¡Míralo como una compañía! Te hará falta en una casa tan grande como esta.
Te amamos mucho, no se te olvide.
Con muchísimo cariño tu Mami Park y tu abuelo.
Por cierto ¿crees en la magia pequeño?
Jimin doblo la carta dejando en la mesita de noche con lágrimas en sus hojas y con una sonrisa en su rostro.
¿Qué si creía en la magia?
Por supuesto que sí.
Y con ese pensamiento se durmió en la que era su cama.
sin darse cuenta que unos ojos sin vida y una piel pálida tenía sus ojos puesto en él en una esquina de la oscuridad esperando a que por fin pudiera hacerle compañía.
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Muñecos
FanfictionJimin se muda a la vieja casa de sus abuelos donde tendrá de compañía solamente un muñeco de porcelana que solo se queda quieto observando con una sonrisa o eso pensaba Jimin sin saber lo que ocultaba realmente aquel juguete. Park Jimin descubriera...