Aquel día de verano que hizo tanto calor. Aquel día cambio cada segundo de mi vida. El día que hizo que mi habitación huela a rosas. Todo gracias a tu mirada.
Hoy hace dos años desde que ocurrió. Yo solo era una joven puberta de 14 años que veía películas, se enamoraba con los personajes guapos de las series del momento y se obsesionaba con grupos y cantantes pero solo necesité mirar por la ventana de mi habitación una mañana de julio para pasar a otra etapa de mi vida completamente.
Yo vivía en un complejo de chalés, uno al lado de otro y aquella mañana me desperté con ruidos que venían de mi ventana. Cuando me asomé, vi a unos señores que llevaban a la casa de al lado muebles de un camión de mudanzas. Parecía que ya habían llegado los nuevos vecinos. Mi madre ya me había dicho que íbamos a tener nuevos vecinos después tanto años.
Mi madre dijo que creía que los nuevos vecinos eran una familia con un hijo único como yo y que me acercara a saludar.
No soy una persona que sea muy sociable. Sólo tengo un par de amigos, los justos y necesarios, pero mi madre siempre ha estado obsesionada con que haga nuevos amigos y que me eche novio. Soy hija única, por lo ella quiere tener asegurado que va tener nietos.
Yo no quería ver a nadie. Estaba demasiado ocupada viendo Los Serrano y poniendo a parir a JPelirrojo en 4chan.
Cuando fui a quejarme con mis justificadas excusas mi madre ya había sacado el bizcocho de emergencia para que se lo diera a los vecinos.
No tenía otra opción, así que saque mis pantalones del Bershka, mis plataformas negras de Lady Gaga, mis 40 cadenas, mis gafas de sol de la protagonistas de The Cratf y mi gorro de Billie Eilish para dar la mejor imagen de mi familia.
Cuando me acerque a casa de mis nuevos vecinos vi la razón por la que mi mundo paso a ser otro.
Un espejismo de ojos grises y melena calor turquesa débil. Un dulce espejismo que vestía con una camiseta de ángeles barrocos y llevaba un pantalón igual que el mío combinado con una chaqueta vaquera. Un espejismo que me miró y sonrió. Un espejismo que se iba acercándose a mí para saludarme y presentarse. Un espejismo llamado Elías.
– Hola.— salió de sus dulces labios de color carmín.— Parece que somos vecinos. ¿Cómo te llamas? Yo soy Elías.
Aquel dulce espejismo tenía toda la confianza para hablar con otros que a mí me faltaba. Estuve congelada por unos segundos, pero reaccione lo suficiente rápido para no parecer tonta.
– Hola.— dije, intentando parecer confiada.— Alicia. Mi madre me ha dicho que os de esto para parecer buenos vecinos.
– Jajajaja, vale.— contestó.– Me gusta tu estilo, vistes bien.
– Gracias, pero en realidad me he puesto esto para hacerme la chunga.
– Pues a mí me gusta.— dijo.— Billie Eilish me encanta.
– Sí, me gusta, pero me gusta más Melanie Martínez.— dije.
– ¿La conoces?— me preguntó.— Conozco a muy poca gente que la conoce.
– Bueno, no te molesto más, seguro que tienes mucho que hacer.— dije.— Y yo tengo que meterme con JPelirrojo en....
La vergüenza se había apropiado de mi y lo único que quería hacer era correr pero Elías me dijo:
– ¿El de el máster de 4000 euros?— dijo.— Di algo de mi parte.
– Eso haré.— dije.— Bueno, adiós.
– Ciao.– contestó, mientras se dirigía a su casa.
No había tenido tantas ganas de morirme desde que le dije a mi profesora de Lengua "mamá", ese era mi nivel de vergüenza.
Le acababa de decir a un dios griego que tenía que irme porque iba a meterme con JPelirrojo.
Subí a mi cuarto y me tumbé en mi cama para pensar en lo que había pasado. Empecé a sentir un sentimiento extraño en el estómago. Era raro, pero no era desagradable. Estaba nerviosa y me movía como si tuviera Parkinson, pero me sentía feliz. Era la primera vez que sentía eso. ¿Por qué no había sentido eso nunca? Era obvio que era porque me gustaba Elías, pero yo ya había estado enamorada antes y no había enviado eso.
Elías tenía algo, pero no sabía que era.
Tal vez era porque era guapo, pero no podía ser, yo ya había conocido a muchos chicos así de guapos.
Podía ser por su forma de vestir, pero yo ya me había "enamorado" de gente que vestía de forma similar y no sentía eso.
Elías era un misterio para mí. Un chico que acababa de conocer que me había robado el corazón con una presentación y una corta conversación.
Estuve pensando en él todo lo que me quedaba de tarde. No hice lo que tenía pendiente para ese día.
Puede que el fuera un misterio para mí, peri yo iba a resolverlo.