Día 9

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Antes de seguir, demos una pausa y entendamos que para que nuestras vidas tengan sentido no es necesario ir en línea recta porque hay curvas que nos enamoran, desvíos que nos atrapan, atajos que nos convienen, saltos que nos hacen más fuertes, rampas inesperadas y subidas que nos dejan sin aliento.

Entendamos que nada tiene que ser progresivo porque aunque estamos en el día nueve damos saltos y tenemos la prueba de ello, hoy estamos en esta página que te cuenta una historia abstracta, una que no ocurre a diario, una que no cronometra el reloj, una que no es estructurada pero que es tan real como los pasos que damos, largos o cortos son esos que nos identifican tanto a ti como a mi, ¡y eso sí que está bien!

Qué importa si vamos del tres al siete, del nueve al cinco o del diez al cero, ¡no importa! es nuestro ritmo, ese que nos determina en cualquier lugar que nos detengamos a visualizarnos por un momento. Tanto tú como yo sabemos que son pocas veces que lo hacemos porque se nos hace imposible parar, siempre queremos seguir, seguir y seguir hasta conseguir eso que tanto anhelamos.

Pero son tantas las ocasiones en las que ir por un camino recto no es lo nuestro, nos gusta lo correcto pero no lo aburrido, nos engancha lo ordenado pero con sentido y mucho sentido, nos gusta conseguirlo todo pero quizás no manteniendo una consecuencia porque un día tenemos ganas y al otro no, ¡es normal!

Es normal estar y no estar, sentir y no sentir, hacer y no hacer, seguir y parar, es válido decir ¡BASTA!, basta de escuchar al mundo y no escucharnos a nosotros, basta de complacer a nuestro alrededor, basta de decir lo que el otro quiere escuchar, basta de ser irreales.

UNA CUARENTENADonde viven las historias. Descúbrelo ahora