Los rayos de sol entraban por la ventana molestando a cierto rubio. - Mmm ¿qué miras? - Preguntó somnoliento al sentir la mirada de Kai clavarse en su figura.
- A ti. - Dijo sonriente. Él ya estaba vestido y sentado en una esquina de la cama, esperaba pacientemente a que su rubito despertara.
- Me vas a desgastar, pesado. - Se dio la vuelta y se tapó hasta la cabeza.
- Con que pesado ¿eh? - Tiró de la sábana para atrás, dejando a Jale totalmente descubierto. - Venga copito, es hora de levantarse. - Besó tiernamente su cuello, provocándole un escalofrío que le puso los pelos de punta.
- Ya estoy despierto, ¿contento? - Dijo frotándose los ojos somnoliento, el moreno sonrió y se acercó lo suficientemente como para poder besarlo. - ¡Kai! que estoy recién levantado. - Se quejó, mientras se estiraba.
- Como sigas exhibiéndote no voy a poder contenerme. - Le susurró mordiéndose el labio. Jale se sonrojó fuertemente e intentó taparse como pudo con la sábana.
- ¿Quieres que te preste alguna sudadera? Como aparezcas así delante de Álex me matará. - Comenzó a rebuscar en su armario algo que no le quedara excesivamente grande. - ¿Qué tal esta? - Le mostró una básica de color amarillo, el rubio asintió y se le levantó para ponerse los pantalones y las botas. - ¿Cuándo he pasado a ser vip? - Bromeó al ver que se quitaba la camiseta, este suspiró molesto y se puso la sudadera. - Te está muy grande, pero me encanta como te queda. - Dijo abrazándolo con ternura, posteriormente le colocó un poco el cabello ya que había amanecido algo despeinado.
- ¿Nos vamos? - El estomagó de Jale rugió, y este tiró de la prenda amarilla hacia abajo, avergonzado. El moreno rio y rodeando los hombros del menor, salieron de la habitación.
- ¿Deberíamos esperarlos? - Preguntó Kai mirando hacia la puerta contigua a la suya.
- No te preocupes, le escribiré a Álex. - Sacó su teléfono y le mandó un mensaje a su hermano, indicándole que estarían abajo desayunando. Inmediatamente recibió la respuesta. - Están ya en la cafetería, nos han pillado el desayuno. -Le informó sonriente, aunque algo extrañado porque Álex se hubiera despertado antes que él.
- Guau Jale, definitivamente el amarillo es tu color. - Le piropeó Elián, cuando ambos llegaron a la cafetería que provocó que susurra razón un gracias, sonrojodo
- ¿Qué le pasa al pelirrojo? - Preguntó Kai intentando aguantar la risa. Álex se había quedado dormido mordiendo su tostada.
- Se picó anoche, y estuvimos hasta tarde jugando a las cartas. - Comentó Iria bostezando. Jale rodó los ojos, conocía a su hermano en los juegos, y al parecer no paraba hasta ganar. Lo mami es que era demasiado bueno en los juegos de cartas.
- Lo suponía. - La mano del rubio acariciaba suavemente el cabello pelirrojo de su hermano para despertarlo, todos miraban con ternura la escena.
- Oh Jale, ¿cuándo has llegado? - Le pegó otro mordisco a la tostada, como si hubieran reanudado el trabajo de una máquina.
- ¿Quién ha acertado con mi desayuno? - Dijo asombrado cuando vio su zumo de naranja acompañado de tortitas con sirope de caramelo.
- He sido yo, me gusta observar a la gente. - Respondió Elián sonriente, mientras miraba como Kai disfrutaba comiéndoselo.
- Está loco, pero me encanta. - Añadió emocionado el pelirrojo. - Y bueno ya sabemos quién es el favorito de Kai. - Jale casi escupe su zumo, el pelirrojo tenía un serio problema con intentar que durante las comidas escupiera algún tipo de líquido.
- Tú lo has querido. - El rubio movió la mano sobre el vaso de Álex, congelando su contenido al instante.
- Lo siento hermanito, prometo que no bromearé sobre tu relación con Kai. - Colocó ambas manos y agachando la cabeza, le suplico que le descongelara si zumo.
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Academia de Héroes: Descongelando La Rebelión [Editando y terminando]
FantasíaAcompaña a Jale, un chico que debe afrontar el duro destino que le espera. A través de la superación y el esfuerzo deberá enfrentar innumerables peligros, pero no estará solo, contará con la ayuda de valiosos aliados, y quizás con el apoyo de algo a...