El molesto sonido de la alarma invadió su habitación, odiaba tener que levantarse temprano. Una vez que la detuvo, Yonghoon volvió a intentar dormir. Un día que faltara a clases, no habría problema, su asistencia no iba mal.
O eso pensó hasta que un adorable chico hizo acto de presencia en su mente y, aún con mucho sueño en él, se levantó de la cama. No podía dejar solo a su niño.
🐰
El castaño subió su bufanda, cubriéndose más el rostro si podía, el invierno empezaba a hacerse notar. El sonido de notificación de su teléfono sonó, indicando la llegada de un mensaje, Kiwook sacó su teléfono del bolsillo de su pantalón para leerlo de inmediato, ya se imaginaba quien era.
Baby Hoonie😍💓
¡Buenos días, amor! 💘
Me atrasé otra vez 😭
Llegaré tarde, nos
vemos en el receso😘Al terminar de leerlo, Kiwook sonrió negando con su cabeza, no había caso con Yonghoon, por más que le dijera que se fuera a dormir temprano, éste hacia totalmente lo contrario. Guardó de nuevo el teléfono, siguió caminando hasta el establecimiento dándose ánimos mentalmente, hoy no era de sus días favoritos.
🐰
Kiwook caminaba por los pasillos del establecimiento, odiaba tanto las clases de los días lunes. En una no le iba muy bien, otra era muy aburrida y en la última de ese día no le entendía absolutamente nada al profesor, lo que le causaba un muy mal humor para recién estar iniciando la semana.
— Hey bebé, buenos días. — saludó Yonghoon, dejando un corto beso en sus labios cuando estuvo frente a él.
La sonrisa volvió a aparecer en el rostro de Kiwook, su novio hacía de sus días más bonitos y esfumaba temporalmente su mal humor por su pésimo lunes. El menor abrazó a Yonghoon, el chico estaba calientito, ojalá pudiera estar abrazado a él durante todos los días fríos. El pelinegro rió un poco, Kiwook parecía un pequeño gatito aferrado a él.
— ¿Tienes frío, cariño? — Kiwook asintió, aún en el pecho de Yonghoon, — Vamos a comprar algo caliente para que bebas, ¿sí?
— Que sea una leche de chocolate por favor. — pidió soltando el cuerpo del contrario.
— Lo sé. — y tomó su mano, entrelazando sus dedos para caminar juntos hasta la cafetería del lugar.
Y una vez con la comida comprada, buscaron una mesa libre para desayunar encerrados en su tierna burbuja de enamorados, como les decía Dongmyeong, un amigo de ambos y no exageraba. La pareja realmente se centraba en su propio mundo cuando estaban juntos, las malas miradas o lo que decían de ellos no importaban mientras estuvieran al lado del otro. Sin embargo, su burbuja no podía aislar todo. Yonghoon observó como Kiwook se había comido hasta su sandwich y todas las galletas, el mayor sabía que indicaba aquello y no le gustaba para nada.
— ¿Tenías muchas hambre, bebé? — bromeó. Kiwook se sonrojó al ser atrapado, bajó su mirada notando que no había dejado nada para el pelinegro. Yonghoon suspiró, y levantó el rostro de Kiwook desde su mentón con una de sus manos, mirando a los ojos avergonzados de su niño. — No te sientas mal, sabes que puedo comprar más, pero ¿ella no volvió a llegar a casa, verdad? — y el que Kiwook desviará la mirada le decía que estaba en lo correcto.
Los padres del menor se habían divorciado hace unos tres meses más o menos, aunque su padre dejó la casa, sigue en contacto con Kiwook y le envía dinero. Lamentablemente, aquel dinero pasaba por su madre primero. Ella se gastaba casi todo en quién sabe qué, llegaba sólo en la noche a la casa para irse muy temprano al otro día, en ocasiones ni llegaba, dejando a Kiwook sin comida en casa ni dinero. Yonghoon entendía que a la mujer le duela el fracaso de su matrimonio, pero no era excusa para descuidar a su hijo. Kiwook hacia lo que podía con el dinero de su trabajo a medio tiempo, lo que seguía sin ser suficiente. No quería irse a vivir con su padre para no dejar a su madre a su suerte y tampoco alejarse de Yonghoon, pero todo era tan difícil. A Yonghoon le rompía el corazón saber que Kiwook vivía de esa forma y que él no pudiera hacer más por su novio.
— ¿Por qué no le dices a tu padre lo que ocurre? Tal vez puedan arreglar que tú seas quién retire el dinero de la cuenta y no tu madre. — insistió, otra vez.
Kiwook se levantó de la mesa, cabizbajo y algo molesto, Yonghoon siempre insistía con eso. — Sabes que no lo haré, ocasionaría muchos problemas. — y se alejó, botó el envoltorio de las galletas y el vaso en la basura, saliendo de la cafetería sin siquiera detenerse a esperar o mirar a Yonghoon.
El pelinegro lo siguió apenas unos segundos después, Kiwook cuando se enojaba caminaba demasiado rápido. El castaño estaba por subir las escaleras para ir a su salón, pero Yonghoon alcanzó a tomar su brazo, en ese momento sonó el timbre indicando que el receso acabó y el pelinegro le rogó a través de sus ojos a Kiwook que no se fuera, y éste cedió. Caminaron uno al lado del otro hasta el patio, buscando algún rincón en que no fueran vistos y posteriormente, regañados.
Yonghoon abrazó fuertemente a Kiwook, quién no correspondió. — Perdóname, pero no puedo saber que sufres y que no puedo ayudarte. — deshizo el abrazo buscando la mirada de su novio, — Kiwook, te amo demasiado. Si pudiera llevarte a vivir conmigo y así darte todo lo que una linda persona como tú se merece, te juro que lo haría. — El castaño le miró enternecido, él lo sabía. Yonghoon le dió una sonrisa triste, — Odio tanto ser tan joven.
— No digas eso, extrañarás serlo cuando seas un adulto. — ambos rieron con pocas ganas, quedando en silencio un momento. — Tampoco digas que no me ayudas, porque si lo haces. Sé que dejas que me coma todo a propósito, me vas a buscar a mi trabajo y no me dejas irme de tu casa sin cenar, me ayudas con mis estudios, buscas soluciones para mi situación, me proteges y sobre todo, me amas. Yo sé que me amas Yonghoon y estoy más que agradecido por eso, soy feliz a pesar de todo con sólo saber que cada mañana al levantarme podré estar junto a ti un día más.
Con sólo decirle aquello el corazón de Yonghoon estaba latiendo como un loco y las ganas de llenar de besos a Kiwook eran incontrolables, sin embargo necesitaba decir algo antes de hacerlo. — Estaré contigo siempre Kiwook, porque te amo con toda mi alma y estoy infinitamente enamorado de ti. — y se acercó a él, tomando su rostro entre sus manos.
— También te amo mucho, — y apenas dijo la última palabra, Yonghoon juntó sus labios en un beso que selló esa promesa que unió sus corazones en un inquebrantable vínculo.
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Onewe One Shots
FanfictionOne Shots de distintos shipps de la banda coreana Onewe. #17 - Onewe 26 03 20