Hace 6 años antes de emigrar a República Dominicana, tuve una compañera de trabajo que era emigrante. Ambas éramos asistentes en una peluquería que quedaba en un centro comercial muy reconocido para ese entonces, nosotras trabajábamos para estilistas muy bien pagados, pero en ella había algo raro, siempre la notaba perdida y decaída, con una tristeza en su mirada, se le notaba que algo le faltaba, porque como era posible que una chica tan bella, transmitiera una amargura tan grande? Que le sucedía? Al mirarla siempre me hacía esa pregunta, pero nunca me atreví a preguntarle hasta un día ..
En mi tiempo libre subí a fumarme un cigarrillo y ella subió de la nada y se sentó a mi lado y con voz baja me dijo "fumar es malo, espero que cuando decidas dejarlo no sea demasiado tarde". Solo reí y le dije, "créeme qué hay cosas que matan más que un cigarrillo, como pensar tanto, el aislamiento y no vivir lo que ya está destinado a ser", ella solo sonrió y me dijo, "tienes razón".
Y al marcharse le dije, puedo preguntarte algo? Ella me miro y me dijo, si, claro. Entonces le dije...
Que tienes? Porque estás tan triste? Noto tristeza en tu mirada, se puede saber porque? Bastó decirle eso para que saliera una lágrima de sus ojos, y con su mano izquierda lograra limpiarse la cara y decirme, "nada, no me pasa nada".
Le volví a decir, estás segura que no pasa nada? Puedes hablar conmigo, quizás puedo entenderte y también eso te ayudará a desahogarte, es bueno desahogarse, es sano. De verdad no te pasa nada?
Ella con una sonrisa fingida me dijo, "si botas ese cigarrillo te cuento", yo sin pensarlo dos veces tire el cigarrillo y le dije ok.Te escucho....
Con los ojos aguados y voz aguda me dijo. Soy emigrante, vengo de un país donde para comer tienes que perder tu dignidad en largas colas, donde no hay oportunidad para crecer, donde no puedes salir sin miedo a ser robado, donde no puedes tener sueños, ni un futuro estable porque no hay nada, me fui buscando un futuro para mi y para ayudar a los míos y ahora me encuentro aquí, en un país que me abrió las puestas pero, noto cada día como por la ignorancia de un pueblo que no quiere reaccionar se las están cerrando, me duele, me duele el doble, siento miedo de mañana despertar y volver a la misma pesadilla, por lo menos allá tenía a los míos, pero aquí? Aquí no tengo a nadie, y hoy en día entiendo lo que tanto me decía mi madre, "hija en las buenas estarán todos, pero en las malas? En las malas verás malas caras y muchos rostros, solo tú madre y tu padre te podrán apoyar y si cuentas con la bendición de Dios ellos para ti estarán.
Mi consejo para ella fue, "no te detengas y sigue tu vuelo, mira este cambio como una razón para salir adelante, para encontrarte y superarte, demuéstrale a tus miedos que puedes con esto y con mas, no te dejes vencer por los pensamientos, que los malos pensamientos generan malas vivencias"
Hoy en día entiendo a mi amiga la emigrante, esa que en cada rincón se quedaba pensativa, que extrañaba a su familia y deseaba volver a su casa y sentir esa paz que muchos perdemos a salir de nuestro país.
Seis meses luego de esta conversación, ella me dijo que se iba del país, y antes que se fuera le dije, "permite que tus pensamientos sean positivos, para que a donde llegues no tengas que estar en un rincón, si no reconociendo que tienes un don y que debes fortalecerlos y cumplir tus sueños, esos que te hicieron salir de tu país por un mejor futuro"
Al tiempo note que estaba diferente, se veía más viva, más alegre, me enteré que ya no era asistente si no una peluquera que tenía asistentes que trabajaban para ella, aparte de cambiar de país, cambio de mentalidad, eso la ayudo a evolucionar.
En ese momento Venezuela no estaba cómo está ahora, aún había comida y se podía ir a un supermercado tranquilamente . En ese momento mi Venezuela aún reía, aún había oportunidades para los que soñábamos con superarnos y nunca irnos de nuestro país. Porque no hacía falta hacerlo.
No pasó más de un año para que todo lo que me dijo mi compañera de trabajo empezara a suceder, mi pueblo se estaba quedando sin comida y empezaron las largas colas por suministros básicos , y muchas aves empezaron a volar en busca de un mejor futuro, un futuro que ya no se veía en Venezuela.
Hoy en día, me siento como ella, sola y distante, porque conozco a muchas personas, pero cada quien tiene su familia y sobre todo tienen su vida, y soy como ella en gran parte, porque no me gusta molestar a nadie, me considero alguien fría y distante, que dice cuando está bien, pero nunca si esta mal, hoy en día entiendo que para ser feliz se necesita más que salidas, más que dinero, más que comida, necesitas abrazos y buenos días, necesitas cenas en familia, necesitas un te amo luego de una charla con sabiduría, que los necesitas a ellos que son tu familia, los necesitas a ellos que no te abandonarán cuando te sientas vencida, los necesitas a ellos que son tu manera de salir adelante cada día, y que necesitas hacerles entender que los quieres y que a veces no basta hacerlo en la distancia, pero aunque estés lejos de ellos, no pierdes la fe de que pronto todo mejore y que ese país que te abrió las puertas será bendecido y no solo que será un país bendecido si no fortalecido y mas unidos que nunca, y con una mente más nutrida de conocimiento y amor divino, que saldrá adelante y que cuando todo pase, volverás a estar con tu familia como antes.
Nunca olvidare esa plática con aquella chica emigrante, lo que hoy en día siento me hubiese gustado sentirlo antes y poder darle consuelo y un abrazo gigante.
Pero si algo me quedo muy claro hoy en día, es que debemos de escapar de esos pensamientos que nos invaden, debemos fortalecernos y darle gracias a Dios por estar vivos y poder ayudar a nuestros seres queridos, estando lejos o estando unidos, y demostrarnos a nosotros mismos que aunque nos quieran ver caer, avanzaremos y seremos más que emigrantes, seremos voz y paz para muchos que pasan por esto constantemente.
El principio de todo esto empieza por ti, tú decides si salir adelante o quedarte ahí en un rincón sin aprovechar tu don.
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Mi compañera la emigrante .
Short StoryUna chica emigrante que soporto dos caídas, la de su país, y la de un país donde fue a buscar suerte. Sin darse cuenta que si no cambiaba su mentalidad siempre tendría que huir, pero de ella misma.