Venezuelan girl | Son Heung Min

One;♡

Capítulo 1
❝La cena❞

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Sentía su respiración acelerada y el bulto de su entrepierna chocaba contra mi muslo izquierdo. Su trabajado cuerpo de futbolista me tenía acorralada contra la puerta que acababa de cerrar con pestillo.

—Son, se te correrá el maquillaje después de esto y mi trabajo no habrá servido para nada —intenté controlar mi respiración pero notarlo contra mi estaba pudiendo con el poco autocontrol que me quedaba—

—El maquillaje no será lo único que se corra aquí —puso una sonrisa daleada y me acarició con una mano la mejilla— y tu trabajo ha servido para volverme loco por ti ¿te parece poco?

Sonreí y entonces escuché el revuelo de gente buscando a Heung Min. Cerré los ojos con fuerza intentando controlarme si es que quería continuar con mi empleo.

—Deberíamos salir, tu entrevista está a punto de comenzar y si nos pillan perderé mi trabajo, mi reputación y mi dignidad.

—Prométeme que saldremos a cenar esta noche y te dejo marchar —su insistencia me estaba poniendo nerviosa. Es obvio que quería ir con él pero no iba a hacerlo. Conozco a los chicos como él y yo no soy otra cualquiera que pueda usar y tirar. Pero a él no le entraba en la cabeza. ¿Tanto le costaba aceptar que pasaba de él? Y ha pasado lo que no quería que pasase. He entrado en su juego—

—Te he dicho que no quiero —respiré profundamente para intentar tranquilizarme pero el hombre que tenía delante me estaba volviendo loca.

—Sabes que sí. Hasta yo sé que quieres. Por eso no voy a dejarte escapar así como así y que pierdas la oportunidad de cenar con el hombre de tu vida.

Solté una carcajada que él silenció besando mis labios. Que rico se sentía. Sus manos viajaron a mi cintura y  cuando me apretó contra él mi cordura desapareció.

Enrrollé mis caderas en su cintura y mis brazos en su cuello. Nuestros labios se movían juntos, como bailando una canción propia, una canción que se sentía la más linda del mundo. Sus manos me apretaron el trasero y el beso se tornó intenso y desesperado. Mis manos lo atrajeron más a mi si es que eso era posible.

Alguien intentó abrir la puerta y entonces mi cordura tuvo la fantástica idea de reaparecer. Me separé de un salto y en la cara de Son pude ver una sonrisa de suficiencia. Me pegué una bofetada mental. Ya había caído.

Estúpida, Danny, idiota.

—¿Hay alguien ahí? —se escuchó hablar a una voz femenina desde detrás de la puerta.

Miré al hombre tan perfecto que tenía frente a mí y le dije con la mirada "¿Qué hacemos?". Él se acercó a mi oreja para susurrarme.

—Acepta la invitación y prometo que no te pasará nada. Y no me refiero solo a tu empleo —su labios rozando mi oreja susurrándome cosas mandaba escalofríos a todas las partes de mi cuerpo. La chica que estaba detrás de la puerta no paraba de insistir e intentaba abrirla con todos los medios.

—Está bien —acepté finalmente y Son sonrió satisfecho. Me dió un casto beso en los labios y salió a arreglar la situación.