Capítulo 27 (Editado)

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Capítulo 27


Cada vez estaban más unidos, se les había complicado más de lo que creían, pero lo habían sabido sobrellevar. Intentaban pasar juntos el máximo tiempo posible luego de la semana tan agitada que habían vivido. Todas las noches Dimitri se escapaba al pueblo y con cuidado entraba por la ventana de Maya cuando todos estaban dormidos para poder verse, ella lo esperaba pacientemente y al verlo llegar lo abrazaba con euforia. Era lo único que les quedaba luego de las constantes amenazas de Aarón. Dimitri por su parte se volvía a sentir en paz, con Maya le resultaba fácil ser él mismo; solo con ella se sentía realmente bien por primera vez en su vida. Sentía como todo de él se modificaba a ser una mejor persona, era tan fascinante. Lo único que hacía el día entero era pensar en Maya y en cómo ser mejor para ella cada día.

—Te amo. —había susurrado separándose de los labios del hombre el cual respiraba agitado.

La noche estaba puesta y las luces de la habitación de Maya apagadas. No se escuchaba nada más que sus respiraciones. Él la observaba en la oscuridad de la noche, apoyado en los codos para poder soportar todo el peso y ella pasaba sus dedos por su cabello negro, despacio y con un amor tan grande que era visible para cualquiera que los viera. Se amaban, era más que notorio y creían que nada ni nadie podía cambiar eso que los estaba consumiendo.

Te amo, te amo tanto que me desconozco cuando estoy contigo. —Dimitri le aseguró luego de juntar sus labios nuevamente, amaba besarla, sentirla, todo de ella lo volvía loco y sabía que estaba perdido, sin embargo, podía asegurar que Maya estaba igual que él y eso lo alegraba enormemente. —Definitivamente la mejor parte de mi día es cuando estoy contigo. —el corazón de su novia palpitó con fuerza.

—Eres lo mejor que me pudo haber pasado. —sus ojos se cristalizaron al decirlo.

Dimitri le acarició la cintura con una de sus manos mientras aspiraba el olor de su cuello con fuerza.

—Me quedaré esta noche. —los ojos de la joven se abrieron en forma sorprendida, ella llevaba días proponiéndolo, pero el por respeto a sus padres no había aceptado. Dimitri sonrió besando su frente con cariño. —Tengo una sorpresa para ti y te la mostraré mañana a primera hora.

Esta vez Maya sonrió tan grande como si de una niña a la cual le acababan de dar un dulce se tratara.

—¿Sorpresa?

—Sí. —susurró sonriendo de igual manera. —Pero ni te emociones porque no te voy a decir más.

Maya soltó un suspiro con fingida molestia y Dimitri confirmó que a veces su novia podía ser muy mimada, sin embargo él estaba más que feliz por cumplir cualquiera de sus caprichos.

Cuando la respiración de Maya se sintió calmada sobre su pecho, confirmó que se había quedado dormida. Sus cuerpos encajaban a la perfección a pesar de ser tan diferentes físicamente. Era una locura, estaban locos totalmente por seguir con eso pese a los contras. Imaginó una escena del padre de Maya entrando por esa puerta con el rostro enojado y los puños apretados, obligándolo a largarse y haciéndolo jurar no volver a buscar a su hija, también imaginó a su propio padre golpeándolo sin parar si se enteraba de lo que había estado haciendo. Mentía si decía que no lo asustaba pensar en eso, no por él claro estaba, era ella, esa linda chica de cabello desordenado que se había metido en su vida sin ticket de salida. Porque sabía que nunca podía sacarla, estaba enamorado, ella lo había enamorado sin esfuerzo alguno. Y era muy gracioso porque nunca había creído que eso realmente existiera. Maya lo había hecho con una facilidad inimaginable, pero solo sería ella: de eso estaba seguro. Sólo sentiría eso llamado amor una vez, una única vez. Y esa experiencia lo estaba marcando, sabía que era una marca permanente, una marca para siempre. Escuchó decir a alguien que el amor dejaba huella, y el suyo sí que lo estaba haciendo. Maya de había tatuado en su alma. Estaba luchando por ellos, dejando el alma entera en su amor, esperaba que fuera suficiente porque se había lanzado sin paracaídas confiando que lo tenían era lo suficientemente fuerte para recibirlo abajo.
Se durmió segundos después con tranquilidad infinita al sentirla entre sus brazos.

Punto débil © (Nueva Versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora