24: You're just a daydream away

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¿Por qué la desgracia me perseguía?

No, creo que haré la pregunta de manera diferente: ¿Por qué la historia se volvía a repetir? Una amiga de mi mamá tuvo una historia casi parecida, y ahora yo me encuentro en esta situación. Con la diferencia de que no sabía qué hacer. Esperaba que Rory no se diera cuenta de lo sucedido porque explotaría y el primero en salir lastimado sería Arvel.

De igual manera, una parte de mí se sentía como una idiota por haberle creído a él, lo sentía tan sincero cuando me besaba y cuando decía lo mucho que le gustaba, pero claro, todo era para ganar esa ridícula apuesta. ¿No es así?

Me quedé pensando en la apuesta hasta quedarme dormida. Lo peor es que soñé con esto. Uno de ellos trató de cómo lo perdonaba y volvíamos a intentar. Y en el otro, lo dejaba ir sin importarme si la apuesta era cierta o falsa.

A mitad de otro sueño —en una pelea de dragones con unicornios— sentí que me movían ligeramente. Di unos manotazos al aire, tratando que dejara de molestarme, pero estos se volvieron más constantes. Abrí los ojos, dispuesta a pelear con la persona culpable de no permitirme ver el desenlace de la pelea.

Fantástico, era Rory.

—Dormilona, ya despiértate.

—No quiero —Tomé mi cobija dispuesta a volverme a dormir—. Ahora, adiós.

—Mamá y papá quieren hablar con nosotros.

Tomé asiento rápido, probablemente mi cabello se veía como si hubiera pasado una manada de pájaros, pero eso no importaba en ese momento.

—¿Sobre qué?

—De lo que hice ayer.

—¿Les dijiste? —pregunté un tanto molesta.

—No, y no tengo idea de cómo se enteraron.

Suspiré, empezando mal el día.

—Ahora bajo.

No sabía cómo iba a reparar eso, en especial porque no sabíamos quién era el responsable de decirle a ellos.

En la cocina el ambiente era demasiado tenso. El que se miraba más molesto era mi padre, mi mamá se veía tranquila como siempre. Me senté a un lado de mi hermano, quedando frente a mis progenitores.

—¿Hay algo de lo que quieras hablar con nosotros, Candace? —comenzó mi papá.

Aquí vamos...

—Por ahora, no.

—Se sincera, cariño. Nos dijo un amigo de ustedes que Rory te dio permiso de ser novia de Arvel sin siquiera consultarlo con nosotros.

—Ya déjala, mi amor. Eso es asunto de Candy, no de nosotros.

—Pero...

—Además —interrumpí—, yo aún no tomo una decisión. Arvel solo lo hizo para que pensara mejor en mi respuesta. ¿Feliz?

Rory me vio confundido y yo trate de hacerme la que no entendió. Tal vez era mejor así.

*

Estaba terminando de alistarme, traía puesto un vestido morado —como inspiración por parte de mi sueño— y un chaleco de mezclilla. Ondulé un poco mi cabello y puse un poco de maquillaje en mi rostro. Debí estar emocionada porque al fin no importaba los regaños de Rory, pero eso no estaba por seguir pensando en Arvel, Peter y la apuesta. Me miré un poco más en el espejo, ¿por qué sucedía todo eso?

—¡Enana, ya es hora de irnos! —gritó mi hermano desde la planta baja.

—¡Voy!

Tomé mi celular y fui corriendo al encuentro con mi mellizo, quien no se miraba contento por la elección de mi ropa. De todas maneras, no se quejó por ello en el camino, ni habló y eso si me parecía extraño.

Llegamos al restaurante, en eso también aparecía Gerard y Peter. Me seguía sorprendiendo la suerte que tenía, en especial al notar la mirada de Peter Jones.

"Es el momento de defender a tu hermana, Rory". Pensé, deseando que la telepatía entre mellizos existiera.

—Hola —saludó Gee.

—Hola —respondimos Rory y yo.

—Candace —habló Peter—, ¿cómo has estado?

—Excelente —dije sarcástica—, ¿y ustedes?

—Muy bien, en especial ahora que te veo.

—¿Les molesta si entramos de una vez? —preguntó Rory.

—Por supuesto que no —contesté.

Peter no se miraba del todo contento por mi respuesta, pero no me importaba. Estaba completamente segura de que él era el responsable de que mi padre se enterara del drama de mi vida.

Entramos al restaurante y me di cuenta de los planes macabros de mis amigos, siendo específicos, de Phoebe y Gee. Ah, y Benjamín. Aunque Gerard se encontraba junto a mí, sabía que también estaba involucrado. Su plan consistía en que me sentara cerca de Arvel, eso lo confirmé por la mirada que me dio el pelirrojo y la sonrisa de Ben al verme.

En otras circunstancias hubiera estado encantada, pero ese día no me encontraba de humor. A pesar de que mi corazón se derritió al ver a Arvel ignorando de manera discreta a nuestros amigos por andar pensando en sabrá el creador qué.

Solo en ese segundo me retracté y comencé a, casi, trotar para estar junto a él. Sin embargo, la mala suerte seguía conmigo, ya que Peter Jones se sentó en dicho lugar, ganándose la mirada asesina de Benjamín, Phoebe, Bob y Jacob.

Después de eso, no importaba donde quedaba, porque no tendría la imagen del amor de mi vida de cerca.

Siempre fuiste tú ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora