Harry estaba preparando la cena tranquilamente mientras tarareaba una canción que sonaba en la radio, revolviendo la pasta y preparando las albóndigas.
Hace ya seis años que conoció a su esposo Louis y a su, en ese entonces, pequeña hija Sara. Nunca imaginó que tendría una pareja que tuviera un hijo de otra persona, pero no le importó porque quedó encantado con la pequeña niña.
Sara era una niña encantadora.
Cuando Louis le dijo que tenía una hija se sorprendió muchísimo pero lo entendió así que le dijo que le gustaría conocerla. Louis le dijo que comprendía si ya no quería nada con él, Harry le sonrió dulcemente.
Al conocerla sinceramente lo conquistó con su dulzura. Era muy dulce.
Hubo un día en que fue a cenar a casa de Louis y la encontró en el patio trasero observando las estrellas. Parecía que estaba un poco triste no quería interrumpir pero verla triste no le gustaba en lo absoluto.
—¿Puedo acompañarte?— preguntó.
Sara giró en su dirección asintiendo entonces Harry se sentó a su lado y se quedaron observando las estrellas unos minutos más en silencio.
—¿Alguna vez alguien te lastimó mucho, Harry?
Harry se sorprendió por la pregunta pero intentó responderla con calma.
—Lo hicieron, sí.— suspiró profundamente dejándose llevar por los recuerdos—. Recuerdo que cuando era casi de tu edad me humillaron frente a toda la escuela. Pegaron en el casillero una foto vergonzosa y cuando llegué esa mañana todos se reían de mí pero no sabía por qué lo hacían hasta que mi amigo me mostró la razón. Lloré mucho ese día, no quería salir de mi habitación por vergüenza. Pero lo tuve que hacer porque ya faltaba poco para terminar y nunca supe quién fue porque me fui a la universidad lejos de casa.
— ¿Y que sucedió ahí?
—Me enamoré. — susurró— yo amé ciegamente una vez. Al principio todo era hermoso y me gustó muchísimo estar con esa persona porque me trataba bien, me prestaba atención y me regalaba detalles cada que podía. Terminé la carrera y comencé a trabajar pocos meses después pero él no y sin darme cuenta las cosas comenzaron a cambiar. Ya no habían detalles ni besos, los abrazos escaseaban cada vez más. Una noche llegué al departamento que compartíamos cansado y sólo quería dormir porque había sido un pésimo día pero en su lugar lo encontré con otra persona besándose. Yo simplemente me fui no grite ni reclamé simplemente me fui. Lloré tanto esa noche que prometí nunca enamorarme de nuevo.—sonrió—pero la vida da muchas vueltas y te obsequia nuevas oportunidades.
—A veces extraño a mamá— susurró— pero luego me recuerdo lo mucho que papá sufrió cuando se fue y quiero odiarla pero no puedo.
—No la odies sólo perdona lo que pasó. Sí, te lastimó mucho pero hazlo por ti misma. La vida es muy sabia, pequeña.
—¿De verás lo crees?
—A veces quita o lastima, hace que resientas tu existir. Pero cuando quiere te obsequia mucho, te recompensa lo que pasó.
—¿Cómo lo sabes?
—Porque prometí nunca enamorarme de nuevo y estaba tranquilo con esa decisión.— sonrió dulcemente — entonces fue cuando conocí a tu padre y eventualmente te conocí a ti también.
Harry supo que no era realmente esa la pregunta.
—¿Qué sucede realmente, cariño?
Sara se puso nerviosa.
—No quiero que papá y tú sientan que soy una carga, sé que pronto se casarán y que eventualmente formarán una familia. No quiero que papá me deje de amar.