↕ EN LO MAS PROFUNDO DE UNO↕
James Brown
─Eres una zorra.
─ Basta, me lastimas.
─ ¡Ja! No me digas, tú sabes las consecuencias de tus actos.
─ Nos están mirando....
─ ¿Crees que eso me importa? Al parecer a ti sí, pero no, a la señorita no le importo que la vean coquetear con otro chico mientras su novio iba a comprarle algo como un completo idiota─ varias personas que pasaban nos miraban, la mayoría me miraba con mala cara, otros simplemente nos ignoraban.
Que se metan en sus propios asuntos.
─Te juro que no estaba coqueteando, el solo me pregunto dónde quedaba la sección de comidas y yo le.... ¡ah!
─Mientes...
─James...
Note que su brazo de tez tostada por visitas a la playa se tornaba a un color morado, por la presión que le ponía. Me sentí un poco culpable, pero era su culpa, siempre lo era, ella sabía que me molestaba de sobremanera que hablase con otro chico y aun así lo hacía. No me importaba en lo absoluto lo que la gente pensara de mí, ella sabía cómo era, aun así me buscaba para tener algo conmigo. Aunque en este momento parezca que está sufriendo, a la cínica le encanta que sea así, le encanta ponerme celoso porque después de una discusión siempre volvíamos a lo mismo.
Sexo
Le encantaba que sea agresivo a la hora de hacerlo, le excitaba. Por ello duramos varios años de noviazgo, lo admito, nuestra relación era demasiado toxica, como yo le celaba a ella, ella también lo era conmigo, varias veces en nuestras discusiones estaba los rasguños que no eran tan profundos como para dejar una cicatriz, pero si lo suficientemente dolorosos. Ambos éramos inestables e impulsivos, y por eso nos complementábamos, esa era nuestra base al estar juntos, solo que ella solía actuar muy bien, en cada una de nuestras discusiones, al ver que no salía como ella quería, siempre se hacia la victima llamando la atención de los que nos rodeaban. Lo acepto, había veces que me pasaba y la lastimaba de más, pero se lo merecía, como ahora.
─Vamos a casa─ en silencio me siguió, caminamos algunas calles hasta que llegamos a las puertas de lo que era el edificio donde vivía, mi departamento era en el último piso, muy amplio y buena vista a las calles de la ciudad más codiciada, mis padres me lo habían regalado como recompensa de no haber venido a mi cumpleaños número diecisiete, ya había pasado casi un año de eso. Se encontraba en el centro de la ciudad, por ello era fácil llegar a la escuela más prestigiada, había dejado la casa de mis padres en cuanto me lo regalaron, y como me lo imaginaba, no me reclamaron nada, ya que ellos se la pasaban la mayor parte del tiempo en sus viajes de negocios. Hasta ahora las únicas personas que sabían de este departamento y habían entrado eran Clara y Mery.
Mery
Ella era una de las personas que en verdad apreciaba, nunca nos dejó de lado, siempre estaba ahí para controlarnos cuando teníamos esa clase de discusiones con Clara, cuando en verdad cruzábamos la línea, o solo yo, o ella, era alguien que procuraba que no tengamos esos ataques, y tanto Clara como yo la veíamos como nuestra mejor amiga, ella siempre trataba de arreglarlo todo con una sonrisa, un abrazo y una tasa de chocolate, me impresionaba su forma de ser a pesar de que casi nunca había recibido la suficiente atención de sus padres, su hermana mayor, no era la mejor que digamos, siempre hacia que no la conocía frente a los ojos de todos. Toda su familia la trataba mal o bien la ignoraban, eso lo había comprobado la segunda vez que fuimos con Clara a su casa, la primera nadie estaba a excepción de su hermana mayor, la cual no desaprovecho la oportunidad de coquetear conmigo, yo le seguí el juego pero como era de esperarse, Clara nos vigiló y en cuanto vio eso se puso como loca, golpeando y arañando a Ruby, Mery las separo, yo solo veía el espectáculo.
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Obsesión Creciente
RandomMery Merliha Foster Allen es una estudiante de último año en la preparatoria London, tiene unos amigos que sin duda ama con el alma, una familia que ella quiere a pesar de las adversidades y un chico que se roba su corazón con tan sólo una mirada...