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  --Hola, mi amor.-Danny corrió hacia él emocionado cual niño pequeño. Fue atrapado en aquellos fuertes brazos dejando sus pies descalzos centímetros del suelo. Danny amaba los abrazos de su novio.

  --Hola. ¿Esa es mi sudadera?.-Luke dio un paso atrás para apreciarlo.

  --Si.-Danny tocó sus rizos dorados, en un estado de pena. --¿Te gusta?

  --Me gusta. Te ves bien.-Sonrie. Se miraba tan adorable, el suéter gris le quedaba enorme, cubriendo todo su torso y parte de sus muslos. --¿Tienes hambre?

  --¡Si! ¡Comida china!.-Dio un salto de alegría. Corrió a la cocina a servir la comida.

Luke rio al verlo emocionado. Fue tras él, quitándose la chaqueta y sentándose en la mesa.

Danny estaba de espaldas a él, sirviendo los platos en la barra, podía suponer que él estaba de puntillas en el suelo, lo que provocaba que la sudadera se elevara más de lo normal.

Elevo la ceja al ver que se asomaba la parte baja de sus nalgas y la punta de su pene entre el espacio de sus piernas.

  --¿Danny?

El nombrado se giró con sonrisa encantadora. --¿Si?.

Dejo los platos en la mesa, se acerca quedando a su costado, acaricia sus hombros manteniendo una mirada juguetona; Luke elevó la mano y sus dedos tocaron la parte baja de sus nalgas.

  --¿No tienes ropa interior?.

  --Deberiamos comer.-Se aleja y sienta en su silla.

Toma los palillos chinos y comienza a devorar su comida.

El moreno entrecerró los ojos.

No sabe como en un par de minutos, Danny estaba con su pecho contra la mesa, su pierna derecha sobre ella, la contraria quedaba flotando en el aire rozando con la punta de sus pies el suelo. Sus manos encajando perfectamente en la pequeña cintura del Rand, mientras este gemía sin pudor, girando su cabeza por sobre su hombro para ver como el gran pene de su novio entraba y salía de su culo.

La sudadera estaba elevada dejando para maravillosa vista de Luke, a la altura de su espalda. Veía su erección dura, caliente, tan... grande jodiendo su pobre, pequeña y estrecha entrada de chico blanco.

  --Tragala toda, Rand... Tienes un culo tragón, eh...

  --Por Dios... nunca me acostumbraré a ti, Luke...-Sonrio glorioso.

Se tomó de la superficie de la mesa, movió sus caderas buscando mas de su novio. ¡Maldición! Amaba que Luke la tuviera enorme. Amaba despertar sin poder caminar, con sus piernas temblando como gelatina, amaba que Luke fuera más alto y grande que él, en todo el sentido de la palabra. Amaba ser tratado como un muñeco fácil de manipular, amaba ser pequeño y sentirse a completo merced en las manos del moreno. Amaba que le partieran el culo, que le hicieran un alboroto de tripas en su interior.

  --Que delicioso, mi amor...-Gimio contra la madera. --Haslo rápido...

El pene de Luke desapareció en un milisegundo del pequeño cuerpo de Danny, arremetiendo ferozmente partiendo en dos. Luke se apoyo en la mesa dándole embestidas con todas sus fuerzas, la piel morena golpeando la piel blanca. Los dedos del rubio se apretaron y su cintura se encorvo, su brazo izquierdo se tomó del cuello ajeno juntando ambos rostros y rogando por un beso. Beso que se vería interrumpido varias veces por los incontrolables ruidos de su boca.

  --Asi... más así por favor...-Rogo con ojos llorosos.

Hubo un momento en que literalmente no podía callarse y finalmente entré gritos de agonía de vino sintiendo todo el semen de su novio derramarse de él. Cayo en la mesa, con el cuerpo entumecido.

  --¿Listo para la segunda ronda?.-Luke se separa dándole una nalgada. Le toma la cintura, sin esfuerzo y lo gira quedando frente a frente. Danny apenas entrando en si, asiente con una sonrisa.

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HoodieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora