Locamente enamorados

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Era una día como los de siempre en el gremio más escandaloso y destructor de Magnolia,  como era de costumbre: Cana pegada a un barril tomando, Mira lavando un vaso con un trapo, Laxus como siempre de solitario en algún rincón, Juvia espiaba a Grey de lejos, Grey  peleaba con natsu, Erza trataba de comer un pastel y de no enojarse, happy perseguía a Charlie tratando de que acepte su pescado, Wendy platicaba con romeo, Nab pegado viendo el mural de los trabajos (nunca escogerá uno) y desde una mesa lejana en donde se podía apreciar mejor que era lo que hacían cada uno de los miembros del gremio estaban las dos mejores amigas: Lucy y Levy, ambas riendo como siempre leyendo un nuevo capitulo que Lucy acababa de escribir de su historia, pero algo andaba mal, algo no era como de costumbre un hombre malhumorado más de lo normal las observaba a lo lejos…

-¿Qué pasa Gajell? Has estado muy extraño estos últimos días- pregunto el mejor amigo gato (en este caso) del Dragón Slayer de Hierro.

-Tsh, tonterías no me pasa- Repetía ya como 10 veces esta frase al felino sin éxito a que dejara de hacerle la misma pregunta, aun así si no podía convencer al gato mucho menos se convencía el de lo que le estaba pasando.

-¡Hey! Somos compañeros ¿Por qué no solo me dices?- Insistía Lily con tal de que su amigo/compañero le dijera la razón por la que estaba así, aunque muy en el fondo él ya sabía incluso más antes que Gajell lo que le estaba pasando.

-Déjame iré a dormir un rato-Contestó -¡Hey enana ven! – agrego mientras se dirigía hacia su “lugar de descanso”

Biblioteca

-¿Qué es lo que sucede? ¿Aún no puedes dormir?- Le preguntaba una tierna y pequeña mujer de cabellos azules y grandes caderas.

-Tsh, No aun no y solamente puedo descansar tranquilamente estando aquí en la biblioteca- Era la excusa perfecta para que ella no sospechara absolutamente nada.

-Puedes quedarte, me iré a seguir leyendo la historia de lu-chan-

-¿Ya terminaste de buscar el hechizo de ha noche?- Aunque no entendiera la razón de su sentir, el dragón Slayer no le incomodaba para nada la presencia de la maga de escritura.

-¡OH! Es verdad, necesito saber bien ese hechizo… me quedare un rato ¿Te molesta?- Preguntaba una despistada maga.

-No enana, solo no hagas ruido- contestó acurrucándose en un sofá de la biblioteca.

Levy comenzaba a bajar libros, tratando de buscar su hechizo pero de lo que no se percataba era de aquel dragón Slayer que en vez de dormir lo que hacía era ver como estudiaba aquella maga, que por alguna razón hacia que latiera su corazón de forma extraña para él. Le gusta ver como  se concentraba tanto en los libros, como con su delicada mano pasaba las hojas y leía con una cara de seriedad, era definitivamente algo que hermoso para Gajell.
Levy seguía buscando, hasta que alzo la mirada y vio un libro muy alto en el mueble era un hecho que ella siendo tan pequeña no iba a poder tomarlo, pero aun así se negaba a despertar al gruñón de Gajell para que la ayudara a bajarlo, entonces comenzó a dar unos pequeños saltos para tratar de alcanzarlo; aquel hombre sentado en el sofá se reía por aquella escena tan adorable que estaba haciendo levy, era algo tan tierno y tonto a la vez para su gusto; así que decidió pararse y ayudar a la maga de pequeños pechos (perfectos para gajell), se puso detrás de la pequeña Levy y estiro su brazo para tratar de agarrar el libro, ella estaba sorprendida y ruborizada por aquel acto de amabilidad de Gajell, pero también se sentía apena por que podía oler muy de cerca aquel perfume que ella amaba, por otro lado él no estaba mejor incluso estaba aún más nervioso que levy, ya que al estar así de cerca él pudo notar como ella cabía perfectamente si el la abrazaba, era como si sus brazos estuvieran perfectamente diseñados para ella; era otra cosa que le agradaba de la pequeña mujer, pero tampoco dejaba de lado ese olor embriagante un olor a rosas, lo tenía cerca tan cerca que lo único que quería era restregar su nariz en su pelo para que quedara impregnado ese perfume que por supuesto no le desagradaba.

Destinado a amarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora