capitulo cinco

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Mi mundo daba vueltas al igual que mi cabeza. El dolor por el golpe había sido tan fuerte que termine desmayándome en medio de la calle y rodeada de una multitud de chicas listas para atacar. No ayudó mucho el hecho de que no había comido nada desde el día anterior. Mi madre me había sometido a una estricta dieta para que bajara los kilos que, según ella, tenía de mas.

-¿chica del café?- fue lo último que escuche antes de cerrar mis ojos y dejarme arrastrar por las olas del mar deseando que toda mi existencia solo fuera producto de la imaginación de un artista frustrado y alcohólico.

Cuando me desperté estaba en una cama de hospital.

-¡haz despertado!- me sonrió una linda chica vestida de enfermera. y cabello recogido en una cola de caballo.

-¿Por qué estoy aquí?- pregunté incorporándome y tomando el vaso de agua que estaba sobre la mesita al lado de la cama.

-su novio la trajo, al parecer se desmayó en medio de la calle mientras daban un paseo- y volvió a sonreír, esta vez con más amplitud- déjeme decirle que él es bastante guapo.

Estaba aturdida aún, no sabía lo que pasaba, ni lo que hacia ahí. A mi mente llego la imagen de Hide pero eso no podía ser posible. En ese momento creí que me había desmayado estando en mi cita con Aki,; nunca paso por mi mente que lo que recordaba vagamente había pasado en realidad. Solo era una chica común que trabajaba en un lugar frecuentado por artistas reconocidos en Corea del sur pero nunca en mis más locos sueños me habría imaginado charlar animadamente con uno de ellos.

-gracias, pero no es mi novio- deje el vaso vacío en su lugar- solo somos amigos.

-¿entonces él está disponible?- y sus ojos brillaron con emoción, la emoción propia de un niño cuando ve su juguete nuevo.

-si, ¡no! Es decir, estamos intentando algo- mentirosa, eso era- aun no somos nada pero pronto lo seremos.

-pero aun no son nada ¿verdad?

-no, aun no- me recosté en la cama y acomode un poco mi cabello alrededor de mi cabeza- ¿podría decirle que quiero verlo?

-¡por supuesto, chica del café!-

Parpadee mientras la veía alejarse y salir de la habitación la cual era amplia y bien iluminada. En la mesita al lado de la cama habia unos tulipanes en un jarrón blanco. La cama de a lado tenía una igual así que eso era cosa del hospital, me sentí decepcionada pues deseaba que Aki en algún momento me regalara por lo menos una flor. Algo que no había pasado y no pasaría en el futuro.

Me quede viendo el techo blanco. ¿Por qué los hospitales siempre debían estar pintados de blanco? Pensé en las palabras de la enfermera, ella me había llamado chica del café pero era imposible que supiera sobre mi empleo a menos que fuera una clienta, pudo haberme llamado por mi nombre, después de todo Aki les habría proporcionado mis datos, ese era el protocolo. Decidí no darle más vueltas al asunto y solo esperar a que mi oppa entrara por la puerta.

Pero Aki no fue precisamente quien entro.

-veo que has despertado- sonrió de lado mientras se acercaba a mí.

He de admitir que Park Hide, como era su nombre artístico, se veía realmente apuesto con su cabello revuelto y su ropa de marca. Todo en él debía ser perfecto en todo momento y eso me molestaba, era tan falso que enamoraba.

-¡tu qué haces aquí!- en los primeros días de conocernos me había dado cuenta que no podía evitar comportarme cortante y molesta con él. Mi maestra de biología en la secundaria decía que cuando una persona nos desagrada aun sin conocerla en realidad es porque su pH no es compatible con el nuestro; nunca lo investigue a fondo pero al conocer a Hide me daban ganas de hacer un ensayo sobre eso.

Idol. Un Cliché No Tan ClichéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora