Felix en verdad adoraba a su hermano mayor. Cuando era pequeño y en la escuela le pidieron hacer un escrito acerca de quién era su héroe, él no dudó ni un segundo en escribir acerca de Chan.
A pesar de que su padre incluso se sintió un poco indignado por no haber sido elegido, Felix tenía razones para escoger a su hermano. Chan era inteligente, lo cuidaba cuando sus padres no estaban en casa, siempre era su cómplice en todos sus juegos, hacía dibujos para él, lo ayudaba cuando los monstruos de abajo de su cama no le permitían dormir por las noches, cargaba su mochila cuando volvían de la escuela y lo dejaba comerse la última galleta de la caja aunque Felix supiera que su hermano enserio deseaba comerla el mismo.
No podía decir que siempre habían sido confidentes el uno del otro porque él pensaba que no habían secretos para contar realmente; ninguno además de ese donde Felix había quebrado el marco de la foto familiar en la sala por estar patinando adentro de la casa o aquel acerca de Chan cayéndose del árbol que su madre explícitamente le ordenó no trepar.
Por lo tanto, estaba convencido de que siempre habían tenido una relación completamente transparente entre ellos.
Chan siempre había sido genial y muy accesible, pero cuando se convirtió en un adolescente, las cosas empezaron a cambiar.
El pequeño Felix de 9 años no alcanzaba a entender los cambios tan radicales por los que estaba pasando su hermano, pero lo seguía queriendo y no cesaba con sus invitaciones a jugar a pesar de que la respuesta de Chan invariablemente fuera no.
A raíz de ese feo suceso llamado adolescencia, Felix a veces hablaba sobre él con un claro tono de resentimiento porque ya no le prestaba atención como antes, y le dolía ver que tampoco se veía precisamente feliz con la idea de acompañar a su hermanito de la escuela a la casa; así como jugar con él, era una de las cosas que ya no figuraban en lo absoluto en su lista de prioridades.
Pero estaba bien, su madre se lo había advertido ese día en la cocina junto con Jisung; Felix podía aceptarlo, su hermano estaba cambiando y no era todo su culpa, estaba convencido de que nadie podría cambiar de esa forma tan horrible por decisión propia.
Por eso cedió. Empezó a dejar de molestar a su hermano mayor con las invitaciones y mejor decidió pasar su tiempo con chicos de su edad, aún pasaban tiempo juntos de vez en cuando, pero Felix sabía que ya no compartían los mismos intereses.
Una vez más, podía aceptarlo porque estaba convencido de que algún día Chan volvería a ser el mismo de antes y entonces podrían volver a jugar a ser ninjas.
Excepto que a los diez años, Felix había acabado de armar la motocicleta de uno de sus ninjas y pensó que eso era algo que a su hermano si le causaría algo de emoción, así que se metió al cuarto vecino sin llamar antes a la puerta y se quedó petrificado cuando vio a Minho sentado sobre el regazo de Chan mientras se besaban.
Felix se sintió más confundido que nunca y no supo que hacer además de salir corriendo.
Nunca antes había sido necesario llamar a la puerta antes de entrar a sus respectivas habitaciones, pero Felix en verdad habría deseado no haber tenido que presenciar aquello.
Corrió a su cuarto y se escondió debajo de la cama sintiendo un nudo en la garganta, pero se sorprendió cuando Chan lo siguió hasta su cuarto y le pidió que lo escuchara porque necesitaba explicarle.
Felix no quería verlo en ese momento, no sabía que pensar, sin embargo Chan lo buscó en todas partes y finalmente se asomó debajo de la cama para pedirle que por favor le pusiera atención un segundo porque necesitaba explicarle todo.
Sin importar lo que su hermano le estaba diciendo, Felix sintió una explicable mezcla de sensaciones que hacían que le dolieran las entrañas porque Chan era su hermano mayor, pero Minho era alguien tan cercano a él que prácticamente podía considerarlo un hermano también, era simple y sencillamente raro pensar en ello porque no estaba seguro de que tuviera sentido la imagen que acababa de presenciar.
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Hero's Soup ~Jaehyungparkian + BangHan
Fanfiction"Sabes que puedes confiar en mí, ¿Verdad, ardillita?" Jisung bajó la mirada claramente apenado por el apodo pero con una pequeña sonrisa de diversión y respondió "Si, papá." "Y sabes también que se lo puedes contar todo a tu exageradamente atractivo...