A veces, a veces es como sentir tu cabeza sumergida en el océano, mientras toda el agua colapsa a tus pulmones, es el palpitar que se descontrola cuando ya no tienes el control de la situación, se siente como una montaña rusa de emociones, donde intentas no caer para dar lo mejor de ti. ¿Qué se logra con eso? No lo sé, y es una respuesta válida, no sé qué logro cuando intenté salvar todo lo que amaba y se hundió como un barco sin zarpar. Son esas noches donde te levantas de golpe llorando, con lágrimas escurriendo todas tus mejillas intentando abrazar los recuerdos, se siente como un final que apenas inicia. A veces, es el enojo, a veces es la tristeza. Es estúpido ¿sabes? Como a veces nuestros errores nos definen, como cada intento se desacredita cuando la batalla está en su clímax. A veces te sientes como un avión de papel a punto de caer en un lago tan cristalino, y poco a poco cada trozo de papel se despega de ti, es como querer migrar, y cuando lo haces te vuelven a arrastrar.
Nunca lo entendí bien, nunca comprendí porque motivo las personas que amamos se esfuman sin avisar, y tampoco comprendí cómo funciona el destino, es como, es como pensar como las noches se aparecen al mediodía y llueve, incesantemente. Nunca me sentí parte de los demás, siempre me sentí tan diferente, algo en mi me decía todo lo que a ellos jamás les pasaba por su cabeza, ello controlaba mi día, ello controlaba mis emociones, y por más que intentara hacer lo correcto, el alto voltaje recorría cada vena y me hacia colapsar: sobrecargarse está mal. ¿Y cuántos voltios pude soportar? Fueron tantos, tantos amperios sobrecargando mi cuerpo, a tal punto de llorar por dentro, a tal punto de sonreír sin sentido, y quizá, la sobrecarga explotó, haciendo cortocircuito y quemando incluso todo lo que amé.
A veces, cuando recuerdo mis noches en hospital, o cuando recuerdo la espera para escuchar mi nombre, tan solo pensaba: "el pasado no puede definirme, pero es por ello por la cual estoy acá". Y pensaba en cuantas veces supliqué para no ser definido por lo que temo, ni tampoco ser definido por mis errores; quiero decir, soy humano, también siento, pero no comprendo cómo las batallas dan por su final antes de cantar victoria.
El «alto voltaggio» representa cuando todos tus amperios se sobrecargan, cuando tu mirada se cierra e intentas controlarlo, pero ya no puedes, lo hecho, hecho está. Y cuando toda la sobrecarga ha pasado: lo has perdido todo.
¿Cuántos «alto voltaggio» hemos afrontado? ¿Cuántas veces ello nos ha remarcado y ha sellado nuestro camino? Creo que lo triste de una sobrecarga es ver el resultado final, el pensar que no serás definido por ello, pero te encuentras ante un jurado siendo juzgado por ello, a veces creo, que las noches ahora son blancas, pero toda mi mente es oscura, y lamentablemente, mi último «alto voltaggio» me impide volver a ser el mismo, y es ahí, cuando el sistema es defectuoso, y solo esperas una actualización, o algo que te sane de tus noches oscuras.
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El algoritmo de la mente: el efecto ansiolítico de la poesía.
PoesíaA veces la mejor droga es aquella que se sumerge detrás del caos, aquella que vela dentro de mares violentos y sin navegantes. Creo que los mejores finales son aquellos que no tienen finales, y aquellas historias que mueren son las que se convierten...