Capítulo 1: volverte a ver

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La rutina en las encinas nunca volvió a ser la misma desde la muerte de Marina. El ambiente se volvió demasiado violento y la tensión se podía cortar con un cuchillo. Sin embargo, desde que he confesado, las cosas se pusieron aún más intensas.

La relación de mi madre y mi padre está en la mierda, aparte de que mi papá parece mi sombra y no me deja ni respirar y el marquesado se está viniendo abajo. Empezaron las clases de la segunda mitad del curso. Llego al instituto con mi postura altiva y seria, manteniendo la clase y el estilo al que estoy acostumbrada; algunas personas voltean a verme y empiezan a cuchichear. No les miro y simplemente paso de ellos.

Estamos en el aula reunidos, yo me siento atrás, intentando pasar lo más desapercibida posible. Lu, Guzmán y Samuel están hablando respecto a lo que ha sucedido.

-O sea que, estábamos al lado de un fucking asesino, todos lo sabían menos yo –dice la mexicana, en referencia a Polo. Posteriormente se gira a verme– ¿y tú, te vas a quedar callada como siempre? –pongo los ojos en blanco y opto por ignorarla.

-Al menos ella ha hablado, no como otros que se quedan callados como putas –escupe Guzmán, mirando a Ander con furia.

-Joder, lo dicho, yo al lado de un puto asesino y ustedes sin decirme nada –se cruza de brazos.

-Vale, y, ¿si dejáis de especular? Polo no ha hecho nada –le defiende Cayetana.

-Y precisamente te tenemos que creer a ti, Pobretana o Mentirosana, no sé cómo decirte mejor –ataca Lu– porque si quieres puedo recordarle a la clase quién eres.

-No, no es necesario y eso no viene al caso en estos momentos –se defiende Cayetana– lo único que hay es la declaración de una ex celosa –inquiere.

-¿Tú qué parte de la película te has perdido? –hablo por fin.

-Vamos, que todo el circo que has montado, no ha servido absolutamente para nada, ¿no? –agrega Rebeka y no me puedo contener a responderle.

-Éramos pocos y habló la choni –comento.

-Rebe, déjala tranquila –la riñe Samuel y ella bufa.
Agacho la cabeza para disimular la sonrisa que se estaba formando en mis labios.

Azucena ingresa al salón y todos nos sentamos para atenderla.

-Vuestro compañero ha sido puesto en libertad bajo fianza –hace una pausa y suspira– eso significa que aún hay cargos contra él y que está siendo investigado –Polo pasa frente a la ventana y todos nos quedamos atónitos– le he comentado a su familia, que en estas circunstancias, no puedo permitir que vuelva al colegio.

-Eso significa que no se podrá graduar, ¿no? –pregunta Lu.

-Afortunadamente, parece que todo esto se resolverá pronto.

-¿Cómo? –cuestiona Guzmán.

-El juez que lleva el caso, ha ordenado un careo mañana por la tarde, entre Polo y la persona que lo acusó, para decidir si se acusa formalmente o se le retiran los cargos –cierro los ojos y me cubro el rostro. Siento muchos ojos encima de mí y la presión será mayor.

Azucena se marcha del aula y suena el timbre que indica que es la hora libre. Camino hasta mi locker todos especulan cuando me ven. Le doy un golpe al casillero y me lastimo la mano, haciendo que se abra de inmediato y guardo mis libros en él.

-Te vuelves a burlar y te parto la cara de imbécil que tienes, hijo de puta –amenaza Samuel y volteo a ver a los chavales que borran la sonrisa de sus caras.

Nos quedamos mirando unos instantes y cuando no puedo soportar más, salgo lo más rápido que puedo y me dirijo al puente que tiene el instituto, no sé qué tiene ese lugar, pero ver el agua calma y sentir el canto de las aves, es algo que me relaja muchísimo. Me muevo de un lado a otro e intento serenarme y tener la cabeza en blanco.

Contigo, hasta el finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora