Vi a Adrien entrar por la blanca puerta, tras un ramo de rosas, su tierno rostro apareció. Louis, de la mano de su papá, sonrió ampliamente y quiso zafarse del agarre de Adrien.
—¡Mami!— gritó Louis y llevó a rastras a Adrien.
—Espera, hijo— dijo Adrien y le soltó la mano.
Mi esposo se volvió y cerró la puerta de la habitación.
—¡Te he extrañado mucho!— dijo Louis y apoyó su rostro en el borde de la camilla.
—Ay, mi amor, yo también— dije y acaricié su pequeña mano.
—Sabrina se ha ido, le dije que se quedará contigo hasta que volviera con Louis— se quejó Adrien y se acomodó a un lado de la camilla—. ¿Estás bien?
—Muy bien— le sonreí débilmente.
—¿Mis niñas?— preguntó Adrien.
—¿Mis hermanas?— preguntó Louis.
Adrien me dio el ramo de rosas y besó mis labios.
—Te amo, Marinette.
—Yo también te amo, Adrien— volví a sonreírle—. La enfermera me ha dicho que están muy sanas y que son hermosas.
—Con una madre como tú, de seguro son hermosas.
Adrien desvió la mirada y la posó en Louis. El niño, estaba inclinado sobre la cuna de Alix y le sonreía con ternura.
—¿Ella es Alix?— preguntó.
—Ella es Alix, tu hermana menor— le dijo Adrien y cruzó la habitación para ir con Louis.
—¿Me tomas en brazos, papi? No veo a Emma.
Adrien tomó a Louis en sus brazos y se inclinó un poco sobre la cuna de Emma. Louis sonrió y se tapó la boca con ambas manos.
—Es igual a Alix.
Reí levemente y Adrien se unió a mis risas.
—Son gemelas, Louis — le explicó Adrien.
—Oh mi Dios— dijo Louis—. ¿Cómo haremos para saber quién es quién?— preguntó.
—Es fácil— respondió Adrien—. Observa los ojos de Emma, son como los tuyos y los míos— Louis frunció el ceño.
—Emma está dormida.
—Lo sé, hijo. Pero, cuando despierte, puedes fijarte en eso.
Emma se movió un poco y refregó una de sus manitas en sus ojos. Abrió lentamente uno y luego el otro. Louis la observó atento y luego alzó su mano para agitarla en un saludo.
—Ella es Emma— le dijo Adrien—. Es quince minutos mayor que Alix.
—Pero no mayor que yo— dijo Louis observando a Adrien—. ¿Mami me sigue queriendo?
No hablé, estaba débil, no tenía casi fuerzas. El parto de las niñas había sido terriblemente doloroso, y sufrir en medio del parto no era nada agradable. Adrien, luego del parto, había estado pendiente de mí, pero sus insistentes preguntas me sacaban de quicio y terminamos por tener una pequeña discusión. La cual, se arregló cuando nos dieron a las niñas, sanas y limpias.
—Mami te ama, al igual que yo y al igual que van a amarte tus hermanas.
Louis sonrió y pasó sus pequeños brazos por el cuello de Adrien, lo abrazó fuertemente.
Dos días después, me habían dado permiso para salir del hospital. Mientras Adrien cargaba a las niñas, Louis se encargaba de llevar los globos y yo, llevaba el bolso.
ESTÁS LEYENDO
La Bella y la Bestia [AU Adrinette]
Fiksi PenggemarQue feo es cuando la persona que más amas es la persona más fría del mundo. Que feo es que le intentes demostrar tu amor y te saque a patadas de su vida. Que feo es que tú seas la pobre indefensa presa de sus castigos y malas costumbres. Vivir con...