11.Lennox

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Desde que volví centré mi tiempo más en buscar información respecto a los marcados que en otros asuntos como Nora o el colegio.
Y podía ver que esto preocupaba a mi mejor amigo.
Aquel mensaje que envié a Nora de "buenas noches" fue contestado casi al momento. Pero no lo vi hasta la mañana siguiente.

Lennox: buenas noches. 00:03

Nora: que descanses, hasta mañana :) 00:07

Nora: iré hoy a verte a la salida 7:05

Normalmente un mensaje así podría haber hecho que saltara de emoción, pero aquella vez no lo vi como algo tan especial.
Estos días apenas había podido pensar en Nora, con todo el asunto del Edén, y a decir verdad había una pregunta que había estado rondando mucho en mi mente estos últimos días: "¿Nora habría ido al Edén por mí?" Es decir, ¿habría sido marcada por querer decirme sus sentimientos?
La respuesta era un no probablemente.
Pero eso ahora parecía importarme poco.
Como si dos años perdidos y que mi tatuaje hubiera sido hecho debido unos sentimientos que quién sabe si fueron correspondidos o no no importara.
Como si importara más el estar marcado que el motivo de estarlo.
Cuando Pablo se enteró de que Nora vendría a verme a la salida pareció muy confuso, como quien ve a un loco, haciendo cosas poco coherentes por haber perdido toda capacidad de razonar.
En verdad yo me sentía en mis cabales. O al menos eso creía.
Llegaron las 14:30 y acabaron las clases, me despedí de Pablo y fui a la puerta del colegio.
Estuve en la puerta desde las 14:32,esperando a ver a mi amiga de cabellera rubia y ojos azules de la que había estado enamorado durante dos años.
Dos minutos después vi aparecer su silueta por la calle.
Nos abrazamos y noté que llevaba un perfume nuevo, y que estaba más maquillada de lo normal.
Le sonreí y noté en su mirada expectación de que comentara algo con respecto a su apariencia, pero preferí guardarlo para mí.
-¿Había algún motivo especial por el que quisieras venir a verme hoy?- pregunté con curiosidad, aún sonriéndole.
Ella pareció dudar.
Me vino a la cabeza pensar en qué pensaría su familia si supiera que había venido a verme a la salida, tras haber sido marcado.
Su familia no era cualquier familia común.
Una familia ordinaria pediría a sus hijos que mantuvieran las distancias con aquellos que habían sido llevados a las afueras.
Pero su caso era aún mas extremo.
Nora era hija de uno de los jefes de la ciudad.
De uno de aquellos que pusieron la norma de no permitir palabras prohibidas.
Si su padre supiera que ella estaba aquí probablemente la castigaría de por vida.
Abrió la boca como si quisiera decir algo y noté cierta emoción en sus ojos.
-¿Todavía sientes aquello que me dijiste?- acabó preguntando mientras no apartaba la mirada de mi rostro.
La pregunta me pilló por sorpresa, y he de reconocer que dudé por un momento de cuál era la respuesta.
Si bien era verdad que estos días no había pensado tanto en mis sentimientos respecto a Nora, era consciente de que seguían estando ahí.
Era aún más consciente de ello notando la velocidad a la que ahora palpitaba mi corazón tras escuchar su pregunta.
-¿Por qué quieres saber eso?- fue lo único que pude decir, debido a que por los nervios mi cabeza no lograba pensar con claridad.
Nora me lanzó una mirada distinta, como con picardía.
Como si saber que su padre la castigaría por hablar conmigo hiciera aún más interesante hacerlo.
Como si que fuera un marcado me hiciera más interesante a sus ojos.
Como si creer que me había corrompido y que yo daría todo por ella le agradara.
Y entonces se aproximó a mi oído y susurró.
-Repítemelo.
-¿Qué?- dije atónito ante su petición.
Me estaba pidiendo algo que sabía que me alejaría de ella.
Algo que haría que la gente creyera que no había sido una excepción, sino que mi estancia en el Edén iba a ser reiterativa con el tiempo.
Y a la vez que me hacia una petición sumamente incoherente, me miraba como si deseara que lo repitiera.
Me miraba como si el resto del mundo no existiera y sólo importaráramos yo y mis palabras.
Yo y mis sentimientos.
Mis sentimientos por ella.
Que me llevarían de vuelta al Edén.
Todas mis dudas sobre qué hacer parecieron ser disipadas por esto último.
Y como una tentación que corrompe por dentro, ante su mirada acabé haciendo lo que ella pedía.
-Aún me gustas- dije antes de que mis labios fueran alcanzados por los suyos.
Tras unos segundos volví a la realidad.
Nora dio varios pasos hacia atrás y se fue, sabiendo a dónde me devolverían mis palabras.
Y en mi hombro noté una mano.
Al girarme vi a mi amigo y una mezcla entre miedo y decisión en sus ojos.
-Supongo que nos veremos cuando regrese- dije sonriendo a mi amigo.
Llegó el coche rojo, y antes de que pudiera entrar en él, mi mejor amigo dijo en voz alta, asegurándose de ser escuchado por el agente.
-Te quiero y no te irás sin mí.- Pablo no era excesivamente cariñoso, ni siquiera con sus gestos.
Y que soltara eso me sorprendió.
Mi mejor amigo se había asegurado un asiento a mi lado en el coche rojo.
De ahí venía la decisión en sus ojos.
Se iba a asegurar de ver el Edén conmigo.
Por lo que, mi segundo viaje fue distinto.
Ya estaba marcado.
Fui besado por Nora.
Conocía a dónde iba.
Y mi mejor amigo venía conmigo.

Palabras hacia el EdénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora