Mi respiración irregular chocaba con las sábanas negras de seda mientras que Taehyung hacía un recorrido por el cuarto buscando quien sabe qué. Tenia la espalda arqueada, la cabeza contra la cama y mis rodillas hacían que aquella parte de mí estuviese arriba. Me sentía totalmente expuesto y así era en realidad, ya que la única prenda que había ahora en mí era una venda juntando mis manos que no tenían un lugar dónde estar en la incómoda posición.
Él se notaba entusiasmado por castigarme, se había quitado las prendas del torso permitiéndome ver este sin algo que le tapase. Su piel era puramente dorada, y era la representación en carne de la perfección. Porque él no estaba ejercitado a tal punto de tener todo su cuerpo marcado, era más ejercitado por llevar una vida sana. Aquello me gustaba.
Me sentía extraño porque era la primera vez qué hacían esto conmigo, de castigarme. Y también porque yo jamás lo había intentado con nadie. Sin embargo, eso no me quitaba las ganas de intentarlo.
—Joder, ya no lo encontré —murmuró y yo cerré los ojos un poco aliviado, porque sabía que buscaba algo que me dolería. —. Bueno, con la mano entonces —dijo decidido. Lo escuché venir hacía mí, y fue cuando suspiré lamiendo mis labios. La cama se hundió y él abrió un poco mis piernas haciéndose un espacio en ellas. Mis mejillas se encendieron. —. ¿Cuántas veces me hiciste poner celoso, Jungkook?
Dudé en responder, dudé en la respuesta. Un jadeó salió de mí cuando su mano, aún con varios de sus anillos puestos impactó contra mi nalga derecha. Me había tomado por sorpresa y aunque quisiera negarlo, había sido un dolor placentero.
—Mientras que no me respondas, seguiré haciendo esto, y no me quitaré los anillos —dijo como un trato, una especie de negociación. Pensé en mi respuesta con la respiración acelerada y contesté al azar.
—Cuatro —murmuré. Él hizo un sonido dudando y luego otro de afirmación.
—Fueron más, pero ya que esas no fueron intencionales las dejaré pasar por hoy —avisó y yo asentí. —. Cuenta las cuatro conmigo —dijo entonces, sacándose los anillos y dando otro golpe más. Jadee en respuesta sintiendo mi piel quemar y cosquillear, y murmuré un débil uno. Otro azote más, para ese gemí, mi boca se secaba y mi respiración era un desastre. Murmuré un dos.
—Así de obediente debes ser siempre, Jungkook —dijo dando otro más. Gemí mordiendo mi labio tratando de hacer silencio y murmuré el numero que seguía. Ya para ese momento, sentía mi piel arder como si me estuviese quemando, aún así yo no le pediría se detuviese. Cuando ya estuvo el último, murmuré un cuatro con la boca seca y el labio un poco roto. Apreté las manos cuando se alejó de mí y la piel me dolía. Seguro y sentarme seria como el mismísimo infierno.
Minutos después volvió para colocarme crema y creí que vendría la dichosa recompensa cuando me pidió me levantara aún con las manos atadas, por el contrario él desató mis manos sólo para ponerlas detrás de mi espalda y volverlas a atar, haciéndome arrodillar.
Suspiré con el dolor en el trasero, y levanté la mirada sintiéndome avergonzado, terriblemente avergonzado. Me ponía mucho conocer esta parte del profesor Kim, y mucho más que estuviese siendo así conmigo, pero seguía avergonzandome.
Sus comisuras se elevaron en una sonrisa leve y se desabrochó el pantalón colocándose en frente de mí, dejándome ver el bulto cerca. Ahí entendí, que mi castigo no había terminado, y que aunque yo tuviese las manos atadas, todo él gritaba tócame.
Y ya saben lo que sigue.
Me puse a llorar por lo de la cuenta hackeada porque ingresé a la mía (que es está) y no aparecía mucho de lo que he escrito aksj:(
Hoy fue lo solucioné, reporté la cuenta y bueno aquí está el nuevo capitulo. Perd0n
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Tócame | Vkook+18
FanfictionKim Taehyung era el dulce profesor de literatura, un hombre culto y lleno de tantas cosas buenas como malas. Su clase en la universidad de Seúl era de literatura, y no había nada que le gustara más que enseñar eso. Él era lo contrario a problemas...