Capítulo 25. Un cuento de hadas.

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–Eliza también es hija de Adrián

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–Eliza también es hija de Adrián.

Menos mal estaba sentado para cuando Santiago habló, por desgracia Melissa no, ella cayó sentada al piso, puedo jurar que se le olvidó respirar mientras lo miraba sin pestañear, no sé si mi mundo acaba de hacer un nuevo giro de ciento ochenta grados o morí cuando me llevaron a la cárcel por abusar de Valeria cuando estábamos ebrios.

No estoy muy seguro si nos quedamos en shock un minuto, unos cuantos o varias horas, cualquiera podría decir que la madre estaría llorando jurando que mintió por amor, pero ni ella sabía, solo está ahí, sin habla, quizás solo está ahí dejando que el sol pase por su piel, recogiendo dióxido de carbono para luego transformarlo en oxígeno, porque no creo que salga pronto de ese estado vegetativo.

No digo nada, me pongo de pie y la tomo a ella en mis brazos, para sacarla de la habitación, necesita más espacio, al llevarla a la sala, veo que la tensión que había adentro es igual, mi prima no deja de morderse el labio tratando de contener las lágrimas y su esposo frunciendo el ceño ¿Qué falta por decir?

Santiago trae un par cervezas de la nevera y un vaso de agua para Melissa, la bebe con algo de calma y por fin la veo respirar.

–Veo que tienes algo que contar, te escucho porque en serio hay muchas cosas que no entiendo– Melissa va recuperando la compostura y como si fuera una actriz en el escenario se va transformando, se sienta erguida en el sofá y cruza las piernas ¡Esa es mi chica!

–¿Por dónde empiezo? – Pregunta Santiago, este se rasca la cabeza intentando pensar en que es lo siguiente a decir.

–Qué tal si empiezas por tu historia, creo que por ahí está bien– Intervengo en la conversación.

–Bueno para empezar, no sé muy bien quién eres– Santiago se refiere a Jorge.

–Es mi contacto de emergencia y al parecer alguien muy importante en mi vida– Contesta Melissa –Sigue con tu historia.

–Mel tu sabes que existo desde la preparatoria, podría decir que nos conocemos, pero eso no sería real, a pesar de estudiar varios años seguidos contigo, jamás te escuché pronunciar palabra o hacer algún gesto humano.

Mi novia Valeria creía que eras un robot, y pues nadie lo contradijo– Ante la mirada interrogativa de Melissa, él decidió contestar una pregunta que no se formuló en voz alta –Ella dio la idea, pero no fue quien te puso el sobrenombre Androide Numero 18, esos fueron los chicos– Sonrió ante el recuerdo –Pero era tu manera de hacer las cosas lo que los llevó a eso, un día de la nada decides ser parte del equipo olímpico de atletismo y en los juegos Intercolegiados reemplazaste a varios jugadores de diferentes deportes... Estaba tan concentrado en ti ese año, que no me di cuenta de que mi novia salía con alguien más.

Te llevé engañada a esa fiesta diciendo que era una reunión del club, te veías muy linda confundida cuando llegaste con tu uniforme y los demás ya habían empezado a alcoholizarse, la verdad esa tarde solo quería darle celos a Valeria, porque me había dado cuenta de que ella ya no me quería, pero en eso momento no podía aceptarlo, solo... no sé, era un adolescente.

¿Eres Mi Perdición O Mi Salvación?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora