Adrian Ivashkov no estaba teniendo un buen 21 cumpleaños. Llegar a la edad legal para beber no era ninguna sorpresa para él, ya que el había estado tomando alcohol de la cabineta de licor de sus padres desde que tenía trece. No hace mucho, esconderse no era necesario. Encanto y posición podían hacer qué pudiese obtener una bebida en cualquier bar - ya sea vampírico o humano. Eso ciertamente había resultado ser verdad anoche, a juzgar por la resaca que él tenía hoy. Ayer también tuvo una. Y el día anterior igual, Adrian estaba seguro que había estado en una dieta líquida estas últimas semanas. Se estaba poniendo difícil decir donde terminaba una resaca y empezaba otra.
Parte de la 'dieta líquida' era la sangre, por supuesto. Él necesitaba de esto para una supervivencia normal, y de hecho, esto ayudaba con las resacas. Bueno, algo parecido. Saliendo ahora del vecindario de sus padres, él hizo una mueca de dolor mientras el último rayo del sol poniéndose, golpearon sus demasiados ojos sensitivos, inmediatamente apareciendo un dolor de cabeza en la parte trasera de su cráneo. ¿Qué hora era? ¿Siete? ¿Ocho? La hora que sea, él se había quedado dormido hasta tarde, lo cual estaba bien para él. La luz se iría muy pronto, y habría pocas personas en los feeders. Adrian había dejado de preocuparse por lo que otros pensaban de él, pero eso no significaba que quería afrontar las miradas combinadas de desprecio y pena recibidas en estos últimos días.
Levantándose tarde también significaba que no tendría que ver a sus padres antes de que se marcharan. De todas maneras, el tenía poco interés en hablar con ellos la mayoría de veces - particularmente con su padre - y ciertamente no en el día en el que su madre estaba siendo sentenciada por perjurio y robo. No es que Adrian estuviera muy preocupado por ella. La señora Daniella Ivashkov no vería el lado de la cárcel. Ella estaría bien, talvez tendría que hacer algun servicio comunitario. Su posición la protegería de cualquier cosa más que eso, y en verdad, con el asesinato y otros incumplimientos de leyes alrededor, sus crímenes eran lo último de las preocupaciones de otros.
Mientras caminaba por el grande y hermosamente trabajado cesped que comprendía el corazón de la Corte Real de los Moroi, Adrian no pudo evitar preguntarse si su madre aún recordaría que era su cumpleaños. Ella usualmente lo hacía (ser muy meticulosa acerca de escribir fechas importantes en su libro de citas) y muy generosamente le diría que 'escoja algo bonito' para él. Luego ella siempre le haría recordar a su padre, quien le daría una seca felicitación a Adrian, seguido de una lectura de como él debería de pensar lo que iba a ser con su vida.
La tía Tatiana nunca le había lecturado. Ella recordaba su cumpleaños todos los días, sin ningún acto rápido, y siempre le daba una regalo comprado a mano. Como reina de los Moroi, ella nunca había comprado los regalos personalmente, claro, pero siempre le daba a sus sirvientes instrucciones específicas de lo que quería regalarle a él. Sus regalos siempre fueron extravagantes y bonitos con poco uso. "Justo como tú," ella una vez le había bromeado. El año pasado le había dado un prendedor decorado de rubí. Recordando ese día, Adrian frunció el ceño y se preguntó donde estaba el prendedor ahora. Él nunca esperaba ponérselos y había sido descuidado. Pero entocnes él no pensó que ella moriría.
Los encontraría después, decidió. Después de que obtuviera sangre de los alimentadores. Y después de beber, por supuesto. El no podía empezar su cumpleaños sin una bebida, y además, el le debía un brindis a la única persona quien, si siguiera viva, hubiera sabido que era un día especial.
"Feliz cumpleaños."
Adrian se detuvo repentinamente. Las palabras fueron suaves y delicadas, habladas con inseguridad, pero fácilmente oibles por oidos vampíricos. Lentamente, se dió la vuelta y encontró a Jill Mastrano de pie tímidamente ante él. Ella era alta para su edad - quince años, si recordaba correctamente - y mantenía su largo cuerpo con una gracia incierta que la hacía enérgica y muy alta. Su cabello era una cantidad de largos, marrón oscuro, rizos, y sus ojos, observandólos a él nerviosamente, eran de un brillante color verde.
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0.5 Bloodlines
Science FictionAdrian Ivashkov no estaba teniendo un 21 cumpleaños..... Punto de vista de este sexy Morou de la Saga Vampire Academy!!!