-"Khristof!!! ¡¡¡Ten cuidado, hay demasiados!!!"
-"De donde salieron tantos? ¡¡¡Hay que retirarnos... Pronto!!! Dile a los demás, los distraeré un poco. ¡¡¡Los veo en el búnker!!!"
-"Pero Kristoff!!!"
-"Haz lo que te digo!!! Los veo en 15 minutos, si no llego... vayan a la zona de reunión, pronto hermano, ¡¡¡o será demasiado tarde para todos!!!"
-"Cuídate por favor!!! ¡¡¡Te veo en 15 minutos, no me falles hermano!!!"
-"No lo haré Samaniel!! ¡¡¡Te quiero hermano!!!"
Samaniel hizo una seña con su cara a los demás, y se empezaron a retirar. Poco a poco veinticuatro hombres fueron huyendo de la estación de Insurgentes en el metro de la Cuidad de México. Esa fue la última vez que los hermanos se encontraron.
-"Malditos infelices!!! ¡¡¡Mueran bastardos, MUERAN!!!" Decía Kristoff mientras descargaba su arma de alto calibre con balas rellenas de una carga especial que, al contacto con su presa, liberaban una descarga de radiación ultravioleta, muy parecida a la radiación solar.
Los enemigos caían por montones, al recibir la descarga de esas balas, quedaban reducidos a cenizas, pero eran demasiados, poco a poco Kristoff fue agotando su parque de balas, hasta que no le quedo ni una más. Poco a poco los enemigos lo fueron rodeando en gran número, hasta tapar todas las salidas posibles, como cuando una multitud se reúne alrededor de alguien, como cuando un grupo de fanáticos rodea a su mesías, así los enemigos rodearon a Kristoff. Miró a su alrededor, y notó que no tenía escapatoria por ningún lado, para donde volteara estaba rodeado por esos hombres que lo miraban con un odio infinito, aun sin saber quién era él. Soltó su arma descargada a un lado de donde se encontraba, y empezó a mover su cuello de un lado para otro, haciendo que tronara para liberar un poco de tensión.
-"Hijos de perra!!! ¡¡¡Me dan lastima, no pueden hacer nada más que obedecer a su puto amo!!! ¡¡¡Pero yo los voy a liberar... y de paso voy a liberar al mundo de criaturas como ustedes!!! ¡¡¡VAN A MORIR!!!" Al decir esto, Kristoff empezó a tener contracciones violentas por todo su cuerpo.
Poco a poco su cuerpo se fue transformando, se volvió más fuerte, casi al doble de su tamaño, los músculos fueron aumentando hasta casi reventar. Su piel se fue llenando de un pelo grueso y de color negro azulado, y sus mandíbulas fueron creciendo, transformándose en un hocico lleno de filosos y gigantescos colmillos, algo similar paso con sus manos y pies, transformándose en unas poderosas patas con unas enormes garras mortalmente afiladas.
La transformación había concluido, Kristoff se había transformado en un gigantesco lobo humanoide, y empezó a destruir a sus enemigos. Uno por uno, con una facilidad increíble, los enemigos salían volando despedazados. Una lluvia de zarpazos y mordidas destrozaba a los enemigos que, aunque no comparaban su fuerza con la de él, seguían atacándolo sin detenerse. La táctica era simple, como las hormigas o las abejas, atacaban en masa, algunos morían, pero no sin antes herir al gigantesco enemigo. Kristoff, ya casi sin fuerzas y bastante herido, logró hacer camino hasta una salida que se encontraba dentro del túnel, en dirección hacia Observatorio, pero antes de poder escapar por completo sintió una punzada increíblemente dolorosa en el cuello, aun siendo un hombre lobo, esto lo lastimó bastante. Soltó un zarpazo en la zona en donde sintió el dolor, y en ese momento rodó la cabeza de uno de sus enemigos, aun succionando la sangre de Kristoff, con los colmillos extendidos. El vampiro murió en el acto, no sin antes haber herido de muerte al Lican, que, haciendo acopio de sus pocas fuerzas, logró escabullirse por los túneles del metro, hasta perder de vista a esa horda de vampiros.
La estación quedo en silencio, los vampiros se quedaron parados cuando vieron que ya no estaba la presa a su disposición, y reino un silencio sepulcral en el lugar, hasta que fue roto por unos pasos que bajaban las escaleras, eran tres hombres los que bajaban tranquilamente por el camino de muerte y sangre que había dejado la batalla, hasta llegar al centro de la estación. Los tres hombres observaron toda la escena y uno de ellos contestó su teléfono celular mientras que los otros dos veían cuantos enemigos habían caído. Los vampiros los rodearon a los hombres observándolos con suma curiosidad. Uno de los hombres agarró por el cuello a un vampiro que estaba a su alcance y con un ligero movimiento de muñeca, destrozo el cuello del vampiro, aventándolo a varios metros de distancia sin hacer un gran esfuerzo.
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Virus Sangriento
RandomLas batallas ancestrales entre vampiros y hombres lobo, han tomado una nueva vertiente. Un nuevo virus ha sido creado para el exterminio total de uno de los dos bandos. Lo malo es que con ese virus, la humanidad se encuentra al borde de la extinción...