Parte 15

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Parte 15:  El nuevo año.

Los primeros rayos de sol empezaron a molestar en los ojos del menor, quien se encontrada de frente a la cara del mayor, quién lo rodeaba fuertemente con los brazos sin intención de soltarlo. Podía sentir su respiración muy cerca de su rostro. Abrió los ojos y ahí estaba. Fundido en el más profundo sueño. El rostro de Mew reflejaban una paz y Gulf se cuestionó cómo sería su propia cara en esos momentos.

Gulf se movió un poco con cuidado para tratar de zafarse de los brazos del mayor.

– Mmmm –  se quejó Mew
– Lo siento, pero necesito ir al baño – le dijo Gulf acercándose a su oído.

Mew lo soltó y jaló una almohada para abrazarla.

– ¿Ahora me cambias por una almohada? – le preguntó Gulf bromeando
– Mmmmm déjame dormir – volvió a quejarse Mew
– ooii... viejito enojón.

Se levantó y se dirigió hasta el baño. Se miró al espejo, "así que esta es mi cara" se dijo a sí mismo. Al salir, se dirigió a la mesa de noche para tomar su celular y dirigirse a la cocina. Moría de hambre. Cuando tomó su celular, había una notificación.

Poom:"Feliz año nuevo pequeño"

El joven leyó el mensaje y automáticamente volteó a ver a Mew y se sintió nervioso con el mensaje en su celular. Dudó en qué era lo que debía de hacer. No sabía si borrarlo, contestar, ignorarlo por completo, contestar y luego borrarlo. Mew comenzó a removerse en la cama y el chico entró en pánico, huyendo a la cocina para que Mew no viera su cara. Estuvo parado alrededor de cinco minutos viendo el mensaje y pensando que hacer. Ninguno de los dos habían quedado en malos términos. Simplemente habían decidido que no funcionaría más. Pero no entendía por qué aún sentía ese compromiso de contestar ese mensaje.

"Feliz año nuevo" contestó el mensaje y lo borró, esperando que ella no contestara nada de vuelta.

Abrió el refrigerador para ver que podía desayunar y decidió hacer algo rápido e ir a despertar a Mew, pero para el momento en que terminó, el mayor ya se encontraba en la barra de la cocina observando como el menor cocinaba.

– Buenos días – dijo Mew

El chico saltó del susto haciendo que por poco tirara lo que tenía en las manos.

– Oye... me asustaste, pudo haber pasado una tragedia ¿sabías?

Mew se acercó a él y lo rodeo por la espalda y comenzó a besar la parte trasera de su cuello.

– ¿Por qué estás de mal humor? – Le preguntó Mew
– No estoy de mal humor, sólo me asusté.
– ¿Qué preparas? – continuó Mew sin soltar al chico
– Huevo frito... ¿Puedes sacar el arroz, por favor?

Mew notaba muy serio a Gulf, y no precisamente por que lo hubiera asustado. Por dentro sintió que temía. ¿Qué tal si el menor al despertar se había dado cuenta que no era lo que quería? ¿Qué tal si empezaba arrepentirse?.  Sacó el arroz y lo puso en la mesa y fue a sentarse frente a la barra.

El celular de Gulf empezó a sonar y Gulf entró en pánico, yendo de prisa a ver quién lo llamaba. Era su mamá, pero tenía las manos ocupadas, así que lo dejó sonar.

– ¿No vas a contestar? – Preguntó Mew.
– No, es mamá... más tarde le devuelvo la llamada.

Mew se levantó de la silla y se acercó al celular del chico.

– Le contestaré por ti
– ¡No! – reaccionó Gulf.

Mew se extrañó ahora aún más. Estaban acostumbrados a tomar el celular el uno del otro. ¿Gulf en verdad estaba actuando extraño o sólo era Mew haciéndose ideas en la cabeza?. Se alejó lentamente del celular. Se sintió incómodo, así que decidió irse a la habitación.
Gulf se odio porque sabía bien que había actuado extraño, había actuado culpable. Dejó todo lo que estaba haciendo en la cocina, tomó su celular y se dirigió hacia la habitación, donde Mew estaba recostado en la cama con su celular. Gulf se paró en el marco de la puerta, como esperando a que Mew notara su presencia. El mayor lo estaba ignorando por completo y seguía en el celular, así que Gulf se acercó y se recostó con junto a él. Mew seguía sin hacer nada, era como si el menor ni siquiera estuviera ahí.

Good LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora