Un enorme cielo azul se alza sobre la Secundaria de Royal Woods mientras un nuevo año escolar termina su primer día de inicio.
Los maestros dejan libres a los estudiantes para que regresen al día siguiente; viejos amigos se reencuentran mientras algunos caminan por los pasillos para regresar a sus hogares.
Una de ellas, una muchacha rubia de trece años de edad, bastante atractiva y alegre, se encaminaba con rapidez a la puerta de salida. Pero a pesar de sus bellas facciones, varios estudiantes se le quedaban viendo con malicia y burla, debido al ligero sobrepeso que era visible en su cuerpo y el apellido "Loud" que terminaba de condenarla a ser objeto de bromas pesadas.
El nombre de esta muchacha simpática, que en una maestra de la repostería y una aprendiz de moda, es: Liena Loud.
Por fortuna para Liena, aquel primer día de reencuentros mantuvo ocupados a los bravucones y bravuconas que siempre la molestaban, pero no cada día resultar tan gentil. Sin embargo, nadie la importunó en su caminata a la calle principal, donde su hermana mayor se reuniría con ella y la acompañaría hasta que uno de sus padres fuera a recogerlos. Por esa razón la sonrisa de Liena se mantenía radiante; con su cabello rubio recogido en dos trenzas y ojos azules desbordantes de carisma, la muchacha de secundaria era objeto de miradas apreciativas de los nuevos estudiantes que se graduaron de primaria y asistían por primera vez; los cuales pasaban por su lado sin malas intenciones.
Pero no todos permanecerían de esa forma luego de unas semanas. Y algunos incluso desde aquel mismo día.
Liena pudo notar la atenta mirada de los ojos color verde de un muchacho de once años, un nuevo estudiante de cabello castaño; vestido con un pantalón de mezclilla perfectamente ajustado a su cuerpo; un chaleco de mezclilla sin mangas, con un llamativo estampado del cráneo de un animal, sobre una camiseta sin mangas de color negro; y una pañoleta color verde que sujetaba el abundante cabello.
El gusto por la moda de Liena, el cual heredó y aprendió de su querida madre Leni Loud, le permitió darse cuenta que ese muchacho pronto estaría sentado en la mesa de los populares; y por esa razón tenía dudas del motivo para que la observara tan detenidamente.
El camino entre la preparatoria y la secundaria era considerable, debido a eso Liena siempre debía mirar sobre su hombro hasta que su ruda hermana, Laika, hiciera acto de presencia. Pero únicamente debía resistir aquel año más, luego ambas estarían en preparatoria y nuevamente bajo su cuidado.
— ¿Eres Liena?— Lemy por fin pudo reaccionar luego de quedar fascinado con la bella muchacha y el bello vestido que traía puesto. Pocas veces el muchacho castaño contemplaba el atuendo de cualquier persona, incluso de las mujeres que casi desnudas que exhibían sus atributos, pero la forma simple de aquel vestido de mezclilla, el color verde de la camiseta, el cabello rubio en trenzas, y los ojos azules claros de la muchacha; todo se fusionaba con el bello rostro y radiante sonrisa de su propietaria para quedar maravillado por horas. Desafortunadamente, Lemy debía regresar a casa lo antes posible, pero primero necesitaba información de calles y transportes, y le indicaron amablemente que esa bella muchacha era con quien debía hablar.
Liena por su parte no podía imaginar que ese muchacho pudiera tener otro aspecto tan fascinante como eran el color de sus ojos y su vestimenta, pero al oír su voz pudo darse cuenta que se equivocó enormemente. El tono calmado junto a la sonrisa tranquilizadora, le transmitieron confianza en el acto. Así que asintió a la pregunta, ya que era lo único que podía hacer debido al daño permanente en sus cuerdas vocales; un mal con el que nació y le impedían hablar.
— Ah... Genial. Es un gusto conocerte. Me llamo Lemy Pine— el muchacho castaño fue advertido de la timidez que aquejaba a la bella muchacha rubia y no deseaba molestarla demasiado, pero necesitaba la información para encontrar el mejor regalo paranormal de cumpleaños para su padre en aquella ciudad a la que acababan de mudarse; y quizás, si tenía suerte, Liena podría darle concejos acerca de suéteres para regalarle a su madre— Soy nuevo en la ciudad y me dijeron que los Loud conocen mejor que nadie los alrededores— explicó amablemente, pero la mirada de la muchacha un par de años mayor que él, se ensombreció con desconfianza.
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Preámbulo de lo inevitable: Sin habla
RomanceNo se puede evitar. A pesar de los diferentes caminos a los que lleva el destino, algunos encuentros no dejarán de ocurrir; sin importar los obstaculos, quienes interfieran o intenten separarlos.