Prologo.

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Camila.

" Sientate recta. Baja la cabeza." La señora Miller golpea la mesa con su vara de manera y me sobresalto. " ¡No! Recta la espalda." Acato sus ordenes y bajo la cabeza, pero chillo cuando otro golpe es dado en la mesa. " ¡Señorita Cabello! Solo mantenga la espalda recta, su cabeza baja y no suelte ruido alguno." Suspira luego de maldecir en ruso y la imito en mi cabeza.

" No creo que sea posible. El mas mínimo ruido me asusta y si son gritos, es peor." La observo de reojo y ella vuelve a maldecir.

Falta un mes para mi cumpleaños número 18 y en el cual se llevara acabo la tradición de la mafia rusa.

Hay clanes o familias pertenecientes a la mafia que siguen esta tradición al pie de la letra cuando su riqueza o poder no es suficiente para ellos.
Cada chica en la familia al cumplir los 18 años es entregada a cuatro posibles candidatos, cada uno debe tener una familia importante y un historial criminal formidable. Uno a uno deben demostrar al capo sus habilidades en lucha, armas e ingenio. Así el padre de la chica vera quien merece llevar sus negocios en un futuro junto al próximo capo, si es que hay un hermano varón en la familia.

Básicamente es un trueque, el importante capo cambia a su hija por mas hombres, armas y dinero. Una mierda, si me preguntan. Pero como soy mujer y el trueque de Padre no tengo voz ni voto en esto, de echo por eso esta la señora Miller aquí. Para ayudarme a controlar mi nerviosa personalidad ante los hombres sedientos de sangre que vendrán a negociar con Padre.

" Lo entiendo, Camila. Pero a tu padre no le va hacer gracias verte dar brincos con cada disparo o golpe que pueda haber." Giro la cabeza para observar el largo látigo de cuero que descansa sobre la mesa en el comedor. Trago con fuerza y asiento hacia la señora Miller.

" Bien, vamos."

Es pasada las 5 de la tarde cuando la señora Miller se marcha y me deja en paz al fin. Estoy tan agotada que cuando entra mi hermano con su camisa de vestir suelta y con manchas de sangre apenas y muevo la cabeza para saludar.
Luigui se quita la camisa y estira sus músculos antes de acercarse a mi en la mesa.

" Te ves cansada. ¿Que pasa?."

" La señora Miller estuvo aquí toda la tarde." Me quejo. Luigui suspira y sale del comedor a no se donde pero no me importa, solo quiero irme a mi cama y dormir.

El pequeño cachorro de golden aparece seguido de Luigui y salto fuera de la silla para tomarlo en brazos y acariciarlo. Padre tiene a sus perros fuera de casa y esta rotundamente prohibido tenerlos dentro, pero Luigui trae al cachorro cada vez que me ve triste.

" Ese va ser un gran perro. Escuche que comenzaran a entrenarlo el mes que viene." Comenta mi hermano y yo suspiro.

En casa todo ser tiene que estar preparado para matar, como hay cientos de hombres a los alrededores, también hay perros. Perros a los cuales no desearías acercarte a menos de un kilómetro si valoras un poco tu vida.

" No quiero que sea una maquina asesina. Es muy tierno." Digo con el cachorro en brazos. La puerta se abre de golpe y Padre entra acompañado de mamá, ambos se detienen al observarme de rodillas en el suelo con el cachorro en mi regazo.

" ¿Que hace ese animal aquí?." Padre gruñe en ruso y me coloco de pie mientras Luigui toma al cachorro para llevarlo fuera. " ¡¿Hace cuanto traes ese perro dentro, Camila?!." Me mantengo firme como me enseñaron pero no puedo evitar el temblor en mis manos.

" N-No..." Padre maldice en ruso y antes que alguno reaccione saca su arma y dispara directo al cráneo del cachorro. Luigui lo deja caer y me mira con pesar. Corro hasta el pequeño animal sin importarle las miradas de mi hermano y mi madre." ¡¿Por que lo hiciste?! Luigui lo iba a sacar." Sollozo y jadeo cuando siento la pesada mano de Padre en mi brazo.

" ¡Acabas de cuestionarme, Camila!." Trago moviendo mi cabeza con la mirada baja pero Padre me arrastra hasta la mesa donde toma su látigo. Trato de mantener mi respiración y observo a Luigui girarse mientras mi madre baja la cabeza y oculta su llanto.

" No, Padre. Lo lamento." Digo sin emoción y casi me muerdo la lengua cuando el primer latigazo da justo en el centro de mi maltratada espalda. Casi me caigo me el fuerte agarre de Padre lo impide.

" No suenas muy sincera. Siempre el mismo contigo, me desobedeces y te castigo. En un circulo vicioso sin fin." Casi se burla cuando otro golpe llega y jadeo por aire, siento como si fuera a vomitar y las piernas me fallan.

" Padre." La voz de Luigui me hace querer mirarlo pero estoy sin fuerzas y estoy de pie por el agarre de Padre. " Ya el cachorro esta muerto y Camila entendió." Quiero asentir pero no puedo. Padre me suelta y me agarro de la mesa para evitar caer de culo.

" Luigui, acabas de retarme." Miro a Padre tomar con mas fuerza el látigo y el golpe cruza el centro del pecho de Luigui, dejando un verdugón rojo. Su herida en carne viva. Mi hermano no se queja ni se mueve y Padre se retira de la habitación sin mirar a nadie.

" ¿Estas bien, Camila?." Parpadeo al mirar a Luigui frente a mi y observo su horrible herida. Él me gira y levanta mi camisa, lo escucho maldecir y me toma en brazos para subir las escaleras.

" Si, ya estoy acostumbrada." Balbuceo cuando me deja en medio de mi habitación. Voy al cajón de mi comoda y tomo el ungüento para curar a mi hermano.

" No, dejame curarte primero." Me arrebata el tubo y hace que me acueste en mi cama con solo mi sujetador puesto.

" Luigui... Crees que alguna vez dejare de sufrir." Murmuró cuando siento sus dedos poner el ungüento en mis heridas. También siento como acaricia las viejas cicatrices, las que he adquirido con los años.

" Espero que si, Camila." Dice con un suspiro e intento mirarle la cara pero me revuelve el cabello de manera juguetona. " Aunque tu y yo sabemos que eso seria lejos de aquí, lejos de toda esta vida."

" Entonces nunca lo seré." Digo con resignación. " En unas semanas cumpliré 18 y Padre hará su trueque. Las familias rusas son despiadadas, no puedo ni imaginar lo que me espera. Podría morir a manos de mi esposo."

" No esta permitido. Si ocurre la familia, nuestra familia mataría al clan desobediente." Intenta consolarme pero Luigui no entiende que mi verdadero consuelo esta en la muerte. " Además yo mataría a todo aquel que te hiciera daño, Camila."

" Todos menos al principal." Digo con pesar y escucho a Luigui cerrar el tubo del ungüento. Quiero pararme para ayudarlo con sus heridas pero me detiene. " Descansa." Deja un beso sobre mi cabello. " Padre esta chapado a la antigua, piensa que estos son métodos de crianza efectivos. Lo hace por que nos quiere muy en el fondo."

" Si, muy, muy al fondo." Digo con sarcasmo. Luigui me sonríe antes de caminar hasta la puerta.

" Ni dudes, Camila. Si Padre se atreviera a hacerte un daño mayor, me encargaría de él. Aunque eso signifique la muerte." Lo detengo antes de salir.

" No digas esas cosas, por favor." Él sonríe una última vez y sale dejándome sola y con la espalda adolorida.

Me acomodo entre mis sabanas y cierro los ojos, tratando de soñar con el día que ses libre. Libre de tener un cachorro en casa, de decir lo que quiera, de comportarme como quiera sin temor a recibir latigazos como un animal de circo.

Algún día.






Hello! Nueva historia y vengó con todo pero actualizo hasta el domingo 👍 tengo algunas cosas que hacer estos dos dias.

Una cosa, alguien me ayuda con una portada para este fanfic. Pueden dejarlo en mi twitter que esta en el perfil. Los quiero 🤘 

Mi amada asesinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora