Dando un salto al pasado cercano, ese mismo grupo había llegado poco tiempo después que el solista, pero habían decidido cenar algo en el restaurante del hotel antes de ir a su habitación compartida.
—Sigo sin creer que vayamos a hacer esto... — Dijo Max refiriéndose a Xavi
—Pues ya estamos aquí Maxi, no podemos dar vuelta atrás ahora.— Le respondió Agustín, haciendo especial énfasis en la palabra "Maxi" pues sabía que odiaba que le dijeran así.
—Y de algo nos tenemos que morir ¿No?— Habló tranquilo el más alto.
—Que sea al menos por una buena razón...— Terminó José
Hubo un silencio algo incomodo, hasta que Xavi comenzó a entonar algo.
—Cuando tuve te mantuve, yo te tuve y te di...—
—Ya va a empezar...— Susurró Max.
—Hoy no tengo ni mantengo ni te tengo ni te doy...— Continuó Agustín
—Búscate otro que te tenga te mantenga y te dé...— Siguió José
Hubo un pequeño silencio, todos miraban a Max esperando que continuara como era su costumbre. Tardó un tiempo, pero lo hizo.
—¡Hoy no tengo ni mantengo ni te tengo ni te doy!— Respondió finalmente con efusividad.
Sin dejar de cantar y alternar entre la voz y los tonos, pagaron la cuenta y comenzaron a rondar por los pasillos del hotel esperando encontrar con suerte su habitación.
Fue así como terminaron en esa situación, callados, frente a frente los rebeldes y el atrapado, tan parecidos, pero tan distantes los unos del otro.
—¿Podrían por favor guardar silencio? Habemos algunos que tratamos de descansar.— Les dijo con cierto enojo.
—Tss... No seas aguafiestas grillito marrón, solo estamos buscando nuestro cuarto.— Le respondió Xavi con el tono más burlón que podía hacer.
—Ugh, que molestia...— Susurró.
—¿Qué dices grillito?—
—Que son una molestia, tú y tus amigos, eso digo.— Le respondió con desprecio para cerrar de un portazo su puerta.
—Huh, que niño tan amargado.— Les dijo José a los demás, quienes simplemente asintieron.
Leyendo el número grabado en la parte superior de su llave, por fin concibieron que se trataba de la habitación F 30, buscando entre las habitaciones cercanas se dieron cuenta de que la que estaba enfrente suyo era la F 29, bastaba con pensar un poco para deducir que debía estar "bastante cerca" y así lo hicieron. Se encontraron con que su habitación estaba justo en frente de la del chico que los acababa de "insultar muy vilmente".
Pero eso no importaba en ese momento. Por el "buen" servicio de hospedaje, si, entre comillas, porque no era ni tan bueno, y por razones de presupuesto, espacio, les valió, ¿Qué importaba? Solo les habían proporcionado una habitación. Eso no les molestaba, estaban acostumbrados a estar juntos, era él pan de cada dí, pero tarde o temprano vendría la "pelea por el control del territorio", en este caso, las camas.
— Chicos, hay que hacer algo. Me aburro y aún es muy temprano como para salir a ensayar —Dijo el pelirrojo.
— ¿Cómo qué? —Preguntó el líder, que se encontraba en la cama de alguno de ellos con la cabeza colgando al aire.
— Pues la verdad... No lo sé.,,.—El dueño de la idea contestó el cuestionamiento de su compañero con una sonrisa y alzando los hombros.
Quedaron un rato en silencio, hasta que el chico de cabellos castaños y largos se le ocurrió una magnífica idea. Con cautela, tomó una de las almohadas de la cama más cercana, se aproximó tranquilamente al más pequeño de la banda y ¡Boom! le dio un golpe con el objeto suave en el rostro, cosa que le hizo perder el equilibrio y caer en la cama de espaldas.
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The rebels fest- L'étoile de la liberté
Novela JuvenilCuando una sociedad colapsa, sigue el renacimiento, donde son los rebeldes los que tienen sus oportunidades doradas, donde la riqueza cultural salva a mas gente que la monetaria, y donde venirse abajo es un escalón hacía arriba, la muerte y la vida...