C A P Í T U L O 55

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N/A: Recomiendo leer este capítulo escuchando la canción de LAUV, titulada: I Like Me Better. No es estrictamente necesario, pero os puede ayudar a sentir la experiencia más desde dentro.

  

  Ya estábamos llegando, el viaje hubo durado tan solo veinticinco minutos, por lo que no me resultó para nada monótono. 

Por mucho que a Malibú lo relacionasen mucho con Santa Mónica, a penas se identifican. El ambiente que se puede ver en Santa Mónica no es nada comparado con la tranquilidad que se respiraba en Malibú. Las casas no tenían nada que ver, ni tan siquiera la distribución. Malibú presentaba ese toque más europeo que Santa Mónica. Si tuviera que elegir entre alguna de las dos, sinceramente me quedaría con Santa Mónica, pero si prefieres instalarte en una ciudad más tranquila, entonces, quédate con Malibú.

  Cuando aparcamos, sacamos todas nuestras pertenencias del maletero y las dejamos sobre la acera más cercana a donde habíamos aparcado el coche. Eran las diez de la mañana y el calor era seco, lo que provocaba un bochorno matador. Nada más había bajado tres maletas y las gotas de sudor ya se desplazaban por mi rostro.

  —Toma, Ali. Ve a abrir la puerta para que podamos meter todo esto, vamos. —mi tía le lanzó las llaves a mi prima, la cual las alcanzó al vuelo.

  Cogí dos maletas, una en cada mano, y caminé junto a Ali.

  No habían más de doscientos metros desde el aparcamiento hasta la casa de mis tíos y mientras caminábamos fui informando a mi prima sobre el pequeño plan que había trazado. Por lo que aquella mañana iríamos a la playa con Astrid y por la noche, en vez de ir a la fiesta de Astrid, que ella y sus amigos asistieran a la fiesta de Bob, plan que me pareció perfecto y justo.

  Tardamos alrededor de una hora en colocar todo y menos de quince minutos en vestirnos el bikini para bajarnos a la playa. Me preparé mi bolsa de esparto y me coloqué mi pamela, Astrid nos esperaría en la playa con una amiga suya llamada Rachel.

  —¡Mamá, nos vamos! —le informó mi prima.

  —De acuerdo. A las tres aquí, como muy tarde. 

  Salimos cerrando la puerta con suavidad.

  —¿Has visto la última campaña publicitaria de Hermès? —me preguntó mi prima deslizando su dedo por la pantalla de su teléfono móvil.

  —No, ¿por? 

  —Ya están sacando su colección de otoño/invierno, ¿no hay nada que te guste? —me miró con unos ojos inquisitivos.

  —¿No te he dicho que no la he visto todavía? —recalqué.

  —¡Ah, cierto! —exclamó.

  Suspiré con una sonrisa maliciosa. 

  —En qué estarás pensando. —ambas sabíamos en lo que andaba pensando.

  Se ruborizó y comenzó a reírse de manera tonta. 

  —¿Qué tal estás con él? —me preguntó mi prima cuando notó que había quedado un vacío incómodo. 

  Mi prima ya sabía lo que había pasado con Marc y también sabía que hacía tiempo que no veía a Justin, pero a penas se atrevía a mencionar su nombre, creo que tal vez por si me dolía escucharlo. La certidumbre del que pasará es lo que más me estaba torturando. Sabía que Marc iba a tomar medidas y eso era lo último que quería. Cada vez que pensaba en ello me sentía culpable.

  No había hablado con Marc y la verdad es que me habría gustado ir a verle al hospital, aunque solo fuera para medir sus niveles de enfado. Simplemente sabía que ya había despertado porque me informó Edgar al día siguiente. 

ÉL - Un Verano En California  [US #1#]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora