No se que hora es, pero todo esta oscuro. No se en que día estamos, pero me siento rodeada. No se que mes es, pero en todos lados hay flores.
Me pregunto que es lo que siento. Por dentro tengo un vació, algo dudoso que en realidad no entiendo. Al mirar a mi alrededor diviso cientos de luces, como si me encontrara rodeada de una noche estrellada, y las miro por lo que no se si son segundos, minutos o horas. Ha algunas las mire hasta aprenderme cada detalle, otras no supe ni lo más mínimo.
Con el avanzar del tiempo, algunas de esas estrellas desaparecieron, dejando una oscuridad la cuál ninguna otra podría quitar, la cual ninguna iluminaria igual. Al darme cuenta que no volverían, me lamente de no apreciarlas más cuando las tuve. El mundo se seguía moviendo, todo avanzaba y cada vez más se iban. La oscuridad sucumbía mi alrededor y yo seguía ahí, preguntándome el por que no las aprecie antes, pero no hacia nada. Hasta que fue muy tarde... y no había nada.
Yo sigo helada, incapaz que el calor me invada, porque a quienes me querían no los aprecie, y ya los perdí, y entendí al fin que era ese vació, era de la perdida y mi poco aprecio a lo que en verdad importaba.
No se que hora es, pero ahora algo ilumina el cielo. No se en que día estamos, pero me siento abandonada. No se que mes es, pero todo esta congelado.
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Estrellas
Teen FictionHistoria corta / One Shot Metáfora sobre el aprecio de las relaciones