Juegos de Palabras entre Dos

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Era una fiesta Decembrina, de esas en las que la tradición es tirada por la borda y solo es una excusa para pachanguear a lo bestia.

Diego odiaba con toda su alma ese tipo de fiestas, pues no había nada más que música que consideraba basura y adolescentes "bailando" como robots los pasos que se encontraban en tendencia

- Da fiebre, es la locura de diciembre- dijo una voz a sus espaldas, tomándolo por sorpresa, que quiere decir que pegó el brinco al sentir un aliento cerca de su oído

- Veo que llegaste – contestó simplemente, fingiendo su sorpresa anterior con una actitud despectiva

Ahí, con su sonrisa de dentista y un alegre suéter de colores navideños, se encontraba la única razón por la que Diego se había decidido a perderse su fin de semana hogareño y estaba en semejante fiestononón: Raúl se encontraba ahí, radiante, como siempre.

Y como siempre, cual magia de gato Torcuato, terminaba arrastrándolo a donde se le placiera

-Podrías ser más amable de vez en cuando...- sugirió irónicamente el chico, con una sonrisa traviesa- ni siquiera me saludaste

-Tú y tus protestas de hormiga, no veo necesidad de estarte saludando- resopló girando su vista hacia el lado contrario del rostro de Raúl- con tu presencia es suficiente.

Raúl, acostumbrado al carácter contradictorio que Diego siempre había tenido solo le dirigió otra sonrisa mientras le agarraba ligeramente de los hombros, casi empujándolo hacia el mero centro de la fiesta, donde las botanas se encontraban dispuestas sobre mesas plegables, la mayor parte de ellas mezcladas entre sí, doritos con gusanos de gomita o incluso algo que parecían ser espaguetis con palomitas en vez de queso.

-Sentémonos-señaló las pocas sillas que se encontraban cerca de la mesa

Obedeciendo, el castaño se sentó con desgana en la silla que Raúl desplegaba para él.

Pasaron así unos minutos, ambos sentados con el ruido rodeándoles por todos lados, dos florecillas en un campo de batalla.

- ¿Y bien? -Diego frunció el ceño dirigiéndose a su acompañante- ¿Me hiciste salir de mi cómodo hogar solo para sentarnos en una fiesta plagada de reggaetón?

Al escuchar el último término el azabache hizo un gesto de asco, con sus manos parecía indicar que vomitaría.

-Pues no, mi intención era bailar un rato, pero resulta difícil- torció sus labios en una mueca- sabes lo que pienso: reggaetón en bailes son ratas musicales

Raúl y sus juegos de palabras, si lo soportabas el tiempo suficiente terminabas por acostumbrarte, o bueno, no del todo.

-Sigo pensando que debes dejar de inventar dichos- respondió el chico, casi gritando, pues el volumen de la "música" no paraba de subir

-A mi me gusta, me encanta hacerlo, más que nada por tus reacciones, solo mírate- lo inspeccionó con la mirada- casi puedo ver estrellitas de atontado sobre tu cabeza

Ese comentario le costó un ligero golpe en el hombro, y digo ligero solo por el hecho de que la fuerza de Diego no era mucha, por no decir que no tenía habilidad alguna en las fuerzas brutas

- ¡Que estrella ni que centella!, deja de decir tonterías- masculló el chico, sin enojarse realmente, de alguna manera el otro tenía razón

- Y luego soy yo el que hace juegos de palabras- susurró Raúl casi en un suspiro

[...]

Casi no se escuchaban el uno al otro por los griteríos en el ambiente, sumándole la música (ratas musicales) que sonaban en las enormes bocinas junto a ellos, pero, aún así y con toda naturalidad, Raúl comentaba una y otra vez sobre los que habían asistido a la velada, cualquier cosa sobre los ahí presentes.

Juegos de Palabras entre DosWhere stories live. Discover now