Cap.10 El regreso de Als.

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ZAC

-¿Te gusto la película?- pregunte sin obtener respuesta. Voltee a verla y estaba dormida. Nunca me voy a cansar de verla así: tan tierna e inocente. Parece una muñeca de porcelana, demasiado perfecta para ser autentica. La cargue, la lleve a su cuarto y la acosté en su cama. Me senté en un sillón que había a su lado. Solo podía mirarla dormir, serena y sin preocupaciones, no sé qué problemas tiene, pero sé que la exasperan, me preocupa. Aun así no soy capaz de preguntarle nada, siento que es algo que no debo saber. Después de unos minutos se me comenzaron a cerrar los ojos, pero no me quería dormir aun, no quiero que nadie le haga daño, me asusta la idea que alguien la lastime ¿Por qué estaba pensando en eso? ¿Qué me pasaba? Ella no me importaba. Sacudí la cabeza y me acomode en el gran sillón y caí en un sueño profundo.

JO

Me desperté en mi cama, con mis sabanas y en mi cuarto, la extrañaba tanto. De repente recordé todo, la fiesta, la carta, la pelea con Megan y también que ayer había visto una película con Zac. ¡Zac! Me incorpore rápidamente y gire mi cabeza para buscarlo con la mirada y lo encontré tirado, literalmente, en el suelo, estaba acurrucado y semidesnudo, corrí por mi celular para tomarle una foto, cuando lo encendí vi tres llamadas perdidas del mismo número desconocido, el sol estaba muy alto por lo que adivine que ya era un poco tarde. Devolví la llamada del número desconocido. Después de tres tonos una voz masculina y ronca contesto.

-Diga.- era El. Abrí la boca pero no salio palabra de ella, así que la volví a cerrar.- Jo ¿Eres tú?- volvió a hablar

-S...sí, soy yo ¿Por... por que me estabas llamado?- Increíble, no se que te pasa, hasta te avergüenza hablar con él por teléfono. Esa bendita voz siseante, me tiene mal.

-Estaba preocupado por ti.- pude adivinar que detrás del teléfono estaba el con esa cosa que hacía con su boca. - Quería saber si estabas bien.-

¿Le preocupamos?
Corrección mi querida amiga, le preocupo.

-Ok, ya sabes que estoy bien y no... no me ha pasado nada, gracias por llamar. Adiós.- no quería seguir hablando con él.

-No, espera...-¿Ahora qué?- ¿Qué vas a hacer hoy en la tarde?- no, no. Yo no podía salir con él. Ella ya no estaba.

-Nada.- las palabras salieron de mi boca sin yo siquiera autorizarlo.- ¿Por qué?- sabia porque, pero no quería parecer tan desesperada o algo así.

-Paso por ti a las seis.- dijo firme.

-¿Para dónde vamos?- no estaba tan segura de querer salir con él.

-Eso no importa, solo quiero que estés muy linda.- ¿Qué?- ¡Ha! Tienes que contarme varias cosas.- dijo y finalmente corto la llamada.

-¡Mierda! No tengo nada que ponerme.- dije pensando en voz alta.

-¿Para qué?- Dijo Zac con una voz ronca.

-¡Ha! - Claro Zac, tenía que deshacerme de él.- Ya despertaste ¿Quieres desayunar? - no le iba a explicar para donde iba y con quien. Primero, no sabía para donde y segundo al parecer Zac y Alex se conocen y no se la llevan muy bien.

-Si.- dijo tosiendo.- ¿Qué hora es?- no lo sabía, así que tome nuevamente mi teléfono y vi que eran las diez y media de la mañana. No era tan tarde como pensé. Le mostré el teléfono. - Bueno, por lo menos no es tan tarde.- asentí ya dirigiéndome hacia la puerta, iba a hacer el desayuno, no tenía muchas ganas, pero era lo menos que podía hacer por él. Baje las escaleras y llegue hasta la sala, había un verdadero desorden. Ayer Zac y yo comimos palomitas y luego pedimos una pizza, supongo que el antes de ir a dormir ni siquiera recogió en donde comió.

Young Blood.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora