13 - REORGANIZACIÓN

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Draco

No puedo evitar sentirme nervioso. Es cierto que el conocer lo que pasó en la otra vida nos otorga ventaja, pero ¿hasta qué punto? De todos modos, mi madre está muerta y Fiona en sus manos. No entiendo qué es lo que podemos hacer para cambiar las cosas.

Nicolae me acerca un vaso de whisky y yo se lo agradezco con una sonrisa. Tal vez me venga bien. Por lo menos para tranquilizarme.

Observo a mi alrededor. Todos están pensativos y nerviosos. Estamos esperando a que Lucie y mi abuela terminen de hablar con Christen. No hace falta que digan nada para imaginarme que tiene que ver con su coronación. Ahora le va a tocar a ella ser reina de las brujas y estoy seguro de que eso le aterra. En cuanto le vea, le daré ánimos y le diré que cuente conmigo para lo que sea. Seguro que me lo agradece.

La puerta se abre y aparecen la bisabuela Camile y minidrogo. Me quedo mirándoles intrigado. Los dos están muy serios y preocupados ¿Qué será lo que les ocurre?

Minidrogo se acerca a mí, mira mi vaso y, seguidamente, se vuelve a Nicolae.

—¿Para mí no hay? Yo también estoy nervioso.

Nicolae estalla en una carcajada y se dispone a servirle un vaso mientras que el pequeño se sienta a mi lado.

—Me alegra ver que estás mejor —me dice —. No te preocupes. No permitiré que eso suceda de nuevo.

Le dedico una ligera sonrisa mientras que tengo que aguantarme las ganas de reír. Lo ha dicho tan serio... Es como si él realmente pudiera hacer algo, pero eso es imposible. Es tan sólo un niño. Un niño con un gran poder, también es cierto.

Mientras bebe del vaso con cuidado, le observo atentamente. Hay algo extraño en él. No sé. Me da la impresión de que nos oculta algo y eso no me gusta nada.

En ese momento hacen su aparición la abuela y Lucie. El abuelo Viktor enseguida se acerca a ellas.

—¿Cómo ha ido?

—Todo lo bien que podía ir —responde Rose resignada —. Por lo menos parece que va asumiendo su destino. Ha aceptado acompañar a Lucie en la recepción.

—¿Y ahora dónde está? —pregunta Camile.

—Quería ver a su madre —contesta Lucie —. No se lo podíamos negar.

Camile asiente comprensiva mientras que yo no puedo dejar de pensar en cómo se sentirá ahora mismo mi hermana. No sólo tiene que asumir las responsabilidades, sino que seguro que está hecha polvo por dentro por lo mal que se portó con mamá. Pobre...

—Será mejor que empecemos la reunión —dice el abuelo Viktor —. A Christen ya la pondremos al día después. Primer punto. Hay que reactivar el poder de los barth... Perdón, de los mellizos.

Esbozo una divertida sonrisa. Casi se le escapa.

—¿Y cómo vais a hacer eso? —pregunto intrigado.

—Fueron los cazadores quienes los sellaron —explica mi abuela —. Al ser vosotros niños prohibidos, eran los únicos que sabían cómo hacerlo. Les invocareis y ellos harán el resto.

Se me forma un nudo en la garganta. Invocarles... Se supone que eso sólo lo podían hacer mis padres. ¿Seremos mi hermana y yo capaces de eso?

—No te preocupes, Draco. Estoy seguro de que vosotros podréis. ¿Olvidas que lleváis sus nombres? La última vez que estuvisteis con ellos erais unos críos y seguro que les apetece ver lo que habéis crecido.

Sonrío a minidrogo agradecido. Es único para dar ánimos y la verdad es que, tenerle a mi lado, me sienta bien. Menos mal que la abuela no le devolvió al pasado.

DC XII:LA REINA DEL MUNDO √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora