│ • Intrusión a mi Habitación •│

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Agnes Ivanova

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Agnes Ivanova.

—Grayson —lo llamé antes de llegar al laboratorio —¿Aún te quedan muchos expedientes por terminar? —pregunté pasando mi placa por el censor, avergonzada ante lo que estaba por proponerle. Éste me miro confundido y negó con la cabeza —¿Cuándo lo acabes me podrías ayudar a mover las camillas a la sala?

No se sorprendió ante mi petición, hasta podía ver ternura en sus ojos —claro —me sonrió. Era la primera vez que lo hacía —me faltan los expedientes de los supervisores que te mencioné. Dame cinco minutos —empezó a caminar hacia la enfermería.

Mientras Grayson se enfocaba en terminar los expedientes faltantes, me dirigí a la mesa y me subí sobre ella a revisar las noticias el día para pasar el tiempo.

Como siempre las noticias iban de Asaltos de Banco o Asesinatos por Robo, entre otras cosas, nada que la policía no haya controlado.

No nos requerían, a menos que yo lo supiera o que no estuviera al tanto de un caso.

Nuestra Organización estaba estrictamente preparada para proteger y defender cualquier entidad o estado.

Nos caracterizábamos por ser una unidad ágil y versátil, equipada con tecnología militar, donde el grupo de entrenamiento debía superar varias pruebas físicas y mentales para formar parte de la Organización.

El entrenamiento tenía una duración exacta de quince meses, donde los primeros tres meses y medio (de septiembre a mediados de diciembre) eran entrenamientos de inteligencia, los siguientes tres meses (de Enero a Marzo) eran las pruebas, y para terminar, los restantes ocho meses y medio (de Abril a mediados de Diciembre) entrenamiento físico.

En la primera etapa, a mediados de Diciembre los sujetos inferiores tenían la libertad de regresar a sus hogares hasta el primero de Enero del siguiente año, esto bajo el estricto control de seguridad el cual les prohibía saber del lugar de donde se estaban retirando.

Si bien nuestros casos eran públicos, nuestra localización no, por esa misma razón los sujetos inferiores tenían prohibido portar cualquier aparato electrónico que revele lo mismo y para evitarlo, antes de ingresar al avión de vuelta hacia cualquiera de las casas de la organización, se sometían a un escaneo riguroso y completo.

A diferencia de los de alto rango, que si podíamos portar.

Es por eso y más que me encantaba este lugar, si bien sabía a qué se dedicaban, cuando llegué todo fue increíble y nuevo para mí.

El Doctor Grayson apareció en mi campo de visión sacándome del pensamiento en el cual estaba sumida

—¿Estás lista? —asentí dando un pequeño brinco para bajarme de mi escritorio.

La camilla resultó más pesada de lo que parecía, así que nuestra única opción fue arrastrarla.

Con Grayson empujando y yo estirando, logramos llevar las dos camillas hasta la sala.

N U E S T R A (Míos #1) En Edición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora