Mi dueño, Johnatan, acababa de morir, dejándome solo en el mundo.
¿Que iba a ser ahora de mi? Pensé. No tengo a donde ir ni con quién quedarme.
Decidí quedarme en nuestra casa, el único hogar que he tenido nunca.
Me alimentaba de las cosas que encontraba por los suelos, pero cuando no quedaba nada tirado mi hambre me hizo aprender a abrir cajas a base de mordiscos.
Intenté lo mismo con las latas, pero me rompí un diente y decidí rendirme. De todas formas de momento todavía me quedan bastantes cajas de "ceroales".
¿Que? Soy un perro, no se leer del todo bien. Aprendí un poco viendo el periódico que Jonathan se dejaba tirado en el suelo.
Mi vida había pasado de un paraíso con alguien que me quiere a un infierno en el que estoy solo.
Ya ni siquiera salgo de la casa, me quedo tumbado y lo único que hago es dormir, comer y leer algunos de los periódicos que todavía están por el suelo.
Un mes después la comida se acabó, por lo que tuve que salir a buscar algo. Por suerte encontré una carnicería cerca. No me gusta robar, pero si no lo hago me moriré de hambre.
Un día decidí salir a dar un paseo para intentar aclararme y cuando volví a casa vi un montón de máquinas con bolas de metal destruyendola.
Ahora me había quedado sin dueño y sin casa. Un perro callejero me dijo que podía ir a la perrera y quedarme allí hasta que adoptarán, pero no lo haré.
Jonathan es el único dueño para mí.
Le hecho tanto de menos.
Seguí andando hasta el punto que me acabé perdiendo por las calles de la ciudad.
Ya no sabía cómo volver a casa. Aunque tampoco es que me sirviera de mucho volver.
Desde entonces han pasado cuatro meses y cada día hago lo mismo : despertar, vagabundear, comer, vagabundear más y dormir.
Esa es mi nueva rutina diaria.
He conocido a un par de perros, unos shibas gemelos, pero se los llevaron a la perrera.
Espero que les valla bien.
Cada día me haso de calor y cada noche me congelo de frío a pesar de llevo cuatro meses así.
Me he acostumbrado mucho a mi casa, por eso estoy así.
Solo espero que las cosas empiecen a ir mejor.
Aunque sea solo un poquito.
ESTÁS LEYENDO
Diario de Mark, un perro abandonado
Hayran KurguMi nombre es Mark, o al menos ese es el nombre que dio mi antiguo dueño. Nos divertimos mucho juntos, pero por desgracia él murió a causa de una enfermedad. Jonathan era su nombre. El no tenía familia, por lo que cuando murió yo no tuve a nadie que...