21. Telefóno

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,,¡Volví! Juan, ¿dónde estás?" La casa estaba en silencio. Tal vez salió a caminar. Martín dejó la mochila y fue a la cocina, tenía hambre, así que abrió la nevera pero no había nada. ,,Maldita sea Juan". Siguió buscando algo para comer, pero lo único que encontró fue un paquete de cereales, al menos algo. Llenó el cuenco con leche y cereales. Él sonrió mientras miraba la leche. Le recordaba su última noche con Juan. ¿Dónde diablos está él?
Martín subió las escaleras. Lo que vio aquí lo sorprendió. Dejó caer el cuenco y solo pudo pararse donde estaba. No sabía qué es lo peor de las dos cosas que estaba mirando. ,,¿Martín? ¿Dónde has estado?" Su corazón saltaba de su pecho. ,,Ve y llama a una ambulancia". Su papá estaba haciendo resucitación. Martín estaba paralizado. ¿Que pasó? ¿Qué estaba haciendo su padre aquí?
,,¡Martín! ¡Llame a una ambulancia!"
Estaba mirando el cuerpo sin vida de Juan, no podía moverse. Las lágrimas comenzaron a cruzarse en la cara, sus piernas eran como gelatina. Estaba aterrorizado e incapaz de hacer nada. Su padre lo abofeteó, lo que lo despertó. Tiene que salvar a Juan.
Aún con lágrimas en los ojos, bajó corriendo las escaleras y llamó a una ambulancia, antes de que llegaron, Martin no dejó de llorar. ,,¿Vivirá?", preguntó antes de que lo metieran en el automóvil. ,,No lo sabemos y, dado que usted no es miembro de su familia, no podemos darle ninguna información". Con esas palabras se alejaron.

Martín lloró toda la noche. No podía dormir y si lo hacía, Juan apareció en todos sus sueños. La imagen de él tirado en el suelo no podía alejarse de su mente. Quería ir al hospital por él, quería ver a Juan sano y...vivo. Había un agujero en su corazón que no podría llenarse sin Juan. El estaba roto. ¿Volverá a ver a Juan alguna vez? Había tantas preguntas pero no hubo respuesta. Le dolía mucho, sabiendo que Juan podría estar muerto en este momento lo estaba torturando, su corazón se sentía como si un millón de flechas lo estuvieran disparando él solo yacía acurrucado en la cama, llorando.
De repente, sintió algo duro debajo de la almohada. Miró y no podía creer.
Era telefono.

Mi Chico Inocente// Isargas (Corregiendo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora