1. Apocalipsis.

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Nadie sabe cómo llegamos a este punto en nuestra existencia; solo sabemos que no quedan muchos de nosotros

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Nadie sabe cómo llegamos a este punto en nuestra existencia; solo sabemos que no quedan muchos de nosotros. Gracias a los libros sabemos que un día fuimos muchísimos más de nosotros ¡Millones y millones! Y no solo éramos muchos, sino que éramos los líderes también. Claro que sí nos vieran ahora, nadie creería que alguna vez fuimos tantos y tantos; y reyes de reyes.

En estos momentos apenas y tenemos un poco de agua de los abrevaderos y podemos probar carne cruda al cazar o vegetales del exterior. Aunque es una locura salir de las cuevas. Hoy en día solo los más locos se aventuran al exterior para conseguir la comida de todos: y ese loco, por supuesto, soy yo.

En nuestro caso ese "todos" se trata solo de Alicia y yo. Encontré a Alicia tirada fuera de la cueva y a punto de ser devorada por carroñeros; la rescaté cuando era solo una niña de vestido azul. Paulatinamente el vestido dejó de quedarle y se quedó sin ropa que vestir; pero no, no, no andamos desnudos como los animales ¡No vayan a creer eso! ¡Eso sí que sería una locura! Siempre llevamos nuestro sombrero, a dónde sea que vallamos. Me quedan un par de ellos, pero mi favorito es el verde.

Aprendí a hacer sombreros gracias a un libro. De vez en cuando aparecen libros tirados fuera de la cueva y esos son nuestra única fuente de conocimiento. Mis padres me enseñaron todo lo que sabían sobre el mundo y yo a su vez se lo enseñe a Alicia: ella solo sabía sobre conejos, se había criado con muchos conejos blancos.

A mi padre un día le pareció buena idea intentar explorar al exterior, quizá le gustó demasiado porque aunque prometió volver nuca lo hizo. Cuando me quedé solo, pensé en irlo a buscar, pero entonces apareció a Alicia y tenía alguien por quien quedarme.

Nuestras cuevas son de cinabrio, aunque nadie aquí sabe exactamente qué es eso. ¡Oh cierto! Hay otras secciones de la cueva dónde viven otras personas. No las conozco, ni me interesa conocerlas, por aquí la gente está loca y no quiero que le contagien sus tonterías a mi Alicia.

Tampoco tengo idea de porque no salimos simplemente a pasear por los bosques, pensándolo bien, no tengo idea de porque hago muchas cosas. Pero es que nadie sale más que a comer. Podría preguntarle a los otros cueverinos, pero si ellos no son mi familia ¿por qué habría de hablarles?

Me enseñaron a cuidar única y exclusivamente a mi familia, alejarme de los carroñeros y a cazar solamente a los animales que se parezcan a los de los dibujos del libro. Nadie sabe si las otras criaturas pueden dañarnos o peor: tener un sabor horrible.

Por ahora creo que las cosas marchan de manera frabullosa: jugando a las cartas, cazando, confeccionando elegantes sombreros, tomando el té y contando cuentos sobre aventuras que probablemente nunca sucedan, pero quizá así es mejor ¿cierto?

Por ahora creo que las cosas marchan de manera frabullosa: jugando a las cartas, cazando, confeccionando elegantes sombreros, tomando el té y contando cuentos sobre aventuras que probablemente nunca sucedan, pero quizá así es mejor ¿cierto?

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Había una vez una Alicia sin país ni maravillas ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora