En el primer instante que le vi supe que sería el amor de mi vida, el chico que haría temblar todos mis cimientos y mi perdición. Y en el primer momento en el que le mentí, supe que me odiaría durante el resto de nuestras vidas.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El trabajo que nos había mandadado a hacer Martín para lengua castellana me parece lo más absurdo del mundo porque no tiene nada que ver con la asignatura, una manera tonta de perder el tiempo. Si fuera una clase de informática, hubiera comprendido que nos lo enviara a hacer.
─ Dios de mi vida, ¿quieres quitar esa cara de pasa, por favor? ─Guzmán llegó hacia la mesa donde le esperaba con nuestros portátiles para comenzar el dichoso trabajo. Dejó un platillo con algunos aperitivos para picar, al menos esto se va a hacer más ameno.
─ Ahora me vas a negar que esta mierda de trabajo no tiene sentido. ─Cogí una gominola del cuenco y me la llevé a la boca, frunciendo el ceño ante su delicioso sabor─. Joder, que bueno está esto.
─ Hombre, muchas gracias. ─Agradeció él con una sonrisa y al verme rodar los ojos de forma divertida, rió contagiándome las carcajadas.
Aún así, siento que mis mejillas tienen un leve rubor y agradezco que apenas pueda notarlo yo, así para que Guzmán no lo perciba.
Poco después comenzamos el trabajo, (a pesar de que nos entretenemos mucho), empieza a preguntarme qué me gusta mientras me graba con una cámara. Eso me pone nerviosa porque sí, las cámaras me intimidan, no sirvo para posar ni nada por el estilo y a pesar de que intento que lo deje, no cuela y solo me queda adaptarme a ello.
─ Pero si ya lo sabes todo... ¿ves cómo no tiene sentido?
─ Yo lo sé pero los que ven tus redes sociales no, ¿por qué no les enseñas cómo dibujas?
Le miro con mis ojos entrecerrados pero finalmente acabo por coger un papel y lápiz.
─ Te odio.
Cuando acabo el dibujo, (algo rápido porque tampoco quiero tirarme toda la tarde), Guzmán se asegura de tenerlo guardado y apaga la cámara para dejarla sobre la mesa, toma el papel y lo observa con una sonrisa.
─ Wow... es precioso, Bella. Me encanta. ─Su sonrisa es tan soñadora que me hace preguntar qué metas tendrá en la vida, de pronto me entran unas ganas repentinas de saber todo lo que se quiere proponer─. Se parece mucho al oso que Marina te regaló en tu cumpleaños de los quince.
─ Es ese oso. ─Admito asintiendo suavemente con mi cabeza y cuando vuelve a dejar el folio sobre la mesa, cojo el lápiz para escribir justo debajo de la caricatura.
'Para mi más fiel y estúpido amigo, Guzmán.
(Espero que cuando seamos mayores y te pida este dibujo lo sigas teniendo porque de no ser así, te mataré)
Muy en el fondo te quiere, Bella.'
─ Todo tuyo. ─Guzmán ríe al leer la dedicatoria y se guarda el dibujo en la cartera, ya que tenía la medida perfecta─.
