Día 24

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HACIENDO LAS PASES



El tiempo había pasado, uno demasiado largo, por supuesto. Clark se había concentrado altamente en su labor como padre, granjero, añorando durante las noches un cuerpo cálido que nunca dudaba en atosigarlo. Los días y horas como héroe eran peor aún, porque sabía que solo le costaría un par de minutos el llegar a ciudad Gotham y trata de entablar conversación con el más joven.

Pero, Bruce- no, Batman, le dejo algo en claro.

"Red Hood no trabaja en Gotham, no sin mi permiso."

Obviamente, dejando como alta advertencia que su visita no sería bien bienvenida y solo perdería su tiempo. Clark lo sabía, a la perfección, que Jason se encontraría con su equipo o en solitario, resguardado lejanamente en una ciudad donde no se le era tan reconocido y utilizando credenciales falsas. Era todo un enigma para alguien sin poca experiencia, empero, no para alguien como Batman.

Parecía que podía encontrar a sus hijos adoptivos en cualquier lugar del globo terráqueo, sin utilizar un súper oído o súper velocidad. Para Clark, eso debía de tratarse de un rastreador integrado que ninguno de los ex Robin estaban al tanto.

Suponía.

Padre no te lo dirá por mucho que se lo ruegues de rodillas, Kent. Vive el presente y ten paciencia, Todd siempre se toma su tiempo para volver a la cueva. —El comentario de Damian era tan directo, que le recordaba que no estaba tratando por completo con un niño de la casi edad de su hijo, sino con el hijo de Bruce.

¡Damian! —Un siseo por parte de John y tras un "TT", Clark les dejo ser en la sala de estar de su casa.

No era nada nuevo tener al mocoso allí, haciendo uso de una motocicleta sin pase, que aún le sorprendía no hubiese sido fichado por la policía.

El hombre de acero dio un sorbió a su taza de café desde el pórtico de la granja, estudiando los largos baldíos de siembra. Echaba de menos a Jason. Bastante.





Para el forajido no era distinto. Las misiones eran auto proclamadas, algunas con su equipo, la mayoría en solitario. El sudor, el aroma de la sangre y las balas, parecían mantener su atención y mente alejada de la visualización de Clark, Superman.

Red Hood se concentraba, Red Hood atacaba, protegía, asesinaba. Luchaba con un propósito y luego... se curaba. Pasaba largas horas limpiando sus heridas, cosiendo las abiertas luego de desinfectarlas y tomar cortas horas de sueño junto a un arma reposando bajo la almohada; ¿Hace cuánto no pasaba los días así?

Claro, desde que se mudó con Clark y su familia. Allí dejo de necesitar un arma cerca, dejo de alimentarse con lo primero que consiguiera, poder descansar por largas horas en el sofá, escuchando música o ayudando a Martha con lo necesario para las ventas... dormir a su lado, cómodo y seguro.

Era ahí cuando se deprimía y forzaba en infiltrarse cada vez más en los negocios más bajos.



El momento en que supo que ya era suficiente, fue por una de estas misiones. Un secuestro, uno que no tenía fundamento alguno, mucho menos si la carcelera y la victima eran almas gemelas. Jason sintió asco de ello, sin poder creer que el hombre hubiese sido mal tratado por su otra mitad, todo porque él no había aceptado su destino, pues tenía a alguien más en su vida.

La sangre se vio desparramada entre el suelo y con lágrimas, puedo dejarlo en un hospital.

¿Las almas gemelas realmente podían ser tan enfermas?

Reviso su cuerpo era madrugada, no encontrando nada de nada. Ni una sola marca o tatuaje. Él no tenía una... pero sí tenía a alguien que le amaba y había actuado como un completo idiota.

Cómo sí lo fuese a cambiar, que tonto. —Murmuró, caminando descalzo a lo largo del diminuto departamento de un edificio abandonado. Revisó sus cosas y con ello, el primer mensaje de texto en meses.





El encuentro fue lejano a todo, incluyendo el continente, pues Jason se encontraba en Corea del Sur para ese entonces. Clark respondió a las dos horas de su correo, por lo que solo paso menos de una para que lograse llegar al sitio acordado.

Anapji es un estanque artificial en el Parque nacional Gyeongju. Un lugar demasiado tranquilo, donde los turistas solo ocasionaban ruido. Por eso Jason le había pedido ir allí bien tarde la noche, consiguiendo estar allí sentado sobre el techo y observar la lejanía del río artificial.

El aire soplaba agradablemente, empujando sus cabellos de un lado a otro. Necesitaba un corte de cabello.

Jason.

Se sobresaltó, girando su cabeza para poder fijarse en la figura de Superman allí, levitando como siempre —Clark. —Saludo, tomando su casco y dejándolo a un lado —Baja aquí, lo que menos quiero es alertar a las personas de que el héroe favorito de todos está aquí.

El héroe así lo hizo, sentándose muy lentamente a su lado y observando por igual el panorama.

Ninguno de los dos sabía cómo abordar el tema. Casi pareciendo el inició de todo, cuando no se hablaban y mucho menos convivían.

Lo siento mucho, Jason. —Empezó por decir el azabache mayor, rápidamente estando bajo la mira de los ojos aguamarina —Me precipite y... dije cosas que no debía. —Sus iris se encontraron y aquello animo al súper hombre en continuar —Me obsesione con algo y no pensé en ti... y sí aún deseas que esto continúe, me gustaría ir a tu ritmo.

El menor río, no con energía, pero sí de una forma que logró romper la tensión — ¿Lento pero seguro?... ¿Y quién dijo que quería continuarlo?

Bueno, yo...

Claro que quiero, grandote... perdona por haberme tomado demasiado tiempo en escribirte. Pero, tenía mis dudas con respecto a todo. —El forajido se deslizó más cerca, chocando sus hombros —Quiero que sepas una cosa. Te amo. A ti y solo a ti, de manera romántica. Eso no cambiara, ni siquiera sí llego a tener una marca a futuro, lo cual dudo... pero sí llega a suceder, no te dejaría solo por eso. Tener un alma gemela no tiene que atarte de por vida a ella, ¿O acaso Lois no hizo lo mismo?

Clark río con más soltura esta vez, alcanzando con su mano la enguantada de Jason —Pero tú no eres Lois, Jay.

Este le guiño —Soy un chico, por supuesto. Confía en mí, —Le apretó con cariño —no te dejaré por nadie, Clark.

Ambos se sonrieron, sin poder creer lo fácil que había sido todo.

Pero no, no hubiese sido fácil de haberlo hablado antes. El tiempo había funcionado, había calmado las aguas y de paso, echo razonar a cada uno de ellos.

Llévame a casa, grandote.

Claro, Jay.






N/A: Yúju, no me cuelguen.

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⏰ Última actualización: Mar 29, 2020 ⏰

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❝ Treinta días ⌜ ᴅᴄ - ᴄʟᴀʀᴋᴊᴀʏ ⌟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora