A los zombis aún les gustaba dormir en una cama. Al menos, Jungkook lo hacía. De hecho, no creía que necesitasen dormir, pero le oí roncar en mitad de la noche. Algunos hábitos nunca se rompen.
Cuando había encontrado la habitación de invitados, me había debatido entre si cerrar la puerta o no. Al final, decidí no hacerlo. Parecía confortante tener otra presencia en la misma casa que yo. Por primera vez en semanas, no estaba solo. Y no, no podía contar a Namjoon en ello para nada.
Fue lo mejor que había dormido en siglos. Sabiendo que Jungkook estaba al otro lado de la pared y conociendo su habilidad en luchar contra sus compañeros zombies debió tener un efecto subconsciente, tranquilizante y relajante en mí, haciendo que finalmente fuera capaz de dormir profundamente, sin tener que estar alerta por cualquier problema. Probablemente incluso yo mismo ronqué.
De hecho, estaba tan calmado que cuando me desperté por la mañana tuve una erección. Casi había olvidado cómo se sentía. Me di placer silenciosamente y me sentí mucho mejor sobre ello que mi vergonzante follada con Namjoon. Tumbado allí con mi leche enfriándose rápidamente sobre mi estómago, me sentí lo suficiente caliente para hacerlo de nuevo. Pero escuché a Jungkook moviéndose por las escaleras, así que me limpié y me vestí.
─Buenos días ─dije alegremente cuando entré en la cocina. Y estaba alegre, cosa bastante graciosa.
Jungkook asintió hacia mí. Estaba de pie cerca de la ventana de la cocina, una cacerola en la mano.
─¿Comes? ─pregunté estúpidamente, antes de que pudiese detenerme.
Pareció como si quisiese romperme la crisma con el puchero.
─Lo siento.
Con manos temblorosas, colocó el puchero sobre la estufa de leña.
─¿Qué hay para desayunar? ─pregunté─. ¿Cerebros hervidos?
La cabeza Jungkook se alzó de repente, y me miró feroz.
Estallé en risas.
─¡Lo siento, lo siento! ¿Has perdido el sentido del humor?
Jungkook gruñó en una afirmación de que debía haberlo hecho.
─Entonces todos los... demás. ¿También comen comida normal?
Jungkook asintió. Se sentó frente a mí en la mesa. Una costra de suciedad se desprendió de su brazo y cayó sobre la superficie. Me atrapó mirándola, y fijó la vista en la pared por encima de mi cabeza.
─¿Es difícil limpiarte por ti mismo?
Extendió las manos hacia mí, y vi que aunque permanecía quieto, sus manos no dejaban de temblar.
─Puedo ayudarte ─le dije─. Después del café.
No dijo nada.
─No es nada de lo que estar avergonzado. Quizás te haría sentir más... humano.
Jungkook se levantó y se dirigió de regreso al fogón.
Aparté mi silla y le seguí.
─Déjame.
Gimió, un tanto más cabreado, claramente exponiendo que él era perfectamente capaz de hacerlo y de que lo había estado haciendo mucho antes de que hubiese vuelto a entrar en su vida.
─Siempre eres un coñazo a la hora de dejarme hacer cosas por ti ─escupí, apartándolo del fogón.
Ambos nos quedamos helados. Estaba hablando en presente, como si nos hubiéramos deslizado a través de una grieta en el tiempo y estuviésemos volviendo a visitar una escena de nuestra relación y el tiempo de cohabitación.
Finalmente, dije:
─Supongo que algunas cosas nunca cambian.
De mal humor, volvió a la mesa y empecé a preparar el café.
Vertí cuidadosamente el agua caliente en las tazas y miré la química de los gránulos volviendo oscura el agua y liberando el aroma, el cual siempre se las arreglaba para animarme en las mañanas. Coloqué una taza delante de Jungkook y me senté.
─Aunque se siente como en los viejos tiempos ─dije, ansioso de llenar el silencio─. ¿Recuerdas cuándo nos hiciste conseguir ese horno de pan, y siempre hacías una hogaza fresca para cocer por la noche? Entonces, por la mañana, hacías unos BLT y cortabas el pan tan grueso que era como si cada uno tuviera media hogaza. Esos sándwich eran tan gruesos que podías usarlos como cuñas.
Pude ver sus labios convertirse en una sonrisa alrededor del borde de su taza.
─Supongo que ya no lo tienes, ¿verdad?
Sacudió la cabeza.
─De todas formas no importa. Tampoco tenemos electricidad. A menos que encontremos un generador.
¿Qué estaba diciendo? Estaba hablando como si mi estancia allí fuese a durar, como si me fuese a mudar allí para siempre. Jungkook podía haber tenido sólo pena de mí, dándome abrigo para un par de noches, y yo estaba listo para empezar a hacerles dobladillo a las cortinas y ahuecar cojines.
─¿Listo para ese baño? ─pregunté.
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Me enamoré de un zombie
Paranormal↠ Adaptacion del libro de Sean Kennedy con el mismo nombre. ↠Yoonkook ↠ +18