lixjin ,, soft.

soft heartbeat ⨟ 💌

Aquella mañana de tanto sol pero con el ambiente de buena brisa y el cielo un toque nublado, un chico rubio y de pocas ganas caminaba por las calles solitarias y sin compañía alguna, con los auriculares puestos sin necesidad de escuchar cualquier tipo de ruido por la zona, sentándolo tranquilo al mover sus flexibilidades tranquilamente.

Sumergido en sus pensamientos de como poder terminar el anuario de su gran proyecto de la facultad, se dejó guiar en ellos hasta cierto punto y centrarse en cierto chico pelinegro de ojitos agradables.

El pensamiento le recorrió en cuerpo y sin más siguió pensando.

Su vida había cambiado drasticamente luego de aquel encuentro con esa persona, sin saber que pasaría.

Los días tan solo eran normales para él en incluso normales, llevándolo a la misma rutina de siempre y normalizada, totalmente aburrida.

Oh bueno, solo así hasta que aquel apareció e hizo que de un momento a otro su vida normal, aburrida y sin diversión, diera a un vuelco de grandes grados que, siendo sincero y sin impactarse tanto, fue lo que necesitaba.

⁽ 💌 ⁾

Recuerda el día en como estaba sentado frente a la cafetería de la facultad con sus tres amigos, riendo y soltando anécdotas entre si, en como sus ojos se desviaron hacia hacia afuera y luego hacia el otro exterior de la cafetería y lo vió.

El pequeño y bonito pelinegro se acercaba a él con pasos medio lentos, sin una mínima vergüenza y una sonrisa plasmada en el rostro.

En aquel momento si fuera otra persona lo hubiese mandado para cualquier otro lado y no le pondría más atención al asunto ya que de por si no era interasante y para nada que llamase su atención.

Claro, pero tenía que verlo ahí, parado en frente suyo, con una sonrisa de dientes bonitos y unas mejillas medio gorditas por estar abultadas al enarcar sus comisuras, de un leve color rojizo en cada una, captando no sola su atención, sino también la de sus amigos.

Tiene que ser un ángel, un ángel precioso. Había pensado, algo plasmado al mirar hacia arriba para enfocar mejor su mirada, sin más, no lo dijo.

" Hola, Lee Félix. Toma, es para ti ". Habló algo cortado pero lo disimuló muy bien tras aquella sonrisa y sus ojitos temblorosos.

No dudó en tomar la pequeña carta con dulces y adorables adornitos, sin ser exagerado, pegado en ellas, no porque le fuera interesante, solo que la curiosidad es fuerte y eso lo llamó. O al menos eso creía.

Volteó para mirarlo directamente para que le diera alguna explicación de ello, alguna respuesta.

Sin embargo, lo único que encontró al mirar fue una sonrisa mucho más grande y el pelinegro después de asentir se fue emocionado haciendo que los cabellitos de su cabeza se muevan un poco.

Aún absorto en ello observó como se alejaba hasta darse cuenta de que ya no estaba en su campo de visión, así como también los estruendosos y exagerados de sus amigos tirándole gritos de ; "eeeeee" "sin duda quiere con éste" "que lindura" hasta unos codazos, no fuertes, en el hombro. Sin prestarles atención lanzó un bufido y guardó la tarjeta, la leería él luego, solo, y en su cuarto.

⁽ 💌 ⁾

Una sonrisa apareció en su rostro ante el recuerdo y siguió con su camino un poco más apresurado.

Su mano tomó uno de los auriculares y sin tantas ganas se lo quitó por un momento para oír algo sobre unos anuncios que había en los grandes televisores de los edificios.