• Capítulo 101 •

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—¡Su nombre real es Uchiha Amaterasu! ¡Ella es nuestra hija!— después de tantos años de silencio para guardar el secreto Haru ha revelado la verdad.

Madara se paró de golpe, el movimiento que hacía con sus párpados reflejaban sorpresa, su boca ligeramente abierta decía no creerlo —¿Que has dicho?— intento hacerce el fuerte haciendo una simple pregunta.

Era como una pequeña flor, con el más ligero viento todos sus pétalos caerían y luego moriría sin nadie que la ayude.

Para él era extraño que se creyera de una simple confesión que sonaba como una broma, pero sus sentimientos y corazón decían que posiblemente era la verdad. Haru disimuló pasar saliva por su garganta para formular otras palabras distintas que fueran más creíbles y convincentes.

—Esta chica a quién le has destruido los ojos dejándola ciega es tu mayor sueño que anhelabas cuando estábamos vivos. Es el hijo que deseabas tener, Uchiha Amaterasu ese es su nombre real—.

Madara al estar vivo retrocedió unos pasos negando en escuchar su corazón —Eso no es verdad. Ese hijo mío está muerto—. siguió haciéndose el fuerte aunque por dentro ya estaba destrozado.

—Se que parece mentira—, bajo la vista al suelo —pero es la verdad—. convencida de sus palabras y en qué era lo mejor lo miró a esos ojos negros que ya no tenían ese brillo de antes —Gracias a una técnica que descubrí hace mucho tiempo logré enviar a nuestra hija a una época distinta, donde ni ella, alguien del clan, mis hermanos y tú lo supieran—.

Su voz se iba apagando de tono como queriendo quebrarse, su respiración iba aumentando de tono. Empezaba a sentirse culpable, arrepentirse de todas sus acciones. Haru había le había dado a Madara en la parte donde más le dolía —¿Por qué me cuentas todo esto?—

Amaterasu escuchó la confesión de Haru pero no creyó en lo que dijo a causa de que tenía como mentalidad que todo era parte del plan  Sorprendente. Madara se ha tragado esa mentira pero ¿por qué tenía que ser yo?—

Antes de que fueran con Madara ambas azabaches estuvieron pensando en un plan —Hay que sellar a Madara para ganar tiempo hasta que Naruto se recuperé

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Antes de que fueran con Madara ambas azabaches estuvieron pensando en un plan —Hay que sellar a Madara para ganar tiempo hasta que Naruto se recuperé. Debemos ser rápidas antes de que reviva o será muy tarde—.

—No. Seguramente cuando reviva lo primero que buscará será su Rinnegan por lo que quedará ciego por unos breves momentos—. comentó Haru corrigiendo las expectativas de su hija.

—Es cierto—. pensó rápidamente en un plan que fuera posible de hacer —Puedo atacarlo con una de mis técnicas, después usted usará esas plantas para sellarlo. Al no tener el Rinnegan le será difícil esquivarlo siempre y cuando no sea un ninja sensorial—.

—Madara no es sensorial aún así será difícil atacarlo, nunca baja la guardia—. sus experiencias de batalla y entrenamiento que tuvo con él hizo que lo conociera más. Conocía cada movimiento y estilo de pelea que usaba. Una de las cosas que siempre notó es que Madara nunca baja la guardia, ni siquiera para dormir.

El silencio de un secreto | Uchiha MadaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora