La tesis

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Acomodó la mochila en su espalda y se bajó del autobús, preparado para comenzar lo que serían las vacaciones de invierno más productivas de toda su vida. Con el papel en mano y el GPS encendido en su teléfono, ingresó la dirección del lugar y comenzó a caminar. Gracias al cielo el lugar estaba a solo diez minutos a pie. No iba a negarlo, se encontraba con los nervios a flor de piel, pero no era novedad, cada vez que tenía que reunirse con su asesora, los nervios aparecían y solía tener un pequeño ataque de pánico, no obstante, lograba mantener su fachada serena y confiada.

Limpió el sudor de sus palmas en su vaqueros y acomodó su cabello, porque su asesora odiaba verlo con el cabello desordenado, antes de aproximarse a la puerta de aquella casa y tocar el timbre.

—Bue...

El color del rostro del muchacho desapareció, reconociendo de inmediato a la persona que había abierto la puerta a pesar de haber pasado ya un par de años desde la última vez que lo vió. Los recuerdos arremolinaron su mente al mismo tiempo que abría la boca para hablar pero nada salía.

—Woah — habló por fin el contrario, cambiando su expresión de asombro por una sonrisa divertida —. Si que te llevó tiempo encontrarme.

ChanYeol se obligó a apartar la vista de la otra persona y comprobó la dirección, queriendo creer que se había equivocado.

—¿BaekHyun, quién es? — Esa voz le dijo que efectivamente, no se había equivocado. Sus manos volvieron a sudar por los nervios y lo único que quería era que la tierra se abriera y lo tragara — Oh, señor Park, bienvenido, por favor adelante — quien abrió la puerta fue el primero en dirigirse a la sala de estar, seguido de ChanYeol y la mujer al último, cerrando la puerta consigo —. Estaba preocupada pues las personas suelen perderse con facilidad, las casas de este barrio son todas iguales.

A pesar de su posible estado de shock, se inclinó de forma automática, saludando de forma tardía a su asesora y volviendo a limpiar el sudor de sus palmas en sus pantalones, acto que no pasó desapercibido por el otro muchacho.

—No quiero sonar grosero, pero ¿quién es? — preguntó sin quitar su mirada de ChanYeol.

—Es Park ChanYeol, es el alumno del doctorado del cual te hablé. Uno de mis más brillantes estudiantes — el mencionado volvió a inclinarse en forma de agradecimiento, sin darle la debida importancia a las palabras que la mujer jamás había mencionado en los 4 años que la conocía, tal vez en otra situación hubiera saltado internamente de felicidad sintiéndose realizado. Pero su mente no dejaba de imaginar los posibles desastrosos escenarios si el chico abría la boca —. Señor Park, le presentó a BaekHyun, mi hijo mayor. También estará acompañándonos estos días.

El chico lo saludó con un alegre "Hola", extendiéndole la mano y ChanYeol tuvo que corresponder para no quedar mal en frente a la doctora Byun. Tratando de ignorar aquel intenso cosquilleo que apareció en la piel que había hecho contacto con la contraria.

La doctora se disculpó con su alumno por no poder prestarle la atención debida en lo que restaba del día dado que había surgido una emergencia, pero le aseguró que BaekHyun se encargaría de darle las indicaciones necesarias. Con una elegante venia, se despidió, tomando su abrigo junto a su bolso del perchero para luego desaparecer por la puerta. Deseándoles suerte y disculpándose nuevamente.

—Así que tu verdadero nombre es ChanYeol — declaró el mayor acomodándose mejor en el sillón —, me gusta más que Loey, ¿puedo llamarte Yeol? — se quedó unos segundos sin decir palabra algunas y enarcó ambas cerca notando el juego de palabras — Interesante, ¿lo inventaste en el momento o siempre usas ese nombre para ligar? Eso explica por qué nunca pude encontrarte.

Entre cálculos y letras // ChanBaek // OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora