DOS

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CAPITULO 2.

—¡Levántate, dormilona! —me zarandea. Dios la quiero matar.
—Ok, ok tranquila —me meto al baño de una sacudida, me aseo.
Salgo y hay extendido en la cama un hermoso vestido.
—¿Que es esto? —le digo con la toalla aún puesta.
—Es mi regalo de bienvenida, y si te queda —asegura— somos de la misma talla, úsalo para la entrevista.
—Ok, bien, si insistes —sale de la habitación.
Ella es muy detallista y perfeccionista ¿Que haría sin ella? Es de esas amigas que están allí, un hombro dónde puedes llorar y la mano que te levantará.
Es muy importante esta empresa. Tiene compañías y macroinversiones en muchas áreas, tecnología, industria automotriz y muchas más.
El vestido es de color violeta, ajustado, contornea mi figura, que no es muy sexy, no soy como las chicas coquetas o como Claudia y pues no es el mismo de hace cinco años atrás.
Elijo unos tacones de punta negros y mi cartera.
—Lista —digo estando en la cocina.
—Tienes diez minutos para desayunar.
Era una orden con ultimátum.
—Gracias amiga —le digo tirándole un beso.
Llegamos al edificio con el logo «Tessier—Lavigne»  hasta en mi mente el nombre es difícil de pronunciar.
Entro al ascensor con Claudia. Marca el último piso. Todo es impecable en este lugar.
—Debes estar tranquila, relajada, no te asustes...
Si te dicen que no te asustes, creo que da el efecto contrario, o sea, me asusto.
—Ok, ¿y tú para donde vas?
—Para mi área que es en el mismo piso, pero del otro lado. Él no es muy agradable, por decirlo así...
O sea, me tira a la puerta del lobo y ella huye.
—¿Como llegaste aquí? —la duda pudo más.
—Porque su padre y mi padre se conocen y así conseguí el trabajo... y hey estudié en Harvard —dice como ofendida, pero se ríe.
El ascensor se abre y todo es un guau gigante. Que elegante, me quedo observando el lugar.
Y quedo en el espacio.
—Tierra llamando a Roly —me saca de mi burbuja.
—Lo siento, es el lugar y no me llames Roly, es sólo que el lugar me es familiar —le digo.
—Quizás lo viste en una revista... —¿Tan importante es que sale en revista?
—Si, quizás  —quedo viendo los cuadros.
—Roly, es por allá —me señala a la secretaría—preséntate a ella.
—No me llames así... —le reclamé pero sólo se ríe.
Me dirijo hacia la elegante secretaría con sonrisa monótona.
—Buen día, soy Roselyn Mathews y… —me interrumpe
—Espere un momento —y empieza hablar por teléfono.
«Que mal educada» pienso.
—Si señor, ajá, ok, si —dice y anota a la vez— ok señor —terminó de hablar por teléfono.
—¿Me decía usted? —se dirije a mi.
—Soy Rose...
—Un momento —levanta el teléfono otra vez.
—Si, listo señor —cuelga.
—¿Como decía?  —me vuelve a preguntar y sí el día empieza así no aguantaré.
—Soy Roselyn Mathews y vengo...
—La entrevista —asiento, ella es experta para interrumpir las conversaciones— la estábamos esperando.
Habla por el teléfono y me hace seña a que entre al despacho.
Toco la puerta y no responde y decido pasar.
—Buen día —digo.
Pero el hombre solo asiente.
—Tengo prisa, solo tengo diez minutos para entrevistarla, siéntese —señala el puesto.
—Usted es la señorita Mathews. —no hizo falta asentir ya que no era una pregunta— Leí su currículum es impresionante ahh, dígame ¿por que quiere trabajar aquí?
¿Qué por qué quiero? ¿Qué le invento? mi yo interno se debate.
—Pues, es una gran oportunidad, acabo de cambiar de ciudad y como dijo hace un momento mi currículum, tengo experiencia.
—¿En qué se ha desenvuelto en la economía? ¿ha trabajado en que área?.
—En industria automotriz Hayworth,  editoriales, área de tecnología y...
—Si leí eso, —la secretaria no es la única en interrumpir por lo visto— de hecho ahora la industria automotriz  Hayworth pertenece a Tessier—Lavigne y he preguntado al presidente por usted y me habló muy bien. —toma el teléfono y dice:« Sofía por favor llama a Wesley y dile que venga.» Cuelga y luego de unos segundos entra un hombre maduro y el entrevistador se dirige al que acaba de entra.
—Wesley muéstrale el área de trabajo que le corresponde y ponla a prueba por esta semana —está hablando de mi.
—Ok,  Kenneth la reunión espera por ti —responde éste.
El se levanta y dice:—Señorita él será con quien ahora en adelante se va a dirigir —yo solo asiento.
Salgo y sigo al tal Wesley.
—No nos presentaron soy Wesley, Thomas Wesley para servirle.
Estrecha su mano.
—Mucho gusto, muy amable... soy Roselyn Mathews.
Pasé todo el día poniéndome al corriente de la economía de esta empresa, de esta mega empresa. Es una responsabilidad muy grande estoy trabajando en una empresa que redondea  millones de dólares.
Es hora del almuerzo y salgo a la cafetería cercana a hablar con Claudia.
—¿Cómo te fue? ¿Que te pareció el jefe?
—Pues no me dió tiempo de observarlo —dije en broma aunque era un poco verdad.
—Es bellísimo, pero su arrogancia y prepotencia no me deja adorarlo —río.
—Es guapo pero su forma de ser le quita su belleza, sobre todo hay que ser bellos por dentro —digo.
—Me esta ayudando un tal Wesley —interrumpo el almuerzo casi terminado
—Mmm si, él es amigo de mi padre también.
—Mmm ¿quien no es amigo de tu padre?  —la molesto, ella solo hace una mueca graciosa. Entrar al siglo XXI ha revolucionado en todo.
—Mi padre está felíz y sobre todo cuando le dije que empezaste a trabajar conmigo. Y hablando como los locos ¿has hablado con Yaneth o el señor Pedro? —su mirada era de cuidado
—No y ni quiero, estoy bien así. —era lo menos que quería en ese momento.
—Son tus tíos, es tu única familia y yo claro, eres mi hermana. —familia es un término que no los define.
—No, ellos se aprovecharon de mi, me alejaron de mis abuelos y me hicieron vivir una vida de porquería.
—Lo sé pero déjame decirte que ellos tienen algunas acciones aquí y...
—¿Que? —no fue mi intención alzar la voz pero era algo tan de la casualidad que me molestaba.
Estoy anonadada.
—Si, no se como pero ellos están relacionados con Tessier—Lavigne ¿no sabías? —¿Cómo iba a saber si no tengo comunicación con ellos? Además son años de no saber nada de nadie y no soy adivina para imaginarme que ello estaban allí.
—No, si supiera no me sorprendería —dije odiosa—, espero no encontrarlos.
Ya estoy adaptandome en la empresa, me gusta el estrés que ocasiona, el estar full de trabajo me gusta.
Me despido de Wesley, es un gran hombre y comparado con mi agradable jefe —ironía—es grandioso e igual que el personal que no se queda atras.
Acostumbrarme  al año dos mil  iba a ser de locos.

He vueltoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora