REFLEXINES CRISTIANAS PARA ENDULZAR TÚ ALMA Nº 3
1
La ancianita y sus semillas Había una vez un hombre que subía cada día al autobús para ir al trabajo. Una parada después, una anciana subía al autobús y se sentaba al lado de la ventana La anciana abría una bolsa y durante todo el trayecto, iba tirando algo por la ventana. Siempre hacía lo mismo y un día, intrigado, el hombre le preguntó que era lo que tiraba por la ventana. ¡Son semillas! - le dijo la anciana. ¿Semillas? ¿Semillas de qué? - De flores... es que miro afuera y está todo tan vacío...Me gustaría poder viajar viendo flores durante todo el camino. ¿Verdad que sería bonito? - Pero las semillas caen encima del asfalto, las aplastan los coches, se las comen los pájaros... ¿Cree que sus semillas germinarán al lado del camino? - Seguro que sí. Aunque algunas se pierdan, alguna acabará en la cuneta y, con el tiempo, brotará. - Pero...tardarán en crecer, necesitan agua... - Yo hago lo que puedo hacer. ¡Ya vendrán los días de lluvia! La anciana siguió con su trabajo... Y el hombre bajó del autobús para ir a trabajar, pensando que la anciana había perdido un poco la cabeza. Unos meses después, yendo al trabajo, el hombre, al mirar por la ventana, vio todo el camino lleno de flores... ¡Todo lo que veía era un colorido y florido paisaje! Se acordó de la anciana, pero hacía días que no la había visto. Preguntó al conductor: - ¿La anciana de las semillas? - Pues, ya hace un mes que murió. El hombre volvió a su asiento y siguió mirando el paisaje. «Las flores han brotado, se dijo, pero ¿de qué le ha servido su trabajo?
2
No ha podido ver su obra». De repente, oyó la risa de un niño pequeño. Una niña señalaba entusiasmada las flores... - ¡Mira, papá! ¡Mira cuántas flores! ¿Verdad que no hace falta explicar mucho el sentido de esta historia? La anciana de nuestra historia había hecho su trabajo, y dejó su herencia a todos los que la pudieran recibir, a todos los que pudieran contemplarla y ser más felices. Dicen que aquel hombre, desde aquel día, hace el viaje de casa al trabajo con una bolsa de semillas que va arrojando por la ventanilla. No dejes de sembrar cosas buenas... Alguien siempre recogerá tu siembra.... Gálatas 6:7 “No os engañéis: Dios no puede ser burlado: que todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” 2 Corintios 9:6 “Esto empero digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra en bendiciones, en bendiciones también segará.”
Escrito por Antoni Pieróla.
3
Jesús el único fundamento
Porque nadie puede poner otro fundamento que el que esta puesto, el cual es Jesucristo. 1 Corintios 3:11. Los sueños rotos por el desprecio y por la falta de reconocimiento pueden nublar nuestra visión y hacernos perder de vista a Jesús. Cuando nuestra vida entera, nuestra razón de ser e inclusive nuestro valor personal dependen de los demás seres humanos, fácilmente podemos ahogarnos en un mar de dolor, depresión, angustia, desesperación y lágrimas. Muchas veces –igual que yo-, habrás sentido que tu esfuerzo ha sido en vano; que todo lo que has sacrificado por hacer lo mejor no ha valido la pena; que en tu decidido empeño de querer que las cosas funcionen debidamente te has equivocado porque te has olvidado de las personas, incluyéndote a ti misma y, por supuesto, a Dios. ¿Cómo quedaste? Vacío, dolido y precavido en exceso. Aunque tus sentimientos son dignos de respeto, quiero decirte que no es correcto basar tu vida en la opinión o el aplauso ajeno. Tu existencia, tu razón de ser, y cuanto haces debe estar todo fundamentado en Jesús y en nadie más. Jesús debe ser el fundamento de tu vida. En Él debes estar firme y aunque vengan tormentas y problemas que te superan… recuerda que a Dios nadie ni nada lo supera, así que tómate bien fuerte de tu fundamento y veras como todo pasa.
4
Eso lo entendí un día en que la oscuridad me cercó. Me sentía abrumada por las circunstancias de la vida, no siempre risueñas. Entonces encendí la radio y escuché un himno admirable que supuso una inspiración para mí, y que decía, en parte: Si tus ojos ya no tienen el mismo brillo, Puedes sentarte a sus pies y de sus manos beber la plenitud que tu alma necesita; Puedes sentarte a sus pies y cada día tener una nueva canción y nueva vida. A sus pies hay paz, gracia y bendición. A sus pies tendrás luz y dirección. La plenitud en él nunca se agotará. Puedes descansar en su presencia. Es mi oración que hoy puedas tomar de las manos de Jesús lo que te haga falta para afrontar todo lo que significa vivir en este mundo. El es el fundamento verdadero para ti.