Capítulo único

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Carolina 

"Pues tu puta madre se va a quitar del medio" era la oración que se encontraba grabada a fuego en mi antebrazo derecho, en una letra cursiva algo torcida, pero legible.

 Era gracioso en verdad, porque se suponía que estas serían las primeras palabras que le diría a mi "alma gemela". No sabía en qué contexto ni cuando siquiera esas palabras saldrían de mi boca. No entiendo mucho sobre este tema en realidad, pero sí sé una cosa, no existe. Habré dicho esa oración mas veces de la que soy capaz de contar, en diferentes ocasiones, esperando algún resultado, algún brillo mágico. Nada. Finalmente, me di por vencida, y me convencí a mi misma de que mi alma gemela realmente no existía, o no existiría, pues no querría estar cerca de mí después de soltarle tremenda puteada apenas nos conocemos. Representaba muy bien mi personalidad.

Mi cumpleaños número 12 fue el mejor, pues fue en el cual estas palabras aparecieron en mi antebrazo. A la 00 del 25 de Marzo, estas palabras aparecieron en mi antebrazo derecho con un destello azul. Corrí a despertar a mis padres para mostrarles mi marca. Su cara de desaprobación hacia mi y hacia mi marca no tuvo precio. Dios, ojalá hubiera tomado una fotografía. Como si yo fuera capaz de elegir las palabras (Aunque si pudiera, no sería muy diferente a las originales). 

Si había que culpar a alguien por mi lenguaje sucio, ese era Endika, el vecino. Tenía la lengua más sucia del barrio. Con el tiempo nos hicimos amigos a pesar de la diferencia de edad, y hasta hoy no se que tan buena decisión fue. Lo que si se es que es realmente incondicional, estuvo para mi en mis peores momentos, igual que yo estuve para él.

 De todas formas, no estaba muy pendiente al tema este del alma gemela, ya estaba muy ocupada teniendo una vida. Quizás yo soy la antipática, pero no entendía a la gente que se obsesionaba tanto con esto. 
  
  Siempre fui así y a decir verdad, me generó más problemas de los que me gustaría admitir. Cuando estaba en la escuela, me metía en peleas simplemente por ser "muy seria" y "mirar mal". Cuando camino por la calle, la gente me mira mal, en especial los mayores. (No se si será por los piercings que tengo en la ceja y en la nariz, o por la cara de mal humor que suelo cargar a todos lados). Pero me da igual.

Tiré la colilla de cigarrillo al piso, y lo aplaste con mi zapato. Luego prendí otro.  Solo fumaba cuando estaba estresada, y ahora mismo estoy super estresada. 

Estaba llegando tarde a mi trabajo, y eran dos semanas ya así. Mi jefe me dió un ultimatum. Una vez más que llegara tarde y perdería el trabajo que tanto me había costado conseguir en la libreria. Lo peor es que no era mi culpa llegar tarde, porque yo me consideraba una persona muy puntual, pero ayer me había dormido muy tarde por ayudar a Endika con un tema. Para compensarlo, me dijo que podía dormir un poco más y que él me alcanzaría al trabajo. Adivinen quien esta esperando que la recojan desde hace 30 minutos, con el pelo desarreglado y sin su café matutino. Todas mis mañanas eran asi, mi amigo era la razón por la cual yo estuve llegando tarde. Ya parecía aproposito.

Bastante enojada, saqué mi celular del bolso y me dispuse a llamar al idiota que tenia como amigo. Pero cuando estaba por marcar, divise a la distancia su auto. Guardé el celular y refunfuñando me metí en su auto.

Lo mire, claramente enojada, aunque quizas mi pelo exageraba mi expresión.

-¿No me vas a decir buenos días?-Preguntó mientras se encogía en su lugar. No le respondí, en su lugar lo mire fijo.-Me quedé dormido, ¿meper donas? 

-Manejá antes de que te arranque el arito de la nariz.- Fue breve, pero Endika sabía muy bien que era capaz de cumplirlo.

Tragó grueso, y emprendió camino hacia mi trabajo.

Almas de colores {Walls One Shot}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora