22

1.2K 136 48
                                    

Creí que el día iba a ir tan bien como estaba yendo hasta ahora. Tanto mi madre como yo estábamos felices de regresar a la nuestra casa.

Esperamos tranquilamente a que un taxi llegara por nosotros, nuestro ambiente familiar se volvió cálido con cada muestra de cariño que me daba mi madre, a pesar de haberme comparado con un niño revoltoso hace un par de horas antes pero ahora estaba muy feliz conmigo.

— ¿Mamá, estás bien? — Me suelto un poco de su abrazo para poder mirarla mejor.

Sus muestras de afecto estaban poniéndome un poco nervioso ya que no era así comúnmente.

Ella asiente con la cabeza sin quitar su sonrisa de su cara, se podría interpretar que está orgullosa por cómo su pecho se infla al verme, lo cual me sorprende ya que no es muy común que eso suceda cuanto a mí se refiere.

— Si Jimin, me siento tan feliz de que el obispo me diga que mi hijo es un ejemplo para los demás jóvenes.

Me abraza por los hombros volviéndome a atraer hacia ella, ambos nos unimos en un par de miradas muy contrarias, ella está feliz mientras que yo siento que no me he ganado ese título.

Muerdo mi labio leve tratando de ocultar mi vergüenza creciente.

Para mí suerte, un taxi para frente a nosotros haciendo que mi madre me suelte para ingresar al auto.

Estoy celebrando mentalmente que al fin podía irme de la iglesia, no era un grado estar allí y tampoco me agradaba su gente.

«Es sabido de que la iglesia es para las personas que buscan Fe, pero muchos de ellos buscan destruir a la gente con su doble moral»

Subí al taxi siguiendo a mi madre, jugueteo con mi pantalón un poco, el calor de la primavera ya se estaba haciendo notar.

Mi mirada se posa en la ventana, siguiendo las calles y viendo a las personas que caminaban tan amenamente sin preocupaciones por las calles, hasta que reconozco a dos personas agarradas de la mano a vista de todos.

Sin mover mi cara le doy una mirada rápida a mi madre, vuelvo a ver a ese par implorando a que no se dieran ninguna muestra de cariño justo en este jodido momento, pero eso es lo primero que hacen, vuelvo a ver a mi madre deseando que no haya visto a ese par, pero ya tenía sus ojos muy abiertos, delatándola.

— Dios mío.

Pareciera que su quijada va a caer al piso en cualquier momento por la sorpresa.

En mi cabeza empiezo a maquinar cualquier excusa posible pero no puedo tratar de ocultar lo que está más que evidente frente a sus ojos.

El carro acelera así perdiéndose aquel par de nuestra vista.

Nadie dice nada al respecto y de verdad esperaba que siguiera así, es más, esperaba que no hablara más.

Tiro mi cabello hacia atrás ya que se estaba pegando a mi frente por culpa del sudor.

— No puedo creerlo... — Juega con falda, haciendo un vaivén con su mano poniéndome aún más nervioso. — ¿Tu lo sabías, cierto?

La molestia se estaba apoderando de su ser mientras que, a mí, la incomodidad.

Su mirada llena de reproche pidiendo explicaciones.

Silence • YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora