Holaaa, sé que no he estado activa por aquí desde hace un buen, pero la universidad me ha llevado tiempo, espero les guste esta nueva historia :))
Athena Black, era en muchos sentidos, una muchacha un tanto diferente. Era la hija del asesino, Sirius Black. Menuda suerte, pensaba algunas veces. Era su tercer año en el colegio Hogwarts de magia y hechicería. Había sido un tanto difícil hacer amigos en el colegio debido a su padre, pero, logró congeniar con algunos Gryffindor, claro omitiendo el detalle de Sirius.
Sus vacaciones habían sido un tanto aburridas en Grimmauld Place, estaba sola. Dumbledore le había enviado una lechuza hacía ya unos días, ahí le especifico que no tenía por qué aislarse de sus amigos y que estaba bien bienvenida en El caldero chorreante, donde él sabía que sus amigos iban a reunirse antes de regresar a Hogwarts.
Athena suspiró y dándose un empujón se sentó en la orilla de su cama. En verdad estaba pensando si debería ir o no. Pero lo que en verdad quería era ver a sus amigos de nuevo. Buscó su baúl y comenzó a empacar sus cosas para el colegio y ropa extra por si acaso.
Salió de su hogar con un poco de alivio, escuchó como su casa se volvía a esconder entre las paredes. La casa número 12 de Grimmauld Place era un lugar secreto, era exclusivo para la familia Black y para algunos amigos cercanos, estaba protegida por el encantamiento Fidelio, lo cual significaba que era invisible para las personas del vecindario. Los muggles aceptaron desde hace mucho tiempo el error de numeración. No era cosa para preocuparse.
De pronto, una luz cegadora apareció por la esquina, Athena se cubrió los ojos intentado visualizar que era lo que se acercaba. Unos segundos más tarde, un vehículo de ruedas enormes frenó, ocasionando un estruendoso chirrido en frente de ella. Era un autobús de tres plantas, de un color morado vivo. En el parabrisas se encontraba escrito AUTOBÚS NOCTÁNBULO con letras doradas. Athena entrecerró los ojos cuando el cobrador salió de la nada y dijo en voz alta:
−Bienvenida al autobús noctámbulo, transporte de emergencia para el brujo abandonado a su suerte. Alargue la varita, suba a bordo y la llevaremos donde quiera. Me llamo Stan Shunpike. Estaré a su disposición esta no...
El cobrador se interrumpió al ver la cara de Athena. Ella al dar un paso más cerca se dio cuenta de que Stan Shunpike era tan solo unos años mayor que ella. Tenía las orejas grandes y salidas, y un montón de granos.
− ¿Parezco estar a mi suerte?− dijo Athena, cruzando los brazos.
− ¿Qué haces fuera entonces?− replicó Stan con una sonrisa burlona.
− ¿Has dicho que va a donde yo quiera?− dijo Athena cambiando el tema.
−Sí− dijo Stan con orgullo−. A donde quieras, siempre y cuando haya un camino por tierra. No podemos ir debajo del agua. Nos has cambiado de tema, ¿verdad?− dijo, entrecerrando sus ojos hacia ella.
−Sí− respondió Athena con prontitud. El aire se había vuelto un tanto frío. − ¿Cuánto costaría ir al callejón Diagon?−
−No mucho, estamos cerca de la entrada, 6 sickles− dijo Stan−. Pero por once te damos además una taza de chocolate y por catorce una bolsa de agua caliente y un cepillo de dientes del color que elijas.
Athena soltó una sonrisa burlona y rebuscó entre las bolsas de su pantalón y le entregó a Stan unas monedas de plata. Con la ayuda de Stan subieron su baúl al autobús.
No había asientos; en su lugar, al lado de las ventanas con cortinas, había media docena de camas de hierro. A los costados de cada una había velas encendidas que iluminaban las paredes revestidas de madera.
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A Black's Desire
FanfictionAthena Saiph Black, con todas las habilidades dignas de una Ravenclaw, a excepción de una; meterse en problemas. Su vida dio un giro completo al escuchar que su padre, Sirius Black había escapado de Azkaban. En su tercer año en el Colegio Hogwarts...