Capítulo II

104 2 0
                                    

Llegar a casa pensar en la miseria de mi vida, tratar de resolver aquella tarea que me mandaron, comer sobras de el día anterior, colocarme ropa desgastada, digamos que es bastante difícil para mí.

Al caer la noche, me senté a mirar una película...RIN...RIN...mi teléfono sonaba, al ver que era mi vieja amiga que me había traicionado, decidí no contestar la llamada.

Ya de mañana me desperté debido al ruidoso y feo sonido de aquel despertador que se encontraba en la cómoda al lado de mi cama.Empecé a decorar una torta para festejar mis 16 años de mi vida miserable pero...cierto...ni siquiera tengo con quien festejarlos.Agarré mi bolso y caminé hasta la parada más cercana a mi casa, subí al ómnibus y baje justo enfrente a la institución a la que asistía.Entré a clases tarde y por este motivo me lleve un gran reto de la profesora Smicht.

-¿Te parece que son horas de entrar a clases?, ¿No te parece que tendrías que organizarte mejor?. Dijo con una voz inquietante y grunioña.

-S-si.Dije mientras me adelantaba y me sentaba.

El timbre del recreo sonó, salí a comer y fue en ese entonces que me di cuenta que no había traido comida.Me senté sola en unos de los asientos y se me acerco un chico.

-Hello! ¿Quieres un poco? Te ves hambrienta, ¿Te olvidaste de tu desayuno?, ¿Por qué estas sola?.Dijo ansioso e inquietante.

-¿QUIEN ERES TÚ?.Dije con un tono bastante feroz.

-¡Yo soy Len!¡Mucho gusto!

¿Como aquel chico podía tener tal animo después de mi grosera respuesta? Me levanté esquivandolo y seguí mi camino.Al ver que aquel chico me perseguía me detuve y le pregunte "¿Qué es lo que quieres?"

-Quiero saber la razón por la que una chica como tú esta sola.

-1°: ¡No te conozco!

2°: ¡Eso no te importa!Dije caliente.

Creo que con aquella respuesta era bastante evidente que él diera la vuelta y se fuera pero fue exactamente lo contrario.

-Uy, a que viene esa contestación.¿Estas de mal humor?

-Yo siempre soy así, asi que el hecho de que vos aparezcas de la nada, no quiere decir que cambie mi caracter.Dije con tono frío.

-Ok!Dijo amablemente y se fue chiflando.

Yo seguía impresionada, el autoestíma de aquel chico no había bajado ni un poco a pesar de mi comportamiento.

Toco el timbre y ya teníamos que volver a nuestras casas.Empecé a caminar y una voz me perseguía.Al mirar hacia atrás me choqué con el chico de esta mañana.

-Oye, ¿Te vas por aquí?, ¡Porque yo si! Dijo muy alegre.

-¡Basta!Mi vida es una miseria, vivo el día a día de lo que puedo, llegas de la nada, me hablas como si me conocieras de toda la vida e incluso pretendes saber de mi!

Solté ese montón de palabras con lágrimas en los ojos debido a que soy muy sensible.

Pasado ocultoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora