WL❄️1

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—Mami...¿ya vamos a llegar?...-preguntó el pequeño a su madre.

—Ya falta poco bebé...-le sonrió por el retrovisor.

Un pequeño Jimin de apenas 5 años...estaba muy emocionado por la nueva casa donde vivirían...era un lugar muy frío...pero muy lindo, Jimin solo tenía una cosa en mente... jugar en la nieve, él quería hacer muchos amigos de nieve y tal vez jugar con el trineo que su querida madre le había obsequiado cuando le contó la noticia de que se mudarían a un lindo bosque.

Llevaban más de 3 horas de camino sin contar las horas de vuelo...a aquel lugar llamado frostley.

—Mami...-volvió a llamar a su madre.

—Dime bebé...

—Cuando lleguemos...¿puedo salir a jugar?-la ansías de aquel pequeño por explorar su nuevo hogar lo estaban consumiendo, la desesperación de un pequeño niño solo reflejaba lo que era...un niño.

—Claro mi niño...-sonrió y en respuesta Jimin también contestando un victorioso "yei!" Apenas audible volviendo puños sus pequeñas manitas y moviéndolas emocionado.

—¡¿Ya oíste Tedi?!...vamos a jugar en la nieve tú y yo-habló a su peluche de oso sentado junto a él, con el cinturón de seguridad.

Jimin seguía hablando con su osito de peluche sobre todo lo que harían llegando a su casa, y como si el juguete fuera entenderle, Jimin sonreía contento y emocionado por querer llegar.

Pasaron al rededor de 20 minutos...cuando por fin habían llegado, la casa se miraba muy acogedora desde afuera, era lo suficientemente grande para dos personas, con unas lindas ventanas y madera de árbol, una cabaña muy hermosa desde luego.

—Okey...-la mamá de Jimin se giró a ver a su entusiasmado hijo quien veía todo el bosque desde la ventana—Corazón...ayudarás a mamá a bajar las maletas y después podrás ir a explorar y jugar lo que tú quieras en lo que tu mamá prepara la cena...¿está bien para ti?-lo miró con una sonrisa y el pequeño asintió repetidas veces con su cabecita.

—¡Si mami!...¡apúrate!-le dijo ya bajando del auto haciendo a su madre reír.

Jimin sintió el aire frío pasar por su nariz, pero era inmune a la frialdad de aquel lugar gracias a las ropas que llevaba puestas, un gorro que dejaba ver solo unos mechones de su cabellera dorada, unos pans calientitos, una chamarra color roja no tan gruesa pero si lo suficiente para abrigarlo y sus guantes preferidos con la imagen de un lindo perrito amarillo sacando la lengua en sus palmas.

La madre e hijo bajaron unas cuantas maletas y cosas hacia la entrada de la bella casa, Jimin podía escuchar distintos sonidos provenientes del bosque que solo alimentaban su gran curiosidad por conocer los alrededores, pero primero iba a ayudar a su mamá.

—Ya solo queda esto...-su madre le entregó una pequeña maleta que quedaba en la cajuela y ya con todo en la entrada de la casa, su madre llevó la llave a la manija y la abrió...y como se veía de afuera, se veía por dentro, distintos y lindos detalles vintage adornaban la sala y pasillo del hogar, Jimin ayudó de igual forma a su mamá a llevar todo lo de la entrada a dentro y cuando ya no quedó nada, fue al sillón donde había dejado al señor oso para tomarlo.

—Mami...-la llamó.

—Si bebé ya puedes ir...-le sonrió—Yo acomodare las cosas y haré la comida, te iré a buscar cuando termine ¿de acuerdo?-el niño asintió abrazando a su oso—Y Jimin...

—¿Si?...

—Ten cuidado tesoro...no vayas muy lejos, no quiero que te pierdas ¿oíste?

—Si Mami...-Jimin sonrió—¿Recuerdas que compraste esos teléfonos sin pantalla para mi?...-le recordó y su madre rió a la forma en la que su hijo había llamado a los radios.

𝑊𝑖𝑛𝑡𝑒𝑟 𝐿𝑜𝑣𝑒  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora